
Según diversos estudios, el cerebro apenas representa el 2% del peso total del cuerpo humano, y sin embargo consume alrededor del 20% de las calorías. Es cierto que la materia gris se mantiene en buena forma simplemente ejercitándola, como si de un músculo se tratase. Pero el entrenamiento mental tampoco es suficiente sin unos hábitos alimentarios saludables.
Tanto es así, que algunos hoteles empiezan a proponer entre su oferta gastronómica para ejecutivos desayunos o comidas basadas en el Brain Food. Pero, ¿cuáles son los nutrientes que mejor se llevan con las neuronas? Según el doctor Jesús Llona, experto en Alimentación, miembro de la Real Academia de Medicina del País Vasco y de la Fundación Española de Nutrición y colaborador habitual del blog Nutritelia.com, estos son los principales:
Agua
Nuestro cerebro, compuesto en su mayor parte por agua, necesita que se irrigue de forma permanente. Indispensable para la vida, tanto en forma natural como a través de refrescos, zumos, infusiones, leche o frutas. La cantidad adecuada es de unos 2 litros diarios en función del peso corporal, la actividad física y demás.
Brécol
Es una verdura antioxidante extraordinaria para la salud con folatos muy beneficiosos para la memoria. Mejor si se consume al vapor o crudo en las ensaladas con la vitamina C, buena protectora de sus cualidades.
Licuado de avena
La avena es un cereal que es muy nutritivo y se ha puesto de moda. Excelente para el corazón, las arterias y la diabetes, también es buena para combatir el estreñimiento. Sus glúcidos, que dan energía, y la vitamina B1 ejercen una acción positiva sobre la memoria. La leche de avena, cocida en agua y luego colada, se puede tomar con miel, melaza o azúcar.
Plátano
Entre otros nutrientes, contiene glúcidos complejos que dan energía de larga duración para deportistas, mientras la vitamina B6 interviene en la síntesis de la dopamina, un neurotransmisor que influye en el buen humor y en el cerebro. De hecho, su nombre botánico es musa sapientum, o fruta de los sabios. También es rico en minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el potasio.
Té verde
En los últimos tiempos asistimos a una rehabilitación de las infusiones de té, sobre todo el verde, que no se fermenta, porque este es bajo en excitantes (teofilina) y rico en antioxidantes. Muchos de sus componentes son protectores de las funciones cerebrales.
Pescado azul
Las grasas poliinsaturadas esenciales solo llegan por la dieta, fundamentalmente a través del pescado azul, los aceites de soja y algunos frutos secos. Para conseguir niveles óptimos de omega-3 hay que consumir pescado azul 3 o 4 veces por semana, algo nada fácil. Por eso en el mercado hay productos enriquecidos con ellos, como la leche, los huevos o las galletas, etc. El equilibrio entre omega-3 y omega-6 es básico para las funciones neuronales.
Nueces
Con potente efecto antioxidante e infinidad de sustancias beneficiosas, desde el ácido alfa-linoleico, hasta fibras, vitaminas E-B1-B2-B3-B6, ácido fólico, calcio, magnesio, cobre, selenio, ácido elágico o fitosteroles. Mejoran las capacidades de aprender y los trastornos de humor.
Queso parmesano
Excelente fuente de tirosina, un aminoácido precursor de la dopamina, que favorece la memorización y el aprendizaje.
Ácido fólico
Se llama así por encontrarse en las hojas de los vegetales. Presente sobre todo en las espinacas, las endibias y las pipas de girasol. También en el hígado. El ácido fólico interviene en reacciones metabólicas que, junto con el hierro, transporta el oxígeno al cerebro.
Pimiento
Es uno de los alimentos más ricos en vitamina C, el rojo más que el verde, incluso por encima de los cítricos. Muy rico en antioxidantes. Según algunos estudios puede ayudar a las personas con Alzheimer.
Chocolate
Favorece la producción de endorfinas, sustancias del cerebro que hacen sentirse bien, liberan el estrés y activan el ánimo. Además, el cacao disminuye la formación de radicales libres que causan cáncer y envejecimiento prematuro.
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