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SMART TRAVEL. En busca del equilibrio

Eva López

Nadie puede ocultar que a raíz de la coyuntura económica muchos servicios que antes se consideraban básicos se han convertido en un suplemento de pago, y a veces caro. Sin embargo, con Internet y sus aplicaciones han nacido nuevas opciones destinadas al viajero despierto que quiere más por menos. El viajero low cost no tiene por qué ser el que recurre siempre a lo más barato, sino el listo que sabe aprovechar algunas oportunidades.

La situación económica ha provocado el desarrollo de nuevas opciones destinadas al ahorro. Y no solo en relación a la reserva directa. También en intermediación y gestión de viajes profesionales se están creando alternativas que facilitan los desplazamientos y redundan al mismo tiempo en una optimización de los costes.
La existencia de nuevos productos y maneras de consumir está estrechamente relacionada con Internet y las diferentes aplicaciones que permiten inmediatez en la demanda, un registro rápido de los datos, la localización instantánea de los usuarios y la elaboración de informes detallados en un solo clic. Y sin ni siquiera levantar el teléfono.
Como gran novedad en un sector muy poco acostumbrado a crear sinergias con viajeros de otras empresas, en muchos casos el ahorro pasa por compartir costes con otros. Y no solo eso: nuevos conceptos que ya empiezan a convertirse en clásicos se hacen hueco en forma de clases híbridas a bordo de las compañías aéreas, multiplicación de tipos de tarifa (no solo ya en el aéreo) o la adaptación de modelos de compra colectiva a sectores como el de la restauración. Todos son hijos de la llamada crisis y, sobre todo, oportunidades para el viajero.

Alojamiento

Lo más novedoso es la reserva por horas, cada vez más extendida, y no solo en los hoteles de aeropuerto. Byhours.com, por ejemplo, ofrece la posibilidad de descansar por tramos de 3 a 48 horas en sus hoteles asociados. En el momento de buscar establecimiento se acelera la selección, ya que diferencia entre establecimientos cercanos a un aeropuerto, a una estación de tren o a recintos de ferias y congresos. También permite alquilar espacios para reuniones según el tramo horario en el que se celebre el evento. Todo el mundo puede salir ganando. El organizador, que evita pagar una mañana cuando necesita una hora; y el hotel, que puede facturar a varios clientes en el plazo que antes solo se destinaba a uno.

Las aplicaciones de Internet han provocado un buen revuelo en el sector hotelero, rompiendo el principio de que una reserva anticipada siempre conlleva un mejor precio. Por ejemplo, Hoteles Hot ofrece descuentos de hasta el 50% reservando a última hora. Blink Booking, muy bien considerada entre los internautas, está especializada en hoteles de alta gama y ofrece reducciones de hasta el 20%. Lo mejor de todo es que se pueden conseguir hasta las seis de la mañana del mismo día de la estancia.

Restauración

Groupon lanzó la moda de contratar servicios más baratos a través de un sistema basado en la contratación de cupos que se ofrecen a los abonados. Visto desde el punto de vista del cliente, es un modelo de compra colectiva que permite obtener descuentos de hasta el 90% en algunos productos. Desde el punto de vista del proveedor, una manera de llegar fácilmente a segmentos que ya han demostrado previamente su interés por recibir ofertas de determinados productos y servicios.

Tripadvisor fue, por su parte, una web pionera en la distinción de opciones en función de las opiniones de los usuarios. Hoy por hoy, son muchas las aplicaciones que han combinado ambas maneras de seleccionar alternativas, consiguiendo precios más bajos que reservando de manera individual con una llamada telefónica.

Eltenedor.es es una de las más famosas: de manera online, el usuario recibe notificaciones sobre los restaurantes que le pueden interesar teniendo en cuenta el destino en que se encuentre. A la hora de reservar, siempre por Internet, se ofrecen descuentos y no requiere el pago por anticipado. Es una pena que no incluya, al menos de momento, una categoría de restaurantes adecuados para una cita profesional. Todo se andará.

Tren

El bono clásico que incluía un número de viajes más baratos por el hecho de adquirirlos en paquete se ha extendido a los trayectos de alta velocidad y larga distancia en tren. El BonoAVE de Renfe ofrece un descuento del 35% sobre la tarifa básica en los 10 viajes que incluye entre dos estaciones predeterminadas. Concebido especialmente para los pasajeros corporativos, se puede utilizar los días de entresemana y tiene una validez de cuatro meses. Existe tanto en versión económica como preferente.

El bono tiene cierta flexibilidad: cuando el pasajero llega con retraso, y siempre que no sea superior a 30 minutos, puede viajar sin coste en el siguiente tren. En caso de demora superior, se puede adquirir un billete nuevo pagando el 20% de la tarifa básica.

Desde el pasado mes de febrero la compañía ferroviaria recompensa la antelación en la compra con descuentos que pueden alcanzar hasta el 70%: la tarifa bautizada como Precio Promo imita el modelo de las compañías aéreas y establece precios dinámicos en función de la demanda. La flexibilidad es menor y en ningún caso incluyen el acceso a los salones VIP.

Taxi

El sector está viviendo su propia revolución y no solo en lo que a formas de desplazamiento se refiere. La partida de gastos relacionada es difícil de gestionar por parte de los travel managers, que suelen contabilizarla dentro de las dietas y con aspectos poco definidos, como el hecho de que se incluyan o no las propinas. Y puede llegar a ser un problema importante, teniendo en cuenta que ocupa el cuarto lugar en la inversión global de una empresa en viajes, superando en muchas ocasiones el 10% del total destinado a transporte.

Aplicaciones como Taksee! han sido pensadas para empresas e incluyen informes de gasto por pasajero o ciudad, con estimaciones de precio por adelantado. Una central de reservas aglutina la oferta de diferentes emisoras y el cliente reserva vía Internet sin necesidad de llamar.

En cuanto al producto, el viajero también está cambiando la manera de desplazarse. El coche no cambia, lo que cambia es la compañía. El taxi compartido se extiende poco a poco en Internet. Algunas aplicaciones como JoinUp buscan en las cercanías a otros pasajeros interesados en el mismo trayecto durante una franja horaria de 30 minutos a partir de la hora solicitada. En caso de localizar a varios clientes, estos se reparten a partes iguales el coste del trayecto en los tramos compartidos. A diferencia de otros servicios semejantes que se están desarrollando en Europa, no hay que pagar con antelación.

Rent-a-car

Compartir el coche se está convirtiendo en una tendencia defendida incluso por las propias compañías de alquiler. Avis compró a principios de año Zipcar, una start-up estadounidense con la que pretende extender este servicio. Consiste en que varios usuarios contraten la utilización de un mismo vehículo mediante la reserva de tramos horarios y días.

La forma de acceder al coche también cambia: previa reserva online se actualiza una tarjeta magnética que permite abrirlo. Una vez dentro, la introducción de un código desbloquea la llave de contacto.

El concepto puramente low cost basado en la comercialización exclusiva por Internet también está entrando en el sector. El último operador en demostrarlo es Europcar: su nueva marca InterRent ha sido pensada para los conductores vacacionales, pero también puede ser interesante para los corporativos. Aunque el viajero reserva de manera individual online, una modalidad que se adapta más a las pymes, también cuenta con mostradores de atención en aeropuertos y estaciones.

Premium Economy

¿Por qué elegir turista o business a la hora de viajar en avión en un vuelo de larga distancia? Lo mejor puede ser hacerlo en la clase «de en medio». El sector aéreo no para de presentar propuestas. Se multiplican las tipologías de tarifas, la oferta de servicios asociados y también los extras desagregados del precio como opcionales. En el interior de la cabina, la consecuencia más evidente de una coyuntura que requiere de soluciones más personalizadas son las clases híbridas o premium economy.
Lufthansa ha sido la última en anunciar el lanzamiento de una clase de este tipo para 2014, en beneficio de una división del interior del avión cada vez más acusada. La parte trasera se va definiendo a pasos agigantados como una zona de asientos con espacio muy limitado, en la que la facturación de equipaje, la elección de asiento, la restauración o cualquier otro servicio añadido serán de pago. Al más puro estilo low cost, pero en vuelos largos.

La premium economy de Lufthansa se instalará a bordo de los vuelos intercontinentales de la compañía, tal y como ya han hecho Air France o British Airways. En realidad, recuerda a la turista de antaño con la facturación de equipaje incluida, la posibilidad de elegir asiento y al menos dos opciones en los platos calientes durante el servicio de restauración.

En todos los casos, las cabinas contarán con más clases y solo las tarifas más altas incluirán todos los servicios. No tiene por qué ser negativo que el viajero pueda prescindir de aquello que no le interesa, siempre y cuando los precios bajen. En Europa, la tendencia en este sentido es evidente. Las últimas previsiones de Advito, filial de BCD Travel, apuntan a que la reducción de la demanda y la guerra de precios podrían provocar que se estanquen en los niveles de 2012, mientras que en otras zonas del mundo, como Oriente Medio, registran aumentos cercanos al 9%.

 Corto y medio radio

Mientras tanto, las compañías asociadas al modelo económico de bajo coste están lanzando gamas de tarifas que combinan la flexibilidad y la inclusión de algunos servicios básicos con una oferta de opciones de pago. Lo mismo que están haciendo las compañías convencionales. Por eso, cada vez se diferencia menos el servicio entre ambos modelos de negocio.

Como ejemplo, Air Berlin propone servicio de bebidas y snacks, además de diarios y revistas gratuitos, en horarios adaptados al viajero de empresa y con beneficios en su programa de fidelización. EasyJet ha ideado las tarifas Flexifare, con cambios ilimitados en la semana previa y hasta tres semanas después del viaje, facturación de una maleta incluida, embarque prioritario y asiento en la parte delantera del avión. La diferencia con una business de corto radio de una compañía convencional es prácticamente inexistente.

Cuestión de actitud

Ahorrar no es solo una cuestión de producto, podríamos decir que también lo es de actitud: el viajero ahorrador organiza su tiempo de manera diferente a la de hace unos años y ha establecido un nuevo orden de prioridades. El Estudio Hábitos y Tendencias de los Viajes de Negocio en España (2013), realizado por la asociación de agencias Gebta y la aerolínea Vueling, constata que en la actualidad el representante de una empresa se preocupa más por optimizar su tiempo. Una buena forma de incrementar su productividad y rendir más durante el viaje. Por eso necesita flexibilidad a la hora de hacer cambios, servicios como la tarjeta de embarque en el móvil y aplicaciones que le ayuden a presentar sus gastos y elaborar informes claros de manera sencilla.

El viajero puede sacarle más partido a sus desplazamientos. Una correcta gestión del tiempo es imprescindible. Tanto como estar al día de los productos y servicios que el mercado le ofrece y las aplicaciones que le conducen a ellos en un simple clic.

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