
Hace más de una década abría sus pistas el Aeropuerto Internacional de Hamad, una joya más del reluciente emirato de Qatar que se convirtió en toda una referencia mundial tras sustituir a su vetusto antecesor. Este año la infraestructura da un salto adelante más con la inauguración de las terminales D y E, entre otras instalaciones. La ampliación va a permitir incrementar la capacidad hasta los 65 millones de pasajeros anuales.
En sana competencia con su vecino de Dubái, el de Qatar, ubicado en Doha, capital del emirato, es uno de los más avanzados del mundo. Galardonado una y otra vez desde su inauguración en 2014, el Aeropuerto Internacional de Hamad ha protagonizado una década de avances tecnológicos y empresariales.
El pasado mes de marzo la infraestructura, que fue nombrada ‘Mejor Aeropuerto del Mundo 2024’ en los World Airport Awards, dio uno de esos saltos cualitativos, uno fundamental y que culmina su proceso de renovación y actualización: la apertura de las terminales D y E, dos de los cinco grandes vestíbulos en los que se divide la gran terminal única. Esta evolución le ha permitido incrementar su capacidad de pasajeros anual hasta los 65 millones.
Las nuevas terminales se integran perfectamente con la estructura. Por supuesto, incorporan tecnología de última generación y unas instalaciones impecables. Ahora, el aeropuerto abarca 842.000 m2, un 14 % más que antes, e incorpora 17 nuevas puertas de embarque, que elevan el número total hasta 62, con crecimiento del 40 %. Según fuentes de Qatar Airways, aerolínea de referencia en estas instalaciones, la inversión mejora la conectividad, optimiza las operaciones y reduce significativamente el uso de autobuses para el traslado de pasajeros.
La expansión de las terminales D y E ha mejorado mucho el servicio, tanto a los pasajeros como a las aerolíneas. Ahora, con las puertas de embarque añadidas y la optimización de los espacios, el aeropuerto puede recibir a más aerolíneas internacionales y ofrecer nuevas rutas directas a destinos clave en todo el mundo.
Por otra parte, la aplicación de las nuevas tecnologías ha supuesto la implementación de sistemas avanzados de autoembarque, que agilizan el proceso para un viaje más eficiente. Sin ir más lejos, la tecnología smart permite la verificación rápida de documentos, reduce tiempos de espera y facilita una transición fluida del aeropuerto al avión.
Otro gran avance que ha traído la reforma es una clara apuesta por la sostenibilidad. El aeropuerto aspira a las certificaciones GSAS 4-Star Design & Build y LEED Gold. Según sus responsables, la expansión integra sistemas energéticamente eficientes, soluciones innovadoras de gestión del agua y estrategias optimizadas para el confort térmico, todo alineado con sus objetivos globales.
Finalmente, la accesibilidad es otro de sus pilares, con principios de diseño universal que garantizan, una vez más, una experiencia fluida para los viajeros. Destacan elementos como bucles auditivos, pasillos sin barreras, amplias áreas de descanso y servicios de asistencia.
Fin de un amplio proceso
La apertura de las terminales D y E culmina un enorme proceso de renovación y actualización del aeropuerto qatarí. Entre las mejoras destaca también la creación de The Orchard, un gran jardín tropical interior que aporta serenidad y belleza natural para aprovechar la estancia en el aeropuerto.
En lo que respecta a las infraestructuras, también ha resultado un éxito la ampliación del Concourse Central, una zona vital que ha proporcionado un flujo de pasajeros mayor y más cómodo. Por otra parte, la oferta de tiendas y restaurantes también se ha visto incrementada, con proliferación de establecimientos de lujo, así como las zonas de restauración. Por ejemplo, como parte de esta ampliación, Qatar Duty Free ha abierto diez nuevas tiendas y puestos de comida que han supuesto 2.700 m2 de espacio comercial adicional.