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SAMANÁ. Postales del Caribe

TEXTO Y FOTOS JAVIER CARRIÓN

The Bannister Hotel & Yacht Club

Bañada por las aguas del Atlántico en la costa norte y el hermoso mar Caribe en el sur se encuentra la República Dominicana. Todo el país es hermoso, pero la provincia de Samaná propone una oferta verdaderamente exótica gracias a sus lagos y sus paisajes marinos en el relieve geográfico más extraordinario de toda la costa. De ahí que sus experiencias cautiven a los asistentes de los numerosos eventos corporativos que se celebran en su magnífica planta hotelera. Los viajes de incentivo también tienen aquí el éxito asegurado.

 

 

Fue la primera isla grande que avistó Cristóbal Colón el 5 de diciembre de 1492 y ahora, 532 años después, la República Dominicana en la Antigua Española es uno de los destinos más consolidados del Caribe gracias a sus paradisíacas playas, reservas naturales y ciudades históricas. La prueba es que en 2023 recibió 10,3 millones de visitantes por vía marítima y aérea y su ocupación hotelera alcanzó el 73 %, unos niveles que enterraron a los de la pandemia. En 2024, las autoridades turísticas dominicanas esperan mejorar esos resultados en un país donde el principal inversor extranjero es España y son más de 200.000 los turistas de nuestro país que se acercan cada año a esta bella isla.

Ese éxito turístico de República Dominicana no solo se debe a su variada oferta, a la que se accede a través de ocho aeropuertos internacionales, sino también a su capacidad de satisfacer las necesidades del segmento de reuniones e incentivos, otro de los principales motores de desarrollo para el país e importante generador de ingresos, empleos e inversión extranjera.

La capital, Santo Domingo, y Punta Cana encabezan esa oferta MICE por sus grandes infraestructuras hoteleras y de convenciones en la organización de macroeventos, pero otros destinos de la isla, como Samaná, han logrado incrementar sus resultados en sus convocatorias más reducidas debido a su naturaleza intacta en muchos casos, al gran abanico de experiencias que se pueden disfrutar y a la facilidad de poder llevar a grandes grupos a estos rincones paradisíacos.

El Aeropuerto Internacional El Catey es desde 2006 la puerta de entrada habitual a la península de Samaná, aunque algunos visitantes llegan a este destino desde el de Santo Domingo, a unas dos horas y media en coche. Por otra parte, los cruceros atracan en Samaná en la temporada de invierno, cerca de Cayo Levantado y la Bahía de Samaná. Los propietarios de barcos más pequeños disponen de instalaciones completas de atraque y muelles para embarcaciones de hasta 150 pies de eslora en Puerto Bahía Marina, en el extremo norte de la bahía. Por tierra, la carretera Santo Domingo-Samaná o Ruta 7 es muy utilizada, así como el Bulevar Turístico del Atlántico hacia Las Terrenas, que ofrece impresionantes vistas costeras sobre la bahía de Cosón.

INFRAESTRUCTURA HOTELERA

Cayo Levantado Resort, el hotel de lujo del Grupo Piñeiro en suelo dominicano, es el principal referente MICE en la península de Samaná, gracias a sus magníficos espacios abiertos y cerrados para reuniones y eventos, que van desde la increíble arena blanca de Playa Cayo Levantado, la playa Olah y el Olah Beach Club, hasta el íntimo rincón espiritual Yubarta, el restaurante Santa Yuca o la exclusiva Villa Signature.

Su playa principal, conocida también como Playa Bacardí, está enclavada junto al hotel exclusivo de la isla semiprivada más famosa del país, renovado lujosamente en junio de 2023, donde se puede disfrutar de una experiencia de wellness única que combina actividades de nutrición natural con otras de exploración y transformación de la mente, el cuerpo y el espíritu entre las que destaca el trabajo de una profesora y terapeuta de Huelva, Carmen Sanz, quien propone a los huéspedes una sesión exclusiva de limpieza energética, meditación, yoga, reiki y otras terapias.

El hotel dispone de una playa privada, de otra pública y de dos sistemas sostenibles únicos en República Dominicana: una ingeniosa máquina atmosférica que produce agua obteniéndola de la humedad del aire y un biodigestor que genera bioenergía de los residuos orgánicos de la isla. El complejo, que se divide en Cuatro Caminos del Bienestar, defendiendo siempre la cultura y el estilo de vida locales, la sostenibilidad y el cuidado personal de sus huéspedes, cuenta también con un huerto y un pequeño conuco donde se cosechan plantas aromáticas, frutas, vegetales y víveres para reducir la dependencia de estos productos del exterior y minimizar la contaminación que genera el traslado de alimentos hasta la isla.

Otro hotel importante para el sector el turismo de reuniones es The Bannister Hotel & Yacht Club. Se encuentra a poco más de cinco kilómetros de Santa Bárbara de Samaná, la ciudad más poblada de esta península, y dispone de más de 400 m2 para eventos y banquetes en tres salones individuales, incluyendo el Santa Bárbara, el único en toda la península de Samaná́ con capacidad para 200 personas. Este cinco estrellas organiza una amplia variedad de experiencias, como actividades náuticas, submarinismo y equitación.

La oferta MICE de Santa Bárbara se completa con otras sedes más pequeñas, como el popular Rotary Club, indicado para conferencias, o la Hacienda Cayuco, un ecohotel levantado en El Monte Rojo, un barrio que se alza en la montaña con unas portentosas vistas hacia Cayo Levantado y la costa de la península. El establecimiento, muy popular entre youtubers e instagramers, cuenta con dos piscinas de agua salada, dos torres-miradores elevados, un área de comida junto al lobby, biblioteca, sala de juegos y una zona con fogata para las noches. Se puede alquilar en su conjunto para organizar eventos y fiestas privadas.

Por otro lado, Las Terrenas, segundo destino más turístico de Samaná, propone varios hoteles de lujo con salones para reuniones: Balcones del Atlántico cuenta con un salón de reuniones para 50 personas; El Sublime Samaná Hotel & Residences, un resort de estilo minimalista, programa retiros empresariales entre los cocoteros de la Playa Cosón, donde las montañas sirven como telón de fondo; el Bahía Príncipe El Portillo dispone de una amplia sala de conferencias, un teatro y exquisitos restaurantes ideales para encuentros profesionales con un aforo de espacios abiertos y cerrados para 350 personas. Por último, el Viva Wyndham V Samaná ofrece un business center y espacios para eventos y celebraciones privadas.

RECORRIENDO SAMANÁ

Menos turística pero más virgen que Punta Cana, la península de Samaná exhibe arenales, cayos, selva y manglares que pueden recordar de alguna manera a cómo era este paraíso cuando llegaron los españoles a estas tierras. Su clima es húmedo tropical con una temperatura media de 25 grados, aunque de junio a octubre el calor se impone con toda su fuerza y hay que tenerlo en cuenta a la hora de preparar el viaje. Sea la estación que sea, el destino es un auténtico edén natural, tan codiciado como hace cinco siglos, cuando los piratas utilizaban los bosques de miles de palmeras y las playas más ocultas como escondite.

La aventura atrae siempre. Lo mejor es iniciarla en Santa Bárbara, una ciudad con sangre mestiza, orgullosa de sus orígenes y de su identidad. La capital, fundada en 1756, abraza una impresionante bahía salpicada de veleros y flanqueada por verdes acantilados. El nombre se eligió en honor a la reina Bárbara de Braganza, esposa del rey Fernando VI de España, el tercer Borbón que gobernaba España y sus colonias en aquella época. El nombre de Samaná, según los cronistas de la época, era la denominación que le daban los aborígenes taínos a la península.

La rica historia y su variada cultura se reflejan en la diversidad de la población, herederos de indígenas, españoles y esclavos, la cocina y la arquitectura. Este año se cumple el bicentenario de la llegada de 300 esclavos afroamericanos libertos procedentes de Filadelfia que desembarcaron en la isla. En Santa Bárbara establecieron la Iglesia Africana Metodista Episcopal y formaron un nuevo núcleo étnico con apellidos ingleses que persisten hoy como los nombres de origen español. Forman una población tranquila a la que le gusta la música y el baile con el merengue y la bachata siempre presentes, sin olvidar el ron, los panes de la abuela y sus platos a base de coco, la cerveza de jengibre y la lotería, con más de nueve sorteos diarios. Ese histórico templo es conocido popularmente como “La Churcha” y todavía pueden oírse en su interior himnos gospel y coros en inglés.

LA VIDA DE LAS BALLENAS

Desde el puerto y los diferentes miradores que se despliegan en el paseo resulta espectacular observar los puentes de Santa Bárbara, especialmente al atardecer, y no está de más caminar por el de Napoleón, solo para peatones, para cruzar a los dos cayos de su bahía: Linares y Vigía. Bajo ellos es fácil divisar estrellas de mar en el fondo a través de unas aguas transparentes. De regreso a la ciudad por estos puentes queda a mano el Museo de las Ballenas, donde tienen el esqueleto completo de una ballena jorobada.

También es el lugar donde conocer las costumbres de estos cetáceos, que llegan a la bahía entre enero y abril. El viaje dura unos 30 días y se inicia en el golfo de Maine, en Estados Unidos, y en ocasiones desde las aguas de Islandia, para concluir en los bancos de la Plata y de Navidad, dentro del llamado Santuario Nacional de Mamíferos Marinos de Samaná. En estas aguas poco profundas las mamas ballenas dan sus primeras clases a los ballenatos que nacen con 4 metros de longitud. Cuando son adultos pueden llegar a los 15 metros, con un peso entre las 30 y 40 toneladas. Previamente las ballenas habrán pasado casi doce meses de gestación y comenzarán a repartir en estas aguas su leche materna.

Las ‘pequeñas’ engordan 45 kilos diarios, aunque ya en el momento del alumbramiento pesan casi una tonelada, lo que no impide que el ballenato comience a nadar rápidamente ayudado por su madre, que le eleva hacia la superficie para respirar. Durante su estancia en aguas dominicanas, viven de sus reservas de grasa acumuladas durante el tiempo que han permanecido en el norte.

LAS GALERAS

De camino a Las Galeras, una de las áreas más vírgenes de la República Dominicana, en el extremo nordeste de la península e Samaná, se encuentra la costa donde Cristóbal Colón recibió el primer ataque con flechas de los indios ciguayos y donde más tarde se levantó el primer asentamiento español en la isla: Gran Carenero. El pueblo debe su nombre a los antiguos barcos de guerra conocidos como galeras que fueron utilizados para transportar prisioneros y esclavos. Dos de estas embarcaciones se alojaron en este lugar a mediados del siglo XVI y desde entonces se le llama así a este poblado.

En la zona, también conocida por su cementerio indígena y porque aquí aparecieron los restos del habitante más antiguo de La Española (5.200 años), se reparaban los barcos de la Corona que vigilaban la isla entre Cabo Cabrón y Cabo Samaná. Aquí no hay ni grandes edificios ni proyectos arquitectónicos deslumbrantes, solo unas magníficas playas de arena blanca, como El Aserramiento o la del pueblo de Las Galeras, a 28 kilómetros de Santa Bárbara, que invitan a tomar el sol con mucho sosiego. Los visitantes encuentran aquí una vida sencilla de pueblo que se conserva a pesar de la gran afluencia de turistas diurnos que acuden a la famosa Playa Rincón, una de las más alabadas del mundo, con sus tres kilómetros de arenas finas y blancas en un encantador entorno donde se alzan innumerables palmeras y cocoteros.

LAS TERRENAS Y PLAYA COSÓN

Las Terrenas, en el norte de Samaná, seduce también al visitante por ser una mezcla perfecta de un pueblo de playa de ensueño y una ciudad cosmopolita con pequeños hoteles, bistrós internacionales, boutiques de ropa y artesanías, restaurantes locales en el Pueblo de los Pescadores y animados bares para bailar bachata en sus divertidas noches junto al mar. Los cafés franceses y las pintorescas casas de huéspedes dan paso a boutiques, bistrós y salones frente al mar de estilo europeo, en un pueblo lleno de graffitis que antaño atraía a los hippies.

Hoy, este rincón de la península conserva su diversa herencia cultural y además de los cruasanes, se puede degustar una cocina rica en sabores de coco y mariscos. No hay que perder la oportunidad de probar los  langostinos con mantequilla de estragón sobre las hojas de una lechuga, una influencia de los primeros colonos canarios y descendientes de inmigrantes afroamericanos del siglo XVIII que continúan prosperando en este lugar.

En el pueblo, donde aún quedan algunas antiguas casas construidas de madera y zinc, merece la pena visitar la Plaza Colonial, un lugar que guarda ciertas similitudes con el casco antiguo de Santo Domingo, con sus casitas y comercios en los que se venden souvenirs de todo tipo. Por otra parte, los arenales en este área son excelentes, pero si hay que elegir uno, ese debe ser Playa Cosón, ideal para aprender y practicar el kitesurf y dar paseos a pie por su arena blanca: a un lado, hacia Punta Bonita, un punto ideal para disfrutar del atardecer, y al otro hacia la desembocadura del río Noria, un prodigioso escenario natural donde las palmeras se reflejan en el agua junto al mar.

EL PARAÍSO AVÍCOLA DE LOS HAITISES

El viaje por la península de Samaná no estaría culminado sin tomar un barco en el puerto de Santa Bárbara con rumbo al Parque Nacional de los Haitises (“Tierra de Montaña”). Se trata de una excursión imprescindible y conviene recorrerlo por las aguas de la bahía. En esta zona hay 21 canales de mangle, 6 cuevas abiertas al turismo con petroglifos y pictogramas grabados en las paredes, como la de la Línea o la de la Arena, y 50 cayos y mogotes por los que es posible navegar.

Se trata, sin duda, de un lugar exótico con galerías de arte rupestre repletas de dibujos realizados con tintes extraídos de la corteza del mangle, carbón vegetal, grasa de manatí y excrementos de murciélagos, donde el agua, la densa vegetación y las variadas especies de aves —con el pelícano, la fragata y el gavilán de La Española a la cabeza—, componen un marco natural inigualable en el continente americano que se extiende por 1.600 km2.

RECOMENDADOS

A CABALLO HACIA EL SALTO DEL LIMÓN

Aunque el Salto del Limón es una excursión clásica en Samaná y se puede realizar a pie por un sendero empinado, rocoso y lleno de lodo, resulta mucho más emocionante disfrutarla a los lomos de un caballo pequeño y dócil conducido por un guía en poco más de media hora. Se trata de un salto de agua que se precipita desde 47 metros, procedente del arroyo Chico hacia una poza del río del mismo nombre. Está a media hora en coche de Santa Bárbara con un tramo final a lomos de mulas que se acercan a la misma cascada. Los visitantes pueden gozar de las frías aguas de color esmeralda dándose un chapuzón en el entorno de un bosque tropical repleto de cuevas que fueron refugio de los indios taínos. Las palmeras y algunos árboles autóctonos, como la guanábana o la cigua, repletos de aves, conforman un paisaje único en sintonía con su río, sus cacaos y los cafetales.
www.paradalamanzana.com

EL ESPECTÁCULO DE LAS BALLENAS JOROBADAS

Si hay un lugar en el mundo donde resulta muy fácil ver de cerca ballenas en libertad, es la bahía de Samaná, en el nordeste de la República Dominicana. Todos los años, entre los meses de enero y abril, cientos de jorobadas pueden ser observadas en este antiguo escondite caribeño de piratas después de abandonar el Atlántico norte recorriendo entre 3.000 y 7.000 kilómetros para alcanzar las caldeadas aguas tropicales de Samaná con un objetivo: ocupar sus áreas de cría y reproducción. Desde 1984, este espectáculo de la naturaleza puede ser presenciado desde los barcos que operan en Santa Bárbara, acercándose a los animales a una distancia de 30 metros para divisar los prodigiosos saltos, volteretas y coletazos de los machos que quieren impresionar a las hembras. Los visitantes pueden acceder al llamado Santuario de Mamíferos Marinos de la Plata y de la Navidad y comprobar, por ejemplo, cómo la mancha blanca en la cola de las ballenas es en realidad su huella dactilar, siempre distinta en cada ejemplar. Estos tours pueden reservarse desde los hoteles y a veces se pueden escuchar los sonidos o cánticos de estos juguetones animales que emiten para aparearse, conseguir alimento o localizar a algún individuo de su especie.

PLAYA RINCÓN EN BUGGY, A CABALLO O EN BARCA

Una de las actividades más divertidas que propone Samaná son las excursiones buggy. En estos vehículos, adquiridos en Estados Unidos, se puede optar por varios itinerarios que combinen trayectos por carretera, pista de tierra y playa. El más popular es el que se dirige a Playa Rincón, entre las mejores playas del mundo, con sus 3 kilómetros de arena blanca, sus aguas azul turquesas y un riachuelo en su extremo occidental, el llamado Río Frío, que brinda un chapuzón en agua dulce. Desde Las Galeras se puede llegar también a este paraíso en coche, en barca o a caballo, a 33 km de Santa Bárbara de Samaná.

CENOTES Y LAS LAGUNAS DE SAN JUAN

Por el Bulevar Turístico del Atlántico, una moderna carretera que se extiende por la costa y los miles de cocoteros que la decoran, después de dejar Santa Bárbara y Cosón, atraviesa la provincia de María Trinidad Sánchez. Fue en estas tierras sembradas hoy con arroz, donde más de 12.000 inmigrantes españoles llegaron en 1955 y 1956 después de un acuerdo comercial entre Franco y Trujillo. Hoy, una estatua casi inadvertida recuerda ese episodio en una cuneta de la carretera, pero la mayoría de los visitantes pasan por este punto para recorrer Río San Juan, el destino final, y asombrarse con sus lagunas: Gri-Gri y Dudú. Esta última tiene un cenote atravesado por una tirolina a prueba de vértigo a 40 metros de altura. Las playas salvajes, como Calentón, Playa Grande o Playa Preciosa, son también para quedarse boquiabierto.

ENTRE MONOS Y TIROLINAS

Monkeyland es otra de las visitas obligadas para los amantes de la naturaleza y de las emociones. Aquí se puede contemplar de cerca a una amplia familia de monos ardilla dando de comer directamente a los animales desde un frutero. La visita guiada permite interactuar con los monos, que no paran de dar saltos entre los visitantes. A continuación se vive una aventura en el dosel del bosque sobre las montañas de Juana Vicente descendiendo a lo largo de 20 plataformas y 10 tirolinas. Durante el trayecto se recorren distancias divertidas y desafiantes entre 85 y 450 metros. Organiza Runners Adventures Samaná

BAHÍA PRÍNCIPE GRAND SAMANÁ *****

Un bello hotel estratégicamente ubicado a 10 kilómetros de Santa Bárbara de Samaná con playa privada. Desde sus terrazas, durante el desayuno o al atardecer, se divisa Cayo Levantado y en ocasiones las ballenas jorobadas que llegan a la bahía. No hay que perderse sus atardeceres desde la piscina exterior y su área de mesas para tomar un cóctel junto al mar.

Carretera Samaná- Las Galeras, s/n
Tel. +1 809 538 3434
www.bahia-principe.com

HACIENDA COCUYO ***

Un hotel ecológico en Monte Rojo, las montañas de Samaná, muy cerca de Santa Bárbara, en un antiguo enclave indígena donde se encontraron restos de cerámica ancestral cuando se comenzó a construir el proyecto. Sus miradores de madera de 360 grados y sus dos biopiscinas de agua salada sin químicos cautivan a los visitantes y a los instagramers, que han puesto sus ojos en este establecimiento que regala unas vistas espectaculares de la bahía y de Cayo Levantado. Este refugio natural dispone también de salas de juegos, una biblioteca y un área de fogata nocturna

Monte Rojo
Tel. +1 809 603 5059
www.haciendacocuyo.com

MONTE AZUL (B&B)

Encantador bed and breakfast y restaurante que regala una increíble panorámica de 360 grados desde el que se divisa Playa Rincón y la bella costa de la península de Samaná. El establecimiento cuenta con piscina, parking y desde su mirador se ven con facilidad los grupos de ballenas que llegan a esta bahía.

El Monte Azul – La Guazuma
Tel. +1 849 249 3641

TIERRA Y MAR

Como si fuera una cabaña costera, este restaurante acogedor y tranquilo cerca del malecón y de la playa de Samaná prepara un menú de comida típica dominicana con mariscos y pescados frescos, como el lambí, los camarones o la langosta, y platos tradicionales como las albóndigas de res, el locrio de pollo o la berenjena rellena de queso.

María Trinidad Sánchez, 25
Santa Bárbara de Samaná
Tel. +1 809 538 2436

SANTA BAHÍA

Abierto de 10 de la mañana a 12 de la noche, dispone de terraza y salones interiores muy modernos y frescos. En la carta destaca su selección de vinos y una cuidada carta de comida internacional con dos platos muy recomendables: la dorada rellena con risotto de gambas y la fritura de mariscos con aguacate ahumado y tostones. El local organiza eventos semanales con música en vivo, karaoke y DJs.

Av. Francisco del Rosario Sánchez, local 37
Santa Bárbara de Samaná
Tel. +1 849 392 1810

PORTO BY MOSQUITO

Un acogedor y refinado refugio al aire libre en Las Terrenas, junto al mar, que sirve exquisitos cócteles en un local decorado con maderas y conchas. Ideal para cenar presenciando sus originales shows con artistas y bailarines. Ceviches, croquetas de pescado, empanadas, tacos picantes, hamburguesas, pescados al grill y al coco y filetes de res destacan en su variada carta.

Calle 27 de Febrero
Balcones del Atlántico El Limón
Tel. +1 829 932 9837
portobymosquito.com

ACCESOS

Normalmente se llega a la República Dominicana en avión, puesto que dispone de ocho aeropuertos internacionales que tienen conexión directa con un gran número de aeródromos del mundo. También se puede entrar en el país a través de los cinco destinos para cruceros que atracan en algunos de los puertos más importantes, como el de Santo Domingo o el de La Romana. La isla cuenta con una gran variedad de puertos deportivos para barcos y yates, así como pistas de aterrizaje para aviones privados y vuelos chárter. Las principales empresas de alquiler de coches están presentes, tanto en los aeropuertos internacionales como en las ciudades. En el caso de Samaná se recomienda utilizar un vehículo para descubrir toda la península. Soltour (www.soltour.com) organiza en exclusiva durante todo el año viajes desde Madrid a Samaná a través de Santo Domingo, para España y vuelo directo a Samaná desde Portugal con avión, alojamiento ‘todo incluido’ y traslados.

DOCUMENTACIÓN

Pasaporte en vigor con validez de seis meses para los ciudadanos de la Unión Europea. No se pide visado para entrar en el país.

SANIDAD

No se exige vacuna alguna para entrar en la República Dominicana, salvo en el caso de los ciudadanos venezolanos que deben haberse vacunado contra la fiebre amarilla.

CLIMA

Tropical, generalmente con una estación de lluvias de junio a octubre. Las temperaturas al mediodía oscilan entre 27°C y 32°C, y pueden caer hasta 18°C y 23°C durante el invierno.

GASTRONOMÍA

La cocina dominicana destaca por su diversidad de sabores gracias a su mezcla de productos españoles, taínos y africanos, visibles en los platos criollos del país. Además de la caña de azúcar, el ron y las frutas frescas, se prueba la popular bandera (arroz, carne, gran variedad de especias típicas y poroto) o el mangú de los tres golpes, que consiste en un desayuno intenso  que combina salami dominicano frito, queso frito y huevos. También son muy populares las habichuelas, el sancocho tradicional o los pescados con leche de coco y tostones de plátano. Como bebida de acompañamiento, el morir soñando, un cóctel sin alcohol a base de leche y naranja.

MONEDA

El peso dominicano (DOP). Se pueden cambiar dólares o euros en el aeropuerto de llegada y también en los hoteles. También suele ser aceptado el pago con tarjeta de crédito.

SEGURIDAD

La República Dominicana es uno de los países con las tasas de criminalidad más bajos de la región, pero se recomienda tomar precauciones y no enseñar en público objetos de valor como teléfonos móviles, cámaras fotográficas y joyas.

HORARIO

La diferencia horaria entre España y República Dominicana es de 6 horas.

MÁS INFORMACIÓN
https://es.godominicanrepublic.com