El país centroamericano cuenta con un gran número de alojamientos ecológicos donde el visitante puede disfrutar de una estancia meramente sostenible, garantizada por el CST (Certificado para la Sostenibilidad Turística).
Costa Rica es mundialmente reconocida como uno de los principales destinos de naturaleza del mundo. Este escenario es perfecto para aquellos que quieran disfrutar de una experiencia completa en la Naturaleza con mayúsculas alojándose en los numerosos establecimientos ecológicos del país que cuentan con el certificado CST (Certificación para la Sostenibilidad Turística) que garantiza su sostenibilidad y el buen uso de los recursos naturales.
Algunos de los ecolodges donde se puede disfrutar de una estancia sostenible:
Hacienda Guachipelín: Ubicado al pie del Volcán Rincón de la Vieja en Guanacaste, es un eco-resort que cuenta con 3 niveles de CST. La hacienda cuenta con más de 1.360 hectáreas de terreno, 700 de las cuales forman parte del terreno cedido para la conservación del bosque tropical seco, 410 hectáreas que se utilizan para pastos y 250 hectáreas reforestadas con árboles en peligro de extinción.
La hacienda está enfocada a ser una comunidad autosuficiente que utiliza los métodos de producción de energía ecológicamente sostenibles. Sus calentadores de agua, por ejemplo, utilizan la energía solar y la electricidad producida por una rueda de agua.
The Harmony Hotel: Situado cerca de la Playa Guiones, es perfecto para los amantes del surf y las actividades acuáticas pero también para aquellos que busquen alojarse en un hotel vinculado a la comunidad local y la sostenibilidad. Fundado en 2004 por una pareja que se conoció haciendo surf, sus propietarios tienen el compromiso de preservar el lugar intacto para las futuras generaciones. Con 5 niveles CST (el máximo que se puede obtener), llevan a cabo diversas actividades sostenibles que hacen del lugar un ejemplo a seguir.
Luna Lodge: Luna Lodge es un aislado hotel ecológico enclavado en la Península de Osa, cerca del Parque Nacional de Corcovado, en el sureste del país. El huésped, durante su estancia, puede pasear tranquilamente por las instalaciones del lodge con la posibilidad de cruzarse con la fauna específica de la zona, observar aves a corta distancia o practicar las numerosas actividades que ofrecen, como sesiones de yoga o masajes reparadores.
Con 5 niveles de CST, es miembro activo de varias asociaciones que trabajan en beneficio de la comunidad en áreas como infraestructura, cultura, educación, salud, seguridad, turismo sostenible o protección del medio ambiente.
Santa Juana: En las montañas en la zona de Quepos se encuentra Santa Juana. En sus comienzos solo era la “simple casita” del dueño que la utilizaba para escaparse los fines de semana. Durante esas escapadas, el dueño perfeccionaba sus conocimientos de agricultura ecológica con la gente local. Esas visitas a la “simple casita” se convirtieron con el paso de los años en uno de los ecolodge más reconocidos de la zona. Los viajeros pueden disfrutar de la comida tradicional elaborada por habitantes de la comunidad y tienen la posibilidad de realizar numerosas actividades rurales y excursiones que permiten conocer las montañas que rodean la zona.
Arenas del Mar: Muy cerca del Parque Nacional Manuel Antonio, se encuentra el hotel Arenas del Mar. Su nombre es “ideal” porque el complejo está situado frente al mar, se puede tocar la arena, escuchar el romper de las olas y observar la selva tropical.
En los alrededores, se podrá disfrutar de innumerables actividades como montar a caballo, kayak, rafting, surf, vela o tirolina. La proximidad al Parque Nacional Manuel Antonio y su singular ubicación geográfica hacen que el complejo Arenas del Mar sea un destino idílico para la observación de aves. El hotel dispone de una reserva natural privada donde habitan libremente más de 163 especies como tucanes, halcones, colibríes y muchos más. Es perfecto para los viajeros que buscan algo más que la típica experiencia de lujo.
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