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Las empresas avanzan en sostenibilidad en viajes corporativos, pero reclaman más datos

Sostenibilidad

Las empresas españolas avanzan en sostenibilidad de los viajes corporativos, pero reclaman datos más precisos. La 2ª edición del whitepaper “Hoja de Ruta de la ESG en los Viajes de Empresa”, elaborado por Forum Business Travel & Events en colaboración con Lufthansa Group, confirma la consolidación de políticas sostenibles en las organizaciones, aunque persisten desigualdades entre sectores y carencias en la trazabilidad de la información, especialmente en alojamiento y transporte terrestre.

 

La sostenibilidad ha dejado de ser un elemento reputacional para convertirse en un criterio real de gestión dentro de los viajes corporativos. Así lo constata la segunda edición del estudio “Hoja de Ruta de la ESG en los Viajes de Empresa”, presentado por Forum Business Travel & Events con la colaboración de Lufthansa Group, que analiza el grado de madurez y aplicación de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza en la política de desplazamientos profesionales de las empresas españolas.

El informe revela que el 69% de las compañías cuenta ya con objetivos concretos de reducción de emisiones, un dato que confirma la tendencia ascendente de los últimos años y la consolidación de una gobernanza más consciente.

La alta dirección emerge como el principal motor de impulso (27,7%), seguida del cumplimiento regulatorio y la adaptación a la Directiva CSRD, que introduce nuevas obligaciones de reporte de sostenibilidad para las grandes corporaciones europeas.

Aunque la voluntad está clara, los avances siguen siendo desiguales. El transporte aéreo continúa siendo el ámbito donde más información se maneja sobre la huella de carbono, pero su cobertura ha descendido del 85% al 69%, lo que apunta a dificultades en la consistencia de los datos, tanto por cambios de proveedor como por reservas fuera de los canales oficiales o metodologías no armonizadas.

En cambio, se observa una mejora en la disponibilidad de datos de tren, coche de alquiler y VTC, mientras que el hotel se mantiene como el gran punto ciego: apenas el 4% de las empresas obtiene actualmente información fiable sobre emisiones en sus pernoctaciones.

La incorporación de criterios ESG a la política de viajes corporativos ha perdido algo de tracción respecto a la edición anterior: menos de la mitad de las empresas ha modificado su normativa interna para introducir variables de sostenibilidad, y solo una de cada diez considera que estos criterios tienen alta prioridad en las negociaciones con proveedores.

La presión del precio y la falta de métricas comparables continúan frenando decisiones que, aunque deseadas, resultan difíciles de justificar en entornos de costes ajustados.

Otro de los grandes retos identificados es la falta de información operativa previa a la compra. Solo el 40% de las compañías dispone de datos de CO₂ visibles en sus herramientas de reserva (OBT) antes de confirmar un viaje, mientras que más de la mitad carece de esa opción.

Igualmente, el coste interno del carbono, una herramienta eficaz para trasladar el impacto ambiental a la decisión económica, apenas está implantado en el 7% de las organizaciones.

Sin embargo, la parte cualitativa del estudio —basada en entrevistas con travel managers y responsables de movilidad— refleja una visión más matizada y esperanzadora. Los responsables consultados coinciden en que la ESG se ha integrado de forma más transversal en las políticas corporativas y que el proceso de medición, sensibilización y ajuste de hábitos se encuentra en plena expansión. “Hace tres años hablábamos de sostenibilidad como algo externo, casi voluntario. Hoy forma parte del día a día y de los objetivos de rendimiento”, apunta uno de los directivos entrevistados.

Muchos travel managers reconocen que el enfoque ha pasado de la compensación a la reducción real, con planes de descarbonización que priorizan el cambio modal, la optimización de rutas o el uso de proveedores con programas SAF (combustibles sostenibles de aviación).

Otros destacan la importancia de las herramientas digitales para consolidar datos dispersos, detectar viajes redundantes o agrupar desplazamientos por equipos, un terreno donde la inteligencia artificial empieza a tener un papel relevante. “Ya no se trata de prohibir viajes, sino de gestionarlos de forma más inteligente”, señala otro participante.

El estudio también pone de relieve las limitaciones estructurales con las que aún se encuentran las empresas, como la falta de alternativas ferroviarias en ciertos trayectos, la dificultad de medir el impacto del alojamiento y la dispersión de la información cuando se contratan servicios fuera del canal corporativo.

Aun así, los entrevistados valoran positivamente la conciencia creciente de los viajeros y la mejora en la comunicación interna. “Cada vez más empleados preguntan por el impacto de su viaje y buscan alternativas menos contaminantes. Eso ayuda a acelerar el cambio desde dentro”, subraya otro responsable de viajes de una multinacional del sector tecnológico.

La conclusión general es que el compromiso existe, pero falta trazabilidad. Las empresas están más preparadas, pero necesitan datos más completos y comparables para tomar decisiones informadas y medir sus avances. También demandan una mayor implicación de los proveedores —especialmente en hotelería— y una integración más fluida entre las herramientas de reservas, los sistemas de reporte y los indicadores ESG corporativos.

Desde Forum Business Travel & Events destacan que “la descarbonización del Business Travel ya no es una aspiración reputacional, sino una exigencia de gestión. La dirección y la regulación están empujando, pero queda por resolver la brecha de datos y la coherencia entre precio y sostenibilidad”.

Por su parte, Lufthansa Group subraya la importancia de ofrecer “información visible y comparable sobre emisiones antes de reservar” y de seguir fomentando la colaboración entre empresas, agencias y proveedores para escalar las buenas prácticas.