El incentivo es la aventura y la aventura es un incentivo. Ankawa Safari propone una inmersión en lo más profundo de otro mundo. Un mundo que se recorre a golpe de kilómetros en un camión todoterreno preparado para sortear los acontecimientos más inesperados. Una experiencia única en la que sentir el latido de África a cada instante de la mano de Dani Serralta, un apasionado del continente que ha encontrado en el turismo responsable una excelente vía para la preservación de la fauna.
Dani Serralta lleva más de veinte años viviendo en África, compartiendo su experiencia y conocimientos con aventureros que no buscan solo un safari, sino volver a casa con la llamada de África impregnada en el corazón. Es uno de los guías de habla hispana que mejor conoce la zona austral del continente y se siente parte del lugar. Las rutas que prepara combinan las atracciones más buscadas con rutas inesperadas que solo puede ofrece alguien que vive por y para descubrir las sorpresas del destino. Dani ama África por encima de todo, al igual que su equipo, y esto le convierte en el mejor cicerone para descubrir rincones ocultos y vivir experiencias inimaginables.
El camión todoterreno, personalizado por el propio Serralta, tiene capacidad para 20 pasajeros en asientos de almohadones corridos. Cada uno dispone de un cajón para su mochila y un amplio espacio para guardar los objetos más necesarios, así como enchufes para dispositivos. Las ventanas abatibles ofrecen una visión de 360º y su altura, muy superior a cualquier otro vehículo con el que uno se cruce durante el safari, permite unas vistas magníficas, tanto de los animales como de los fascinantes paisajes del África.
La parte frontal del camión está diseñada como chill, con una gigantesca colchoneta que forma un espacio excelente para esos momentos de tranquilidad, de lectura, de charla entre amigos o simplemente de embobamiento ante la belleza de los paisajes durante los recorridos por carretera. La comodidad no está reñida con la aventura.
Cada ruta es diferente, pero en todas hay momentos únicos, donde las noches pueden ser más sorprendentes que los días. Acampar en el corazón de los parques naturales, sintiendo sin temor alguno el rugir de los leones o el gruñir del hipopótamo. Noches de luna e historias fascinantes a la luz de una hoguera, noches sin luna para viajar entre las estrellas del hemisferio sur, noches de juegos y charlas, de nuevas amistades y viejos anhelos. Noches que Ankawa Safari combina entre acampadas salvajes y hoteles lodge, para que haya un poco de todo y nadie se fatigue en exceso.
En África se madruga, se vive con el sol. Solo así se puede disfrutar de los parques y sus habitantes, que tempraneros van en busca de agua y alimentos. Dani conoce bien sus rutas y guía el camión con pericia hasta encontrar a los más esquivos, como los leopardos o los leones trepadores de Uganda y Tanzania. Desayuno, comida y cena se preparan “a bordo”, gracias al cocinero que siempre acompaña al grupo. Un camión autosuficiente y un equipo eficiente.
Las rutas de Ankawa Safari, entre los meses de mayo y noviembre, discurren entre Namibia, Zimbabue, Uganda y Tanzania, con posibilidad de organizar recorridos personalizados. Los grupos son recogidos en los aeropuertos internacionales y a partir de ahí comienza el gran reto de destripar todo lo que África puede ofrecer. El gran conocimiento de Dani Serralta o el guía que a veces le sustituye sobre la flora, la fauna y las tribus que habitan estas tierras hacen que cada viaje sea pleno y enriquecedor.
NAMIBIA
África y sus colores despiertan una inquietud inesperada. Namibia, blanca y naranja. Desde Etosha y su gigantesco salar, el segundo más grande después de Uyuni, hasta el desierto de Namib, el más antiguo de la Tierra. Etosha muestra su fauna salvaje y sus peculiares cebras de Burchell, cuyas rayas grises entre las blancas y negras confunden a los depredadores que creen ver borroso. Siempre en compañía del ñu, en perfecta sintonía contra las amenazas y conviviendo con orix, jirafas, manadas de elefantes, aves, impalas, gacelas o leones. La sabana en todo su esplendor y ante los ojos incrédulos del espectador, donde los rinocerontes beben en la charca de Halali al caer la noche.
En la Namibia de Dani Serralta se puede acampar entre guepardos, visitar a los himba, una de las pocas tribus que aún quedan viviendo como siempre hicieron o caminar entre árboles de piedra. En la costa de los Esqueletos, la más salvaje del planeta, se acumulan en sus dunas submarinas pecios por los siglos de los siglos. Más de 400 kilómetros recorriendo un desierto que avanza hacia el mar. Un lugar extraño, la costa del fin del mundo, cementerio de elefantes, ballenas y hombres, paraíso sin embargo de surferos que tienen aquí la ola calificada como la mejor del mundo. Paraíso también para los ruidosos leones marinos que en Cape Cross forman la mayor concentración de toda África.
Ankawa Safari ofrece también la posibilidad de participar en actividades externas, como recorrer las dunas de la costa de los Esqueletos en quad o sobrevolar el desierto de Namib en avioneta. Un desierto rojizo o anaranjado por la gran cantidad de hierro que acumula y que colecciona las dunas más altas de todos los desiertos. El ascenso al amanecer a la Duna 45 promete ser una de esas experiencias no imaginadas. Un lugar increíble en el que hace 800 años estas gigantes extensiones de arena se mezclaban con charcas y árboles, hasta que un brutal golpe de calor las secó para siempre, convirtiendo el lugar en el Valle de la Muerte. Deadvlei es un escenario de ciencia ficción, un lugar que debería inquietar y sin embargo da paz.
ZIMBABUE
Del naranja a los pantones de ocres, dorados y amarillentos colores de Zimbabue. El país de Cecil Rodhes, de Livingstone y otros descubridores que, gracias al conocimiento del anfitrión, va descubriendo el visitante. Las cataratas Victoria son las más largas del mundo, con sus 1.708 metros de longitud, y una vertiginosa caída libre de 108 metros. El primer europeo que vio y escuchó “el humo que truena” fue Livingston en 1845 y las bautizó con el nombre de su reina. La opción de disfrutarla desde el cielo es posible en helicóptero.
El Parque Natural de Hwange es el más grande de Zimbabue, sabana dorada en la que brotan tecas, mopanes, acacias, euphorbias y camel thorns, y donde convive una fauna salvaje que incluye a los ‘cinco grandes’. El escenario es majestuoso, sublime, como la grulla coronada que suele pasear tranquila bajo un cielo donde vuelan buitres y marabúes vigilando sin descanso. O el ave más bella del mundo, la carraca de pecho lila. La comunidad de elefantes de Hwange es la más grande de África y en las charcas comparten agua con los hipopótamos. Y, además, antílopes para todos los gustos y colores, jirafas, cebras, ñus, babuinos… Un espectáculo continuo que transcurre sin temor al tiempo.
En el país dorado Dani Serralta se ha implicado hasta la médula en una misión vital y necesaria: la protección de los animales en peligro de extinción, en especial de los rinocerontes. En el santuario de Imire rastrearlos junto a los rangers no solo es posible, sino una de las actividades más emocionantes e inspiradoras que cualquier amante de la naturaleza puede vivir.
Masvingo, otra de las grandes ciudades del país, es también la entrada a la leyenda. Las ruinas del Gran Zimbabue no se han vuelto a investigar desde la expedición arqueológica de Gertrude Caton en 1929, quien concluyó que sus artífices y habitantes fueron anteriores a los shona. Aquí, las “casas de piedra” son origen de leyendas. De todas ellas, la del rey Salomón y la reina de Saba es las favoritas de cineastas y escritores. Comprende tres complejos. El Conjunto de la Colina es el más antiguo, dedicado a reyes y dioses. Las piedras del salón del trono, con forma de águila, estaban cubiertas de oro. En este lugar se encontraron objetos de Egipto y Mesopotamia, cerámica china, monedas árabes, todo ello fechado miles de años antes de Cristo. Sin duda sus habitantes fueron grandes comerciantes y hábiles constructores. El pueblo habitaba en la llanura, bajo la colina.
El tercer complejo amurallado es donde la leyenda sitúa el palacio de la reina de Saba. Un gigantesco muro ovalado, de hasta 6 metros de ancho y 11 de altura, albergaba al nuevo rey y su familia. En total hay más de un millón de ladrillos colocados sin argamasa, pasillos redondeados, salas circulares, y todo un derroche de perfecta arquitectura milenaria que engrandece el mito. Aquí se encuentra la misteriosa torre cilíndrica de la que aún hoy se desconoce su función y significado. Los habitantes del Gran Zimbabue abandonaron su gran obra de arte en el siglo XV, tras una terrible sequía. Nunca más volvieron. Son las ruinas más antiguas y grandes de África.
UGANDA
El camión de Ankawa Safari recorre miles de kilómetros por África cada año. En sus rutas la aventura está garantizada, pero también el aprendizaje constante sobre la vida africana y su fauna salvaje. El viajante se implica con el entorno y el continente penetra más allá de la imagen de una mera fotografía. La paleta de colores va aumentando, como los kilómetros. Cada ruta o país suele desarrollarse durante unos doce días y el camión avanza de aeropuerto en aeropuerto dejando aventureros y recogiendo a nuevos exploradores.
En Uganda todo se vuelve verde, el verde intenso de la selva tropical, salpicada por grandes lagos. Es aquí donde, escondidos y a salvo, los gorilas tienen su reino. Es el país africano con mayor número de comunidades de este espectacular primate, el más grande de todos. El gorila de la montaña estuvo al borde de la extinción, pero gracias a un turismo sostenible, bien entendido y mejor practicado, tiene en el Bosque Impenetrable de Bwindi un hábitat perfecto y seguro. Guiados por rangers, en grupos de 8 personas máximo y a machetazo limpio por la selva, los visitantes se van abriendo hasta encontrarlos. Una jornada intensa cuya recompensa merece cualquier esfuerzo.
Tras un paseo resbaladizo por la montaña húmeda y empinada, aparece a escasos metros la familia de gorilas. No huyen, ni parecen asustarse, siempre y cuando se cumplan ciertas normas. Hay cautela y mucha curiosidad mutua. Se dejan observar y quizá los más jóvenes se acerquen más de la cuenta. Durante una hora, que parecerán escasos minutos, se convive con ellos, se siente su aliento y se escucha su voz. Dan gracias a la vida y a sus invitados que tanto ayudan.
Es también Uganda hogar de chimpancés. En el bosque de Budongo no vivieron siempre en tranquilidad. Hubo un tiempo en el que sus crías eran secuestradas como mascota de algún niño caprichoso. Su extinción se avecinaba y de nuevo ocurrió el milagro de la mano del Dr. Reynolds. Durante el trekking por el bosque se les observa en libertad, con su peculiar forma de vida, sus juegos y sus picardías. El paseo es mucho más fácil que en Bwindi y en un entorno de magnífica vegetación tropical.
La incógnita sobre el nacimiento del río Nilo y su descubrimiento mantienen al viajero expectante y curioso. El camión llega al lago Victoria y el misterio es desvelado. El encuentro con el origen del mítico río es una avalancha de paz. La joya esmeralda de África esconde dos impactantes parques naturales, por su extrema belleza y por la fauna que habita. Murchison Falls es el más grande del país. Aquí la jirafa de Rothschild, la jirafa negra, especie protegida y rara, campa a sus anchas junto a antílopes, hipopótamos, elefantes y facoceros. Dani conoce bien el lugar y tiene permiso para acampar en mitad de todo. Las cataratas del mismo nombre, rebautizadas por Samuel Baker y su esposa Florence al toparse con ellas en 1864, son el salto de agua más potente del planeta.
El otro gran parque es Queen Elisabeth, uno de los pocos lugares del mundo, junto con el Serengueti, en Tanzania, donde es posible encontrar a los leones trepadores. Gracias a la altura del camión y a sus grandes ventanales, el pasajero tiene el mejor ángulo para observar búfalos, leones, elefantes, cobos de Uganda y grullas coronadas, estos últimos símbolos del país. El paisaje ofrece acacias, y las euphorbias camuflan al leopardo. También el Edén esta en Uganda. Lo llaman el canal de Kazinga, entre los lagos George y Edward. Aquí los ‘big five’ conviven entre aves, cocodrilos e hipopótamos. Los rinocerontes, siempre en peligro, tienen acomodo en el Santuario de Ziwa, un lugar idóneo, aunque no siempre seguro. Es posible seguirles la pista y admirarlos desde muy cerca.
TANZANIA
Desde las verdes montañas ugandesas, Ankawa Safari llega a Tanzania, origen de la Humanidad, donde se ofrece otra opción para descubrir los parques del norte del país desde el aeropuerto de Kilimanjaro. Los baobabs reinan en el Parque Nacional de Tarangire y a su sombra suelen dormir los leones. Toda la fauna africana salpica el entorno para alimentar las ganas de safari de los viajantes.
El gigantesco cráter del Ngorongoro es una de las más increíbles imágenes que ofrece África. En él habitan los ‘cinco grandes’ y es la zona más pequeña de la Tierra para encontrar elefantes junto con búfalos, leones, leopardos y rinocerontes, pero también hipopótamos y cientos de aves como pelícanos o flamencos. Un lugar insólito y difícil de olvidar. Los masái cuidan sus vacas y las jirafas siempre son dignas de admirar. Otras tribus, como los datoga o los bosquimanos, siempre reciben con alegría a su amigo Dani y comparten sus hábitos con orgullo y felicidad.
El origen se encuentra en la garganta de Olduvai, donde habitó el homo habilis hace 2,4 millones de años. Muy cerca, el Serengueti quizá permita ver a los leones trepadores y, con mucha seguridad, leopardos y servales. La Gran Migración recorre el parque de norte a sur casi de forma permanente, por lo que, según el momento del año, Ankawa Safari recorre una u otra zona del parque para flipar con los millones de cebras y ñus que convierten la migración a lo largo de estas llanuras en uno de los espectáculos de la naturaleza más impresionantes en el mundo entero.
MÁS INFO
www.ankawasafari.com