Con la histórica visita del presidente Barack Obama a la isla, se ha abierto la veda y ya son varias las compañías han aprovechado esta oportunidad de apertura para establecerse, bien con hoteles en La Habana, agencias de viaje o con la reanudación de vuelos desde Estados Unidos. Las cadenas hoteleras españolas, líderes en Cuba durante años, no ven amenazado su posicionamiento.
Desde 1928 ningún presidente de Estados Unidos había puesto un pie en Cuba, hasta esta semana en la que Barack Obama ha terrizado en su Air Force One. Una visita que se enmarca en el proceso de normalización de las relaciones entre los dos países que se lleva fraguando desde hace meses.
Unos días antes de esta histórica visita, Starwood ha anunciado su intención de establecerse en la isla, marcando el inicio del regreso de multinacionales estadounidenses desde la revolución castrista de 1959.
El emblemático Hotel Inglaterra de la Habana Vieja se unirá a marca The Luxury Collection de Starwood, mientras que el Hotel Quinta Avenida, en la barriada capitalina de Miramar, será el primer Four Points cubano (clase económica) de la cadena Sheraton, una división del grupo hotelero norteamericano.
Ambas instalaciones reabrirán a finales de 2016 tras ser renovadas y la compañía realizará estas operaciones en sociedad con las hoteleras cubanas estatales Gran Caribe y Gaviota.
Starwood espera cerrar otro trato con la cadena estatal Habaguanex para incluir también en The Luxury Collection al Hotel Santa Isabel, un lujoso palacete colonial en el corazón del centro histórico habanero.
Por, su parte, Marriott International ha hecho público el hecho de que está en negociaciones para desarrollar proyectos hoteleros en colaboración con los "socios potenciales", pero aún no ha especificado ningún establecimiento concreto.
Asimismo, la empresa de alquiler de viviendas particulares Airbnb ha anunciado una ampliación de su licencia para que turistas de todo el mundo, y no sólo de Estados Unidos, puedan alojarse en las 4.000 residencias que tiene en la isla.
Por otra parte, Booking se va a convertir en la primera agencia de viajes online estadounidense que comercializará reservas de hoteles cubanos en Estados Unidos. Priceline Group, propietaria de esa web, ha firmado un acuerdo con las autoridades cubanas para poder ofrecer ese servicio.
Para poder utilizar sus marcas en Cuba, las empresas estadounidenses deben pedir una licencia al departamento del Tesoro, encargado de vigilar el cumplimiento de las sanciones económicas contra la isla.
Las aerolíneas United Airlines y American Airlines están presionando a las autoridades de Estados Unidos para obtener licencias para operar lo más pronto posible vuelos comerciales diarios desde y hacia La Habana.
Desde el deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en diciembre de 2014, el turismo se ha disparado en Cuba: cerca de 3,5 millones de turistas visitaron la isla en 2015, un 17% más que el año anterior.
¿Y qué pasa con las cadenas españolas?
Más de diez cadenas españolas cuentan con intereses en Cuba, con Meliá a la cabeza, dirigiendo más de 60 hoteles con más de 60.000 habitaciones. El posicionamiento de las cadenas hoteleras españolas no corre peligro, a juzgar por la versión oficial del gobierno cubano. El ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, reiteró hace unas semanas en Madrid el compromiso del país hacia las empresas españolas presentes en la isla. “No daremos la espalda a las empresas que apostaron por Cuba en los momentos difíciles”, aseguró.
Según Rafael Gallego, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), “serán otros los que tengan que competir con las empresas españolas, la gran ventaja es que llevan muchos años allí y son líderes del mercado
[useful_banner_manager banners=1 count=1]