
La Generalitad y el Gobierno central han pactado la remodelación Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona – El Prat. La ampliación de la infraestructura aeroportuaria será una realidad en 2033 y tendrá un coste de 3.200 millones de euros, que asumirá Aena. El objetivo es comenzar la obras en 2030 y supondrá alargar 500 metros la tercera pista para atraer a las grandes aerolíneas y a sus aviones transoceánicos, y la creación de una nueva terminal, entre otras acciones.
La ampliación de El Prat será una realidad tras el acuerdo alcanzado entre la Generalitat y el Gobierno central. La ampliación de la infraestructura aeroportuaria será una realidad en 2033 y tendrá un coste de 3.200 millones de euros, que asumirá Aena. El objetivo es comenzar la obras en 2030 y supondrá alargar 500 metros la tercera pista para atraer a las grandes aerolíneas y a sus aviones transoceánicos, y la creación de una nueva terminal, entre otras acciones.
La propuesta prevé el alargamiento de la tercera pista del aeropuerto de Barcelona. En concreto, ganará unos 500 metros de pista para los aviones -lo que hará que la pista alcance los 3.610 metros. El objetivo es atraer a la grandes aerolíneas internacionales todavía más. Con la ampliación, se prevé que llegue a las 90 operaciones por hora. Y es que calcula que, con la infraestructura ampliada, podría llegar a mover 70 millones de viajeros anuales y se podrían sumar una veintena de rutas intercontinentales a las más de 50 ya existentes, entre ellas algunas tan importantes como las capitales de Japón o India.
Además, el proyecto prevé remodelar la terminal T1 y la terminal T2, las mejoras asociadas con la pista del mar, crear una salida rápida para la pista transversal y la construcción de una nueva terminal satélite para el nuevo tramo que esté interconectado a través de un túnel subterráneo.
También se potenciará la conexión ferroviaria con los aeropuertos de Reus y Girona, además de la creación de una línea lanzadora con el aeropuerto que conectará con los trenes de alta velocidad cada 10-15 minutos.
Uno de los principales escollos era el medioambiental. La solución encontrada para poder construir sobre unos espacios que pertenecen a la Red Natura 2000, y que cuentan, por tanto, con protección europea, es hacer compensaciones ambientales en otros terrenos de la zona. El nuevo proyecto prevé afectaciones sobre la zona natural de La Ricarda y, para compensarlas, propone renaturalizar unas 270 hectáreas de terreno agrícola, multiplicando por 10 la superficie del delta afectada por la ampliación.





