El vino ha llevado el nombre de Oporto más allá de sus fronteras y es el hilo conductor desde 2020 de WOW, el barrio rehabilitado de la ciudad cuyo nombre es el acrónimo de World Of Wine. El nuevo distrito aglutina espacios y museos donde disfrutar de todos los atractivos de la tradición vinícola de la ciudad en una zona que se ha convertido además en la referencia cultural y gastronómica a ambas orillas del Duero. Una experiencia que es mejor vivirla y beberla para después contarla.
Oporto no necesita muchas presentaciones ni excusas para darse el capricho de una escapada. La segunda ciudad de Portugal ha sabido sacarle partido a esos aires decadentes y bohemios que le dan ese halo especial del que solo disfrutan unas pocas ciudades del mundo. Tanto es así, que su presencia es constante en los rankings de los lugares a los que hay que ir una o varias veces en la vida.
El destino parece sacado de un lienzo, con el alma del popular fado que habla de un velero y un marinero, que cantaba nostálgico al amor, a unos valles y unas colinas lejanas. Escucharlo en boca de Amalia Rodrigues es transportarse al instante a la ciudad de las inclinadas cuestas y calles estrechas, en ocasiones adornadas con azulejos y con flores.
También es viajar al que, dicen, fue el escenario en el que se inspiró J. K. Rowling para las aventuras del más famoso mago de todos los tiempos. Y no solo por la popular librería Lello. Por lo visto los fans de Harry Potter encuentran signos de la saga por todas partes. Quién sabe si la escritora llegó a descubrir es espíritu de Oporto que se desliza por el Duero bajo el gran arco del puente de Luis I, el que más sale las fotos. Seguro, eso sí, que tuvo ocasión de contemplar la mejor panorámica de Oporto desde la otra orilla, la de Vilanova de Gaia.
WOW, el nuevo distrito cultural
Es en ese lado donde, aparte de las vistas bonitas con el perfil de la torre de los Clérigos o la catedral de frente, desde hace años se han ido asentando las bodegas que han llevado el nombre de Oporto por todo el mundo. Y precisamente es allí donde, desde el verano de 2020, ha surgido un nuevo distrito que ha revolucionado la actividad cultural de la ciudad. Y como no podía ser de otro modo, ese lado del río rinde homenaje a las tradiciones del mundo de la uva.
El nombre, World of Wine, lo dice todo. Y su acrónimo, WOW, es la mejor descripción de las sensaciones que se viven en este complejo de 35.000 m2, con siete museos y 12 espacios para disfrutar de una gastronomía muy top. Y donde, además de saborear los buenos caldos de Oporto, se ofrece una experiencia 360 que une los orígenes de la ciudad y de Portugal con los del propio vino, maridándolo todo con actividades y eventos culturales como conciertos y exposiciones.
Para ponerlo más fácil no hace falta irse muy lejos para dormir, ya que en WOW está ubicado uno de los hoteles más emblemáticos y exclusivos de Oporto: The Yeatman. No solo ofrece algunas de las mejores panorámicas de la ciudad, sino que, además, es el punto de partida para entender cómo y por qué surge WOW: de la tradición vitivinícola y el amor por la ciudad de la familia Yeatman.
En 1838, el comerciante de vinos británico Morgan Yeatman se asoció a Joseph Taylor para empezar un proyecto al otro lado del canal de La Mancha, en concreto en la ribera del Duero portuguesa de Vilanova de Gaia. Varias generaciones de negocios después, los vinos de Taylor´s, Fonseca y Croft forman parte de la familia Yeatman y también del catálogo de los más valorados de la región.
El hotel surgió en 2010 como homenaje a toda esa tradición y hasta la piscina, frente al Duero, tiene forma de decantador. Adrian Bridge, el último de la saga, fue quien dio rienda suelta a su pasión por el vino en forma de alojamiento y, diez años después de su apertura, con el concepto de World of Wine —bajo el abanico de The Fladgate Partnership— que no se puede desvincular ni de Oporto, en particular, ni de Portugal, en general.
Así es como se puede ver en el museo de la región a través de los tiempos: Porto Region Across the Ages. Se trata de un recorrido interactivo, como la mayor parte de los que se pueden hacer en WOW, para descubrir los comienzos tanto de Oporto como de Portugal, que vienen a ser prácticamente lo mismo, ya que el nombre del vecino país tiene como origen el que los romanos pusieron a la región donde hoy se asienta Oporto (Portus) y Cale, actual Gaia.
El museo hace un viaje desde los tiempos prehistóricos hasta la actualidad, haciendo un repaso de los hitos más importantes de la historia lusa y de la conocida como la “ciudad invicta”. El centro es el mejor punto y seguido para empezarla a descubrir el destino, ya que el recorrido incluye la recreación de sus calles y rincones más emblemáticos. Incluso hay un vagón del mítico tranvía amarillo.
La experiencia del vino
Para quienes siempre quisieron hablar con propiedad del vino, más allá del postureo clásico de quien va a una cata y después presume de conocer todo el universo que gira en torno a una copa, el museo The Wine Experience es el mejor sitio para empezar. También de forma didáctica e interactiva —es posible meterse incluso dentro de una uva—, hace honor a su nombre y ofrece la posibilidad de disfrutar y conocer todo lo que tiene que ver con la experiencia del vino. Desde los distintos tipos de suelos donde crece la vid, las fases de la vendimia o saber qué ocurre en el interior de una barrica, hasta identificar un buen caldo a través del olfato o descubrir con qué tipo de vino nos identificamos más. El objetivo es que todo el que entre salga con un poco (o mucho) más de cultura vitivinícola.
Tan importante es conocer la historia y los componentes del vino como todo lo que hace falta para beberlo. Por eso, el museo del corcho, Planet Cork, es el lugar ideal para comprender todo el proceso, tanto de su obtención como de sus posibles usos, ya que no solo se utiliza para coronar las botellas. De hecho, Portugal es el primer productor mundial de este material, tan polivalente que puede servir para lograr efectos cinematográficos o fabricar muebles como chanclas.
Y de aquí a la joya de la corona de WOW: The Bridge Collection. Un capricho hecho museo del impulsor de World of Wine, Adrian Bridge, que durante años ha ido atesorando una extraordinaria colección de vasijas y recipientes que, a lo largo de 9.000 años, se han utilizado para beber el vino. En total, cuenta con 1.500 piezas y la más antigua, de origen japonés, que data aproximadamente del 7.000 a.C., comparte espacio con todo tipo de recipientes: porrones, tazas, cálices… Entre otras joyas, hay también recipientes tallados con poemas en mandarín, así como vasos y copas utilizados por nobles de todos los tiempos, e incluso reyes, como el que se expone de Alejandro Magno.
El maridaje perfecto
Si hay algo que le va bien al vino fortificado de Oporto es acompañarlo de un poco de chocolate. Más en concreto, el que se fabrica en el mismo corazón de WOW, Vinte Vinte, que en poco tiempo de existencia ha conseguido varios galardones. En The Chocolate Story, el museo dedicado a esta dulce tentación, no solo se puede ser testigo su elaboración, sino imbuirse de lleno en la tradición chocolatera que hunde sus raíces en los tiempos precolombinos de México y América Central. Y saltar desde Portugal hasta una plantación de cacao en medio de la selva, gracias a la recreación muy conseguida que hay dentro del museo.
Por cierto, el nombre del chocolate de la casa viene de las zonas donde se cultiva el cacao, entre el paralelo 20 Norte y el 20 Sur. Otro tipo de curiosidades que se pueden descubrir en este museo es la evolución del mundo de la publicidad en torno al chocolate o cómo ha servido a lo largo de los tiempos desde los usos místicos para conectar con los dioses o para llenar de energía a los soldados de la II Guerra Mundial.
Una buena oportunidad de comprobar cuánto ha calado la cultura del vino y del chocolate en la visita a WOW y, sobre todo, para aprender un poco más, es visitar The Wine School, que ofrece la posibilidad de realizar cursos y catas de vino en tres salas especialmente acondicionadas para la ocasión, una de ellas incluso con cocina. Por supuesto, con los vinos de Oporto como protagonistas —no podía ser de otra forma—y el chocolate Vinte Vinte de estrella acompañante.
World of Wine es una completa oda a la tradición vinícola de Portugal, pero también, un escaparate para promocionar lo mejor del made in Portugal, un excelente polo cultural de Oporto. Los 400 m2 de la Galería WOW acogen exposiciones temporales de artistas locales e internacionales. También es posible encontrar firmas portuguesas en las boutiques del recinto. Aunque, si se trata de moda, el Porto Fashion & Fabric Museum, dedicado a la tradición textil portuguesa, hace un repaso a la industria de sus hilos y tejidos, tan importante para el desarrollo económico, sobre todo de la zona norte. El museo, que ocupa un edificio histórico, en el que incluso hay una capilla con frescos restaurados, también ofrece una muestra del calzado y la moda nacional, así como del arte de la filigrana.
Y de la pasión por la moda a la locura por el mundo rosa. O al menos, un paseo por las tradiciones del vino rosado en Pink Palace. El museo más interactivo y divertido de WOW hace un recorrido por los métodos de producción y variedades de este tipo de caldo mientras se degustan cinco referencias portuguesas y francesas. Al mismo tiempo, el visitante se convierte en protagonista del relato, ya que el centro invita a todo el que tenga el móvil en la mano a subir sus mejores momentos a Instagram. Atención, spoiler: la piscina de bolas —rosas, por supuesto— es casi el aperitivo para lo que viene después.
Gastronomía para todos los gustos
Moda, arte, vino… y diseño. La arquitectura de todo el complejo de WOW llama la atención por sus líneas modernas que, al reconvertir antiguas bodegas y almacenes, aprovecha los vestigios industriales de suelos empedrados y bóvedas. La plaza principal, con magníficas vistas al Duero y a Oporto, hace las veces de distribuidor central a todos los espacios de interés.
En un distrito cultural dedicado principalmente al vino no podían faltar restaurantes y bares para disfrutar aún más de la experiencia, uno para cada gusto u ocasión. Entre otros, los fans del pescado y el marisco se derretirán en The Golden Catch, mientras que quienes sigan los cánones de la dieta vegetariana encontrarán en The Root & Wine su edén particular. En el polo opuesto, 1828 —la fecha de la Guerra de la Independencia de Portugal— rinde un delicioso homenaje a lo mejor de la carne. Y para terminar la jornada, nada mejor que relajarse en Angel´s Share, el que más tarde cierra, un lugar ideal para probar alguna de las más de cincuenta referencias de su carta de vinos y dejarse llevar por la mezcla autóctona con más adeptos: el porto tonic, una variedad del gin tonic en el que la ginebra se sustituye por vino.
Todavía con el regusto de la experiencia de WOW, la posibilidad de descansar en alguna de las 109 habitaciones de The Yeatman es el mejor aliciente para volver a amanecer mirando al Duero. Y completar el disfrute en uno de espacios gastronómicos que alberga el hotel, con dos estrellas Michelin. Y probar alguna de las más de 25.000 botellas de 1.300 referencias con las que cuenta el establecimiento, completamente dedicado al vino, como la cama-barrica de su suite.
Aunque, sin duda, el siguiente plan no puede ser tan redondo como abandonarse al relax en el Spa Vinothérapie Caudalie. La experiencia es realmente wow para disfrutar aún más de Oporto, la ciudad donde antaño los rabelos, los barcos utilizados para transportar vino, perfilaban el curso del Duero y donde hoy se puede disfrutar de una intensa actividad cultural y enoturística única en el mundo.