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CHIANG MAI. La rosa del norte

TEXTO Y FOTOS FERNANDO SAGASETA

Lampang

Chiang Mai, la antigua capital del reino Lanna, despierta con un velo de neblina cubriendo las montañas de Doi Suthep y los tejados dorados de sus templos. Fundada en 1296 por el rey Mengrai, esta joya al norte de Tailandia ha preservado su identidad milenaria, al tiempo que se alza como un vibrante polo MICE en el sudeste asiático. Con 1,3 millones de habitantes en su área metropolitana y un aeropuerto internacional a apenas 15 km del casco urbano, Chiang Mai ofrece la mezcla perfecta de patrimonio, confort y accesibilidad.

La potente oferta Chiang Mai para el turismo MICE se despliega desde el momento en que el viajero aterriza en el destino, ya que junto a las pistas del aeropuerto internacional se alza Central Chiangmai Airport, un gran centro comercial y de entretenimiento, rodeado de hoteles, campos de golf, un hospital y dependencias universitarias. Aquí se encuentra uno de los mayores espacios para eventos y convenciones, un salón de 2.800 m2 con capacidad para 3.000 invitados en montaje de teatro y 3.500 para cócteles. Verdaderamente multitudinario. El complejo cuenta además con los grandes almacenes Robinson, siete cines, un supermercado, diversas tiendas de moda, un restaurante y la llamada ‘Aldea del Norte’, una zona de artesanía local con artículos de la región, sin olvidar el amplísimo aparcamiento, con más de 3.700 plazas.

A solo veinte minutos en coche, el Chiang Mai International Exhibition and Convention Centre (CMECC) es la infraestructura de referencia para la actividad congresual. Ubicado en dos edificios interconectados de enormes proporciones, combina modernidad con elementos tradicionales tailandeses, específicamente del estilo Lanna, reflejado en sus detalles decorativos y estructuras. Con una superficie total de 60,000 m² en espacios interiores y un terreno de 52.16 hectáreas, se posiciona como el centro de convenciones más grande de Tailandia fuera de Bangkok y uno de los más extensos del Sudeste Asiático.

El salón principal de exposiciones es uno de los espacios más impresionantes, con 8,000 m² de superficie libre de columnas y una altura de techo de 12 metros, lo que permite configuraciones flexibles para ferias comerciales o eventos masivos con capacidad para hasta 10.000 personas. Este espacio cuenta con sistemas avanzados de sonido, iluminación y traducción simultánea, ideal para conferencias internacionales. Esto es solo el comienzo. La oferta del CMECC se compone de 29 salas, con opciones para todos los gustos. Además, el incluye el Northern SMEs Development and Distribution Centre, un área de 12,000 m² dedicada a promover negocios locales e innovación, con espacios para exhibiciones temáticas y networking.

Para comodidad de los asistentes, cuenta con una zona de comida y restaurantes con capacidad para 1.200 personas, así como 5 salas vip para recepciones exclusivas. Los espacios al aire libre son otro punto fuerte, con 7.400 m² que dan mucho juego, sobre todo en los periodos con clima más benigno. La infraestructura se complementa con un estacionamiento para 3.,000 vehículos, áreas de registro, salas de prensa y centro de negocio.

La Universidad de Chiang Mai aporta un matiz académico con el Northern Science Park (NSP). Rodeado de jardines y senderos sombreados, alberga laboratorios equipados con tecnología de punta y auditorios para 200–500 personas. Las presentaciones, las reuniones de equipo o desayunos de networking pueden combinarse con visitas a los centros de investigación en biotecnología y energías renovables, lo que facilita el intercambio en un ambiente que inspira creatividad y colaboración.

Otro centro e importancia para el sector es el Royal Park Rajapruek, situado en las afueras de la ciudad, que conjuga el arte floral y arquitectura contemporánea. Entre sus dependencias, rodeada de jardines temáticos —bambú, orquídeas, palmas y cactus—, dispone de siete salones, el mayor de ellos para 1.000 participantes en teatro, así como espacios auxiliares para talleres y reuniones de dirección. Los cócteles al atardecer, entre lagos y esculturas vegetales, se convierten en experiencias muy apreciadas entre delegados que buscan un entorno diferente.

En el corazón universitario, Uniserv CMU agrupa varios auditorios de 300 asientos, además salas de coworking y zonas de briefing, pensados para seminarios de nicho y presentaciones técnicas. Sus instalaciones, que combinan madera de teca y vidrio, transmiten serenidad, entre pasillos flanqueados por murales que relatan la historia de la institución.

HOTELES PARA EVENTOS

Al ser uno de los destinos turísticos más populares de Tailandia, la planta hotelera de Chiang Mai es muy notable, tanto en el número de establecimientos como en la calidad de sus instalaciones. Muchos de ellos cuentan con excelentes instalaciones para eventos que rivalizan con los venues clásicos.

Haciendo un poco de patria, este capítulo se puede abrir con el Meliá Chiang Mai, que ocupa un edificio muy original junto al famoso Bazar Nocturno y con buenas vistas al río Ping. Por supuesto, siempre cuenta con cierto punto de ambiente español. La estancia más amplia es el Yi Peng Grand Ballroom, con un aforo de 400 participantes en formato de teatro. Cuenta también con una sala de 180 m2 para unos 120 invitados.

El Shangri-La es otra de las opciones más céntricas para la actividad MICE, con sus tres salones de 500 m2 cada uno, así como el Centara Riverside, que ocupa una espigada torre de más de veinte plantas, donde destaca el Grand Nanta Ballroom, con sus 1.100 m2, además de otra sala de 590 m2. En total puede recibir hasta 1.400 delegados. Entre los establecimientos de grandes capacidades sea encuentra también el Chiang Mai Grandview, que incluye un centro de convenciones con tres salones, uno de ellos para 900 personas, y los dos restantes para unas 600. Con un sabor muy local, destaca el Duangtawan, con cuatro estancias, la mayor de ellas de 750 m2, donde pueden caber hasta 1.000 delgados en montaje de teatro o 500 en escuela.

Más alejados de la zona urbana hay unos cuantos resorts ciertamente agradables, apropiados para eventos más pequeños y relajados. Es el caso de Veranda High Resort Chiang Mai, encaramado en una colina entre cafetales y bosques de eucaliptos. Ofrece tres salas con luz natural, de 50 a 200 personas, y una terraza panorámica para cenas bajo las estrellas para 400 invitados. En esta categoría entrarían Horizon Village, en medio de un jardín botánico, con 16 salas de reuniones, la mayor de ella con aforo máximo de 300 personas; y Ratilanna Riverside, todo un oasis de lujo asiático, con una fantástica oferta de wellness  y dos pequeñas salas, la más espaciosa para 120 participantes.

LA CIUDAD DE LOS TEMPLOS

Si por algo es famoso Chiang Mai es por sus templos, un testimonio impagable del esplendor del reino Lanna, que beben mucho también de las tradiciones de Myanmar y de China. En las estrechas calles de la ciudad antigua el ambiente es más parecido al de una pequeña aldea, mientras que extramuros surge una actividad vibrante, con una oferta de ocio para todos los gustos, a los que en los últimos tiempos se han sumado las tiendas de marihuana y que, por lo demás, no resultan nada discretas con sus luminosos de neón anunciado todo tipo de promociones.

La llamado Old City es un recinto cuadrado rodeado por la histórica muralla de ladrillo y sus fosos, encerrando dentro de su contorno un microcosmos del pasado, se podría decir. Tras cruzar la emblemática puerta de Tha Phae, reconstruida en 2005 tras un desbordamiento, los callejones (soi) conducen a talleres de plata Lanna, tiendas de seda tejida a mano y cafés con vistas a templos centenarios.

Cada mañana, el ritual de la ofrenda en Wat Chedi Luang congrega a fieles y viajeros. Se trata quizá del templo más importante de la ciudad por su valor histórico, al albergar el Lak Meuang, o pilar de la ciudad. Según la tradición budista, solo pueden visitarlo los hombres, dada la supuesta impureza de la menstruación femenina, sin la cual, por otra parte, no existiría la humanidad. Otra curiosidad: El famoso Buda Esmeralda se encontraba aquí hasta que fue trasladado al Wat Phra Kaew de Bangkok. Al menos queda una copia del mismo en jade. En la parte de atrás se yergue la gran pagoda, erigida en el siglo XIV, que conserva un aura mística pese a haber perdido su cúspide por un terremoto en 1545.

El templo más venerado es, sin embargo, Wat Phra Singh, que alberga suntuosos edificios monásticos tras sus muros encalado. Llama la atención su dorada sala principal, con una esmerada decoración a base de con finos relieves de madera, además de protectoras nagas (serpientes mitológicas) que flanquean escaleras de piedra. Aquí se custodia la estatua de Phra Buddha Sihing, o Buda León, traída de Sri Lanka en el siglo XIV, símbolo de pureza y sabiduría. Durante las celebraciones del Songkran, el año nuevo tailandés, la imagen no se libra de un baño de agua.

Para muchos, el más bonito de todos es Wat Phan Tao, el único de la ciudad construido enteramente con madera de teca, un delicioso remanso de paz. En su interior, las ceremonias del festival Loi Krathong adquieren un tinte especial: velas, flores de loto y linternas flotan en el estanque contiguo, reflejando la arquitectura en sus aguas. Además, destaca por el oratorio, sustentado sobre 28 pilares y coronado por un Buda dorado.

La lista es bastante más larga. De hecho, se contabilizan 58 templos en apenas 4 km2. No está mal. Los que aún quieran empaparse más de estos delicados lugares sagrados del budismo pueden darse una vuelta por Wat Chiang Man, construido por el fundador de la ciudad, que acoge el Buda más antiguo del reino Lanna; o por Wat Inthakhin Saduemuang, cuyo nombre hace referencia al centro geográfico de la ciudad, cuyo pilar fue trasladado en 1800 a Wat Chedi Luang. Muy diferente es Wat Muentoom, con una decoración que parece un parque de Disney. Hay gustos para todos.

Presidiendo todo este entramado religioso, a pocos kilómetros del centro, al final de una sinuosa carretera que a duras penas mantiene a raya a la exuberante vegetación, se encuentra Doi Suthep, una de las grandes atracciones de la ciudad. En esta montaña se encuentra Wat Phra That, uno de los templos más sagrados del país, junto a un palacio real. Por supuesto, las vistas son magníficas.

Tras subir más de 300 peldaños flanqueados por nagas —aunque se puede ahorrar el esfuerzo cogiendo el funicular— se llega al santuario, teñido de una fascinante leyenda: el lugar es donde cayó reventado un elefante blanco que llevaba un fragmento de hueso de Buda tras vagar por la selva durante mucho tiempo. Aquí están también los jardines del Palacio de Bhubing, utilizado por la familia real en invierno.

COMPRAS Y OCIO

Cada domingo, Sunday Walking Street convierte la Ratchadamnoen Road, en un festival de sabores y artesanías. Más de mil puestos de comida ofrecen delicias como khao soi, una sopa de curry con fideos crujientes, brochetas de cerdo marinado y dulces de coco rallado. Artesanos de la etnia Lahu exhiben collares de cuentas y sombreros de paja pintados, mientras músicos callejeros llenan el aire de ritmos tradicionales. Los sábados también se celebra un mercadillo muy popular en Th Wualai, el barrio de los plateros, desde la entrada sur de la ciudad antigua, con multitud de artesanos locales

En Nimmanhaemin Road, el pulso creativo late fuerte. Galerías de arte contemporáneo conviven con cafés minimalistas y bares de mixología que reinventan cócteles con infusiones de hierbas locales: gin con citronela, sake con flor de champaka y vodka con jengibre fresco. Este barrio se ha convertido en el punto de encuentro de freelancers, startups tecnológicas y agencias de marketing, que celebran reuniones informales en sofás de terciopelo y mesas de madera recuperada.

El Mercado Warorot, al filo del río Ping, es un espectáculo al amanecer. Montones de cúrcuma, galanga y cardamomo forman montículos de colores vibrantes. Mujeres en grupos ofrecen ristras de flores de jazmín mientras los compradores eligen telas de algodón estampado. Un paseo en barco de madera por el Ping muestra puentes centenarios y villas coloniales transformadas en hoteles boutique.

Al anochecer, el Chiang Mai Night Bazaar, en Chang Klan Road, brilla con luces de neón, puestos de diseño independiente y food trucks de especialidades asiáticas. Entre las 19h y las 24h, aquí se puede encontrar de todo. En uno de los complejos de edificios colindantes hay un recinto con gradas donde se celebran habitualmente combates de muay thai, o boxeo tailandés, un verdadero símbolo de identidad nacional. Aquí, residentes y turistas asisten a un espectáculo no apto para todos los públicos en el que están permitidos los golpes puños, pies, rodillas y codos. Cada enfrentamiento dura poco, entre tres y cinco round de tres minutos, según sea profesional o amateur. Aunque no les da tiempo a hacerse mucho daño, la virulencia del deporte puede impresionar.

Los interesados en la historia disfrutarán mucho más visitando algunos centros de lo más interesantes para acercarse a la idiosincrasia ancestral. Es el caso del Museo Popular Lanna, que recrea una antigua aldea mediante dioramas de tamaño natural, con explicaciones del complejo simbolismo de los templos. Por su parte, el Centro de Arte y Cultura de la Ciudad de Chiang Mai, en un bello edificio colonial que antes fue al ayuntamiento de la ciudad, ofrece fotografías, objetos y audiovisuales que relatan momentos clave de su devenir.

RECOMENDADOS

EL TECHO DE TAILANDIA

A unas dos horas de Chiang Mai, por carreteras de suaves curvas y frondosa vegetación, se llega hasta el Parque Nacional Doi Inthanon, conocido como el ‘techo de Tailandia’ por albergar su pico más elevado, de 2.565 metros. La excursión por alguno de sus intrincados senderos, como el Ang Ka Nature Trail, ofrece un notable descenso de temperatura, lo cual se agradece. Una de las visitas imprescindibles son las pagodas reales Phra Maha Dhatu, entre magníficos jardines de helechos, rododendros y orquídeas que se elevan sobre los valles y los picos. El itinerario incluye una parada en la aldea Mae Klang Luang, de la etnia karen, con sus terrazas de arroz y sus métodos de cultivo ancestrales. Aquí recuerdan con especial cariño la visita que realizó el anterior monarca, el rey Bhumibol, junto con la reina Sirikit, en el año 1974. Entonces se cultivaba mucho opio en la zona y lograron convencer a los campesinos de las bondades del café, regalándoles para ello las primeras plantas. Hoy en día, el país es exportador de este producto. En el poblado también se pueden visitar telares ancestrales donde las mujeres elaboran todo tipo de prendas artesanales.

NADANDO CON ELEFANTES

Se calcula que en Tailandia hay unos 4.000 elefantes en libertad —aunque convenientemente monitorizados en los diversos parques nacionales— y 3.800 en haciendas privadas. El 90% de estos últimos subsisten gracias al turismo. Durante décadas, los elefantes domésticos fueron los principales ‘trabajadores’ en la tala y transporte de madera en las selvas del norte. Esta actividad sostenía a los dueños de los animales y sus mahouts (cuidadores), pero también contribuyó a la deforestación masiva. En 1989 el gobierno prohibió esta actividad en los bosques naturales, lo que dejó a la mayoría de los paquidermos sin ‘empleo’ y sin medios para cubrir sus cuidados básicos. A raíz de ello, empezaron a surgir los camps que exhibían a los elefantes como una atracción, con numerosos casos de abuso. Hoy en día, las haciendas privadas se han reconvertido en santuarios de convivencia y rescate, eliminando paseos a lomos y con el foco en el bienestar físico y mental de los animales. Es el caso de Pon Elephant, uno de los 40 o 50 camps que existen en la provincia de Chiang Mai. Quizá la actividad más reconfortante, además de alimentar a la ‘abuela’ de la manada con bambú y fruta machacados en un almirez, ya que con sus 73 años ya no conserva los dientes, es bañarse con ellos. Toda una experiencia. Aquí también se puede pasar la noche en alguna de las siete cabañas o comer en el sencillo restaurante.

LAMPANG

La vecina provincia de Lampang ofrece nuevas oportunidades para seguir disfrutando de la naturaleza, la historia y la vida local. A dos horas de Chiang Mai, en la reserva de fauna Doi Phrabat, se alza Wat Chaloen Phra Kiat, construido por suscripción popular y concluido en 2004. El ascenso exige recorrer cientos de empinados escalones, pero recompensa con un conjunto imponente de pagodas que coronan cada pico y extraordinarias panorámicas sobre la selva circundante. La capital homónima conserva un encanto muy auténtico, con sus calles rectas y limpias junto al río Wang, flanqueadas por casas tradicionales y elegantes templos. Se puede empezar con un tour en carretas tiradas por caballos, herencia del antiguo comercio maderero, para una vuelta de reconocimiento. Los fines de semana, el mercado callejero despliega su oferta con puestos ordenados y gran variedad de productos locales sin la presencia masiva de turistas. Sin duda, la joya de la ciudad es Wat Phra That Lampang Luang, uno de los santuarios más venerados de Tailandia, que recibe al visitante con una entrada fortificada y una puerta monumental tallada con animales, símbolo del acceso inicial al cielo. Su mezcla de estilos Lanna y Sukhothai se aprecia en la estupa de chapa de cobre envejecido y en las paredes interiores, donde aún perduran fragmentos de pinturas centenarias.

MELIÁ CHIANG MAI *****

En el corazón de la ciudad, junto al río Ping, destaca por su llamativa arquitectura de aire oriental, un homenaje a la cultura local, en una imponente torre de 22 plantas, unida a un edificio pódium de 7 alturas que alberga las zonas comunes. Además de sus 254 habitaciones, desde los 30m2 de la estándar hasta los 113 m2 de la suite presidencial, ofrece un total de ocho salas de reuniones para acoger hasta casi un millar de invitados. También cuenta con los servicios exclusivos de The Level, marca de la casa. Destacan además sus dos piscinas exteriores, un spa con tratamientos tailandeses, el gimnasio 24h, sus dos restaurantes y tres bares, uno de ellos en el espectacular rooftop.

46-48, Charoenprathet Road
Tel. +66 52 090 699
www.melia.com

CHIANG MAI MARRIOTT *****

A pocos minutos del Bazar Nocturno, cuenta con 240 habitaciones y suites decoradas con elegantes espejos tallados y tejidos locales Lanna. Todas incluyen balcones con vistas al río o al jardín tropical. Dispone de 14 salas modulares para reuniones y un ballroom de 1.000 plazas. Entre sus servicios: piscina al aire libre rodeada de palmeras, gimnasio 24 h, spa con tratamientos tradicionales tailandeses y cuatro restaurantes.
108, Chang Klan Road
Tel. +66 53 253666
www.marriott.com

INTERCONTINENTAL THE MAE PING *****

Abrió sus puertas bajo la marca InterContinental en noviembre de 2023 tras una extensa remodelación del antiguo Imperial Mae Ping Hotel, un establecimiento emblemático que operó durante más de 30 años en Chiang Mai. Ubicado cerca de la zona del Bazar Nocturno, al sur de Old City, cuenta con 240 elegantes habitaciones con detalles artesanales, spa con terapias tailandesas, piscina exterior y cinco opciones gastronómicas, entre bares y restaurantes. Además, ofrece seis salones para eventos, el mayor de ellos para 540 personas en banquete, y un bello jardín con una estupa de seis siglos de antigüedad, muy lucido para cócteles.

153, Sridonchai Road
Tel. +66 52 090 998
www.ihg.com/intercontinental/hotels

DUSIT PRINCESS CHIANG MAI ****

Otra de las opciones más céntricas. Dispone de 259 habitaciones de estilo contemporáneo decoradas con motivos florales y toques de madera clara. Además, cuenta con nueve salas de reuniones con luz natural y equipamiento multimedia, además de un elegante rooftop lounge para 200 personas, perfecto para cenas informales o cócteles al atardecer con vistas al skyline de la ciudad. Entre sus comodidades: piscina con bar acuático, centro de negocios 24 h y restaurante bufé.

112, Chang Klan Road
Tel. +66 53 25 3900
www.dusit.com

LE COQ D’OR

Se alza junto al Ping en una antigua casona inglesa envuelta en jardines y enredaderas. Con más de 48 años de historia, ofrece platos clásicos de la cocina francesa en un ambiente íntimo y elegante, acompañado de música en vivo. El servicio, refinado y atento, completa una velada que evoca el glamur de la campiña británica adaptada al trópico norte de Tailandia.

11, Soi 2 Koh Klang Road
Tel. +66 5314 1555
www.lecoqdorchiangmai.com

NARA THAI CUISINE

En el corazón de Nimman Road, brinda una experiencia que equilibra la tradición y modernidad de esta importante cadena, con numerosos establecimientos en Tailandia y otros países de Asia. Sus salones minimalistas, adornados con madera clara, realzan sus platos a base de currys aromáticos, tallarines salteados y ensaladas frescas, elaborados con ingredientes locales de primera calidad. Es versátil, tanto para un almuerzo ligero como para una cena sofisticada.

1, Nimman Road
Tel.: +66 92 491 9744
naracuisine.com

CHIANG KHUM

Situado en el primoroso Ratchapruek Lanna Boutique Hotel, junto al Royal Park Rajapruek, combina la calidez del entorno con la tradición culinaria del norte. Con terraza ajardinada, sirve platos regionales y especialidades occidentales en un entorno rústico y chic. La atmósfera, relajada y acogedora, invita a disfrutar de momentos de sosiego tras las visitas turísticas. También acoge pequeños seminarios, presentaciones y eventos en los espacios que comparte con el hotel.

123, Nong Kwai. Hang Dong
Tel. +66 53 114 006
ratchaprueklanna.com

THE SALAD CONCEPT

En la zona de Nimmanhaemin, reinventa la idea de ensalada con creaciones artesanales que combinan verduras de temporada, superalimentos y aliños caseros, como su famoso aderezo de calabaza. Su local diáfano, de estética eco-industrial, invita a comer ligero sin renunciar al sabor.
49/9-10 Soi 13, Nimmanhaemin Road
Tel. +66 53 894 455
www.facebook.com/thesaladconcept

DOCUMENTACIÓN

Los ciudadanos de la mayoría de países hispanohablantes no necesitan visado para estancias de hasta 30 días por motivo de turismo. Es obligatorio tener un pasaporte con al menos seis meses de validez y un billete de salida del país. Desde el pasado mes de mayo está en vigor la Tarjeta Digital de Llegada a Tailandia (TDAC), que debe cumplimentarse dentro de las 72 horas anteriores a la llegada. https://tdac.immigration.go.th/arrival-card/#/home

ACCESO

Desde Bangkok, en vuelo directo de una hora de duración con aerolíneas como Air Asia, Thai Lion Air o Bangkok Airways. Si se tiene tiempo, una experiencia pintoresca es el tren nocturno, que tarda más de 12 horas. Al menos está dotado con literas cómodas. El autobús desde la capital tailandesa puede llevar casi 10 horas.

TRANSPORTE LOCAL

Las songthaew, son las camionetas rojas, compartidas y muy económicas. La aplicación de VTC es Grab, similar a Uber. No es mala idea alquilar una bicicleta o una moto, pero hay que tener cuidado con el denso tráfico.

CLIMA

El clima en Chiang Mai varía según la temporada. De noviembre a febrero es la mejor época, con temperaturas frescas (15-28°C) y cielos despejados. Ideal para explorar la ciudad y hacer excursiones. De marzo a mayo es calor es intenso, con temperaturas que superan los 35°C. Las lluvias arrecian entre junio a octubre. Aun así, es buen momento para viajar con, menos turistas y precios más bajos.

ZONAS

El casco antiguo es la zona más histórica, rodeada por murallas y fosos, ideal para explorar templos y mercados. Aquí están los hoteles boutique y los hostales económicos. Nimmanhaemin  o simplemente Nimman es el barrio moderno, con cafés, bares y tiendas de diseño, popular entre jóvenes. El Riverside es la parte más tranquila, junto al río Ping, perfecta para relajarse en resorts con vistas y los mejores hoteles de la ciudad.

IDIOMA Y COMUNICACION

El idioma oficial es el tailandés, pero en las zonas turísticas es común encontrar personas que hablan inglés básico. Aprender algunas frases en tailandés, como «sawasdee» (hola) o «Khop khun» (gracias), será bien recibido por los locales. En restaurantes y hoteles, los menús suelen estar en inglés, y en Nimman incluso hay establecimientos con personal que habla español.

CULTURA LOCAL

Chiang Mai tiene alrededor de 1,2 millones de habitantes en su área metropolitana. La ciudad es más tranquila y conservadora que Bangkok, pero con una creciente influencia de expatriados y turistas. La cultura Lanna, tradicional del norte de Tailandia, sigue muy presente, especialmente en festivales como el Yi Peng, el festival de las linternas, y el Songkran, el año nuevo tailandés. Los lugareños son amables y respetuosos. Es recomendable vestir con decoro al visitar templos.

GASTRONOMÍA

La comida en Chiang Mai es una delicia. No hay que perderse platos como el khao soi (fideos con curry y coco), el sai oua (salchicha de cerdo especiada) o el som tam (ensalada de papaya picante). Los mercados nocturnos, como el Sunday Walking Street, ofrecen una gran variedad de street food a precios económicos. También es uno de los mejores destinos de Tailandia para los veganos.