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RUTAS DEL VINO. Por el camino rojo

TEXTO GELES RIBELLES
FOTOS ACEVIN / ARCHIVO

Rutas del Vino_La Mancha

El enoturismo se consolida como una de las actividades más atractivas para incentivos y eventos corporativos, al combinar cultura, gastronomía y naturaleza a partes iguales. Las Rutas del Vino de España ofrecen mucho más que catas: desde paseos en globo sobre viñedos, hasta incursiones en bodegas centenarias o experiencias sensoriales. Destinos como Jerez, con sus emblemáticas firmas; La Mancha, tierra de molinos y quesos; Gran Canaria, con sus caldos volcánicos; o el Penedès, cuna del cava, invitan a vivir el vino como un viaje cargado de emociones.

El enoturismo vive un momento excelente, con cerca de 3 millones de visitantes al año y un impacto económico por encima de los 100 millones de euros, tal como corrobora el último informe realizado por la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), a través del Observatorio Turístico de las Rutas del Vino de España.

Este club, engloba actualmente treinta y ocho destinos e integra bodegas, restaurantes y hoteles, brindando actividades y experiencias con itinerarios que convierten el enoturismo en un atractivo aliciente para la celebración de eventos, reuniones de empresa y actividades de incentivo o team building en marcos singulares.

Las actividades van más allá de las catas de vino. Desde paseos en globo por viñedos, visitas a bodegas centenarias y museos del vino, hasta recorridos arquitectónicos y un sinfín de aventuras que ponen en valor el patrimonio rural y la cultura vitivinícola como indiscutible seña de identidad de nuestro país, que lidera el tercer puesto como productor mundial.

El vino se convierte en el hilo conductor de un viaje para descubrir la diversidad de rutas y paisajes que son un homenaje al dios Baco. Entre la diversidad de destinos vinculados a las Rutas del Vino de España, recorremos la cuna del cava, en las colinas del Penedès; los viñedos volcánicos de Gran Canaria; los mares de cepas de La Mancha; y las emblemáticas e históricas bodegas de Jerez.

MARCO DE JEREZ
Arte en las catedrales del vino

Bodegas centenarias, palacios señoriales, caballos cartujanos o Los Ciegos, una de las diez calles más bonitas del mundo, confluyen en la flamenca capital jerezana. Catas sensoriales a ciegas, paseos por la campiña, recorridos de tapas y flamenco por los tabancos y experiencias gastronómicas como el sherry cooking, la convierten en una de las rutas más visitadas.

Este destino destaca por la elegancia de bodegas de renombre mundial. González Byass, Fundador, Marqués del Real del Tesoro y Valdespino o Williams & Humbert son, entre otras, las guardianas de los secretos de la crianza de los vinos jerezanos: el fino, el amontillado, el oloroso, el palo cortado, el Cream y el Pedro Ximénez.

Auténticas catedrales del vino que abren las puertas de incomparables marcos con propuestas y experiencias singulares para disfrutar y conocer los secretos de los preciados olorosos. En las Bodegas Tradición la visita marida cata y arte, siendo la única del Marco dedicada a los vinos de Jerez más añejos, los V.O.S. y V.O.R.S., con más de veinte y treinta años de vejez. Además, cuenta con una magnífica colección privada  de excepcionales  pintores españoles, como Goya, Murillo, Velázquez, Sorolla o Romero de Torre.

González Byass, sita entre la catedral y el Alcázar, es una de las joyas ineludibles por la monumentalidad de sus bodegas alojadas entre jardines y calles emparradas. Sus espacios brindan una amplia gama de posibilidades para organizar experiencias personalizadas. Un recorrido en tren revela los secretos de sus soleras y crianzas custodiadas en las bodegas de La Concha de Gustave Eiffel, la de Los Reyes, Los Apóstoles o en la icónica Tío Pepe, diseñada por Eduardo Torroja.

Y tras la visita, nada mejor que disfrutar cómo maridan sus vinos con las exquisiteces del restaurante Pedro Nolasco para descansar después en el hotel Tío Pepe. Durante julio y agosto celebra el programa “Veranea en la Bodega” y el Festival Tío Pepe, con una fusión de arte y vino a través de conciertos de artistas de talla internacional, veladas flamencas y cenas con chefs galardonados con estrella Michelin.

Bodegas Fundador, creada en 1730, además de un museo dispone de marcos espectaculares para eventos repartidos entre distintos edificios: el Molino, el jardín La puerta de Rota, declarado bien de interés cultural, y la Viña El Majuelo. Sin olvidar las catas en la colosal Bodega La Mezquita con siete naves que almacenan 30.000 mil botas de sus vinos. Por su parte, Williams & Humbert, premio nacional de arquitectura, muestra sus viñedos además de actividades donde se combinan las catas con espectáculos ecuestres del caballo cartujano. Un broche perfecto para brindar en este precioso escenario jerezano tan lleno de arte.

LA MANCHA
Un escenario de ensueño

Presume de ser la mayor extensión de viñedo del mundo. En plena llanura manchega, abarca doce municipios de las provincias de Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Toledo enhebrados por kilómetros de viñas y paisajes sembrados de villas, historia, literatura y una cultura vinícola genuina que se remonta a la época romana.

Aquí, la vista se alarga por un horizonte infinito de kilómetros de viñedos, lagunas y humedales, con atardeceres imponentes de cielos rasgados. Los senderos discurren a través de campos moteados por bombos, construcciones de piedra seca que cobijaban a los pastores y son un ejemplo del patrimonio rústico manchego en las localidades de La Solana, Pedro Muñoz o Socuéllamos. Un paisaje ensoñador que hipnotizó a Cervantes y donde comenzó a escribir El Quijote, en la Cueva del Medrano de Argamasilla de Alba.

Hoy, esta región cultiva la mitad de la producción del vino de España y cuenta con más de trescientas cincuenta bodegas que se nutren de las variedades autóctonas, como la tinta tempranillo, o Cencibel, y la blanca Airén.

Su oferta para grupos y experiencias MICE es una inmersión en las tradiciones y el patrimonio rural manchego. Un abanico de experiencias que abarca desde la vendimia de Alcázar de San Juan y Socuéllamos, la molienda en Campo de Criptana, las más de dos mil cuevas subterráneas con lagares de Tomelloso o las enormes tinajas de barro hechas a mano, tradición que aún pervive en Villarrobledo.

Pero lo mejor es saborear los ricos caldos de sus bodegas acompañados de los sabrosos quesos manchegos. La Bodega Almazara Virgen de las Viñas se erige en Tomelloso (Ciudad Real) como una de las más grandes del mundo. Produce también aceite y no solo se catan sus vinos, también embriagan las obras de arte de su museo etnográfico y las del Museo de Arte Contemporáneo Infanta Elena.

El Pago de la Jaraba es una de las fincas con más encanto de Villarrobledo (Albacete). Aquí hay que sucumbir a sus quesos elaborados con maestría que casan con sus excelentes vinos. Organizan también talleres de pintura creativa para personalizar la botella de vino del participante. Por su parte, en la finca La Antigua las experiencias muestran la riqueza de la tierra en Los Hinojosos (Cuenca), situada a 900 m de altitud, productora de vinos creativos. Ya en Socuéllamos (Ciudad Real), la bodega Cristo de la Vega destaca por ser una de las más grandes de Europa.

La herencia quijotesca se refleja no solo en rutas literarias aliñadas con bodegas y visitas a los viñedos del Toboso, la ciudad de Dulcinea, sino también en escenarios como los molinos de viento de Campo de Criptana, que acogen los fogones del restaurante Las Musas. Todo un festín culinario en el que no faltan duelos y quebrantos, el pisto manchego, las migas, las gachas, los asados de cabrito y los platos de caza. Si cuesta abandonar estas bellas tierras se puede pernoctar en la Casa de la Torre, en el Toboso del siglo XVII, para viajar al Siglo de Oro y soñar con las aventuras de Don Quijote.

GRAN CANARIA
La magia del paisaje volcánico

“Hacemos vinos y embotellamos paisajes“. Así reza el eslogan de esta sugerente ruta con 36 bodegas en cartera y 112 hectáreas cultivadas. Gran Canaria es uno de los socios más jóvenes de Rutas del Vino de España, club a que se incorporó en 2021. Vinos atlánticos y 24 variedades como el listán negro o la malvasía volcánica se nutren de unos suelos ricos en minerales. Aquí las actividades se suceden en bodegas familiares y en espacios al aire libre que aprovechan el buen clima y la práctica del enoturismo activo en paisajes de una belleza sobrecogedora.

Catas bajo las estrellas en los miradores de Tejeda con el telón de fondo del Roque Nublo, sitios místicos y sagrados de la isla integrados en el paisaje cultural de Risco Caído y de las Montañas Sagradas de Gran Canaria, Patrimonio de la Unesco. Turoperadores como Etnoexperiences Gran Canaria y Personal Group colaboran con itinerarios a medida para grupos de incentivos recorriendo bodegas entre viñedos donde se práctica la viticultura heroica.

Es el caso de las Bodegas Bentayga ubicadas en una ladera de la impresionante Caldera de Tejeda con espacios para acoger eventos. Otra de las históricas de la localidad de Monte Lentiscal, Finca El Mocanal, alberga un museo y en los lagares de la Bodega San Juan se cosechan vinos con uvas procedentes de viejos viñedos recuperados que crecen a una altitud de hasta 1.318 m, junto al pintoresco pueblo de Santa Brígida. Cerca, Finca Escudero seduce con recorridos por viñedos, el olivar y jardines de especies de flora canaria que culminan con degustaciones de los caldos en almuerzos suculentos. Más al sur, en San Bartolomé, la bodega Las Tirajanas invita al senderismo por viñedos en los que avistar aves endémicas y descubrir cráteres.

La visita no estaría completa sin probar en los tradicionales bochinches las papas arrugadas con mojo, el queso flor de Guía o el sancocho canario, un guiso de pescado. Los más exquisitos disfrutarán en Casa Romántica, sita en el Valle de Agaete, productos de su Finca La Laja, de Bodegas Los Berrajales, con recetas genuinas canarias actualizadas.

PENEDÈS
Experiencias burbujeantes

Con 75 bodegas visitables, abarca las comarcas Alt Penedès, Baix Penedès y Garraf, además de algunas partes de Anoia, Baix Llobregat y Alt Camp por un paisaje de viñas y montaña que se extiende hasta el Mediterráneo. Se puede optar por explorarla en bicicleta, a caballo o en rutas temáticas y alojarse en espacios ecoturísticos o en bodegas y cavas, si se desea tener una inmersión completa. Pedalear entre viñedos es una de las experiencias más atractivas.

La ruta 360 º, apuesta por un turismo sostenible y permite descubrir pueblos y bodegas de la zona por senderos y caminos entre ermitas y monumentos rodeados de viñas. Distintas empresas proponen itinerarios ecológicos atravesando viñedos hasta la costa del Baix Penedès junto a otras que muestran los procesos de elaboración de los vinos y los cavas en las bodegas.

Los amantes de la historia disfrutarán de los más diversos recorridos por masías, iglesias medievales y los castillos de Gelida, Mediona, Castellet, Olèrdola y Sant Martí Sarroca además de la historia y evolución del vino en el VINSEUM de Vilafranca del Penedès. Si algo asombra en San Sadurní de Noya son las bodegas modernistas de Codorníu y Freixenet cargadas con siglos de historia. Su carta de experiencias se envuelve en un ambiente donde las burbujas dan rienda suelta a degustaciones de exquisitos cavas.

Con más de 450 años, Codorníu es la empresa familiar más antigua de España. Su bodega, catalogada como monumento artístico, fue diseñada por el arquitecto Puig i Cadafalch. Es un entorno fascinante, perfecto para eventos de gala y reuniones de alto nivel que se pueden celebrar en la solemne Sala Puig, en el Espai Anna, en la Sala Capitular o en los jardines del Cava con maridajes temáticos y experiencias personalizadas.

Freixenet, otro gigante del cava, cuenta con emblemáticas instalaciones aptas para reuniones y actividades, como la ‘Cata de Maridaje’, ‘De la Cepa a la Copa’ y otras experiencias sensoriales de sus mejores referencias que se pueden disfrutar en el Salón Real, la Sala de Barricas, el Espacio Cava o el Jardí de la Font.

En Pacs del Penedès, la familia Torres, comprometida con la sostenibilidad e innovación, ofrece experiencias enogastronómicas para eventos exclusivos. Destacan los talleres de maridaje de sus vinos premium con una selección de quesos y tapas. También es célebre la sabrosa gastronomía del restaurante Cerellet en su finca Mas La Plana con vistas a la montaña de Montserrat. Para grupos más reducidos, la bodega-boutique Mas Rodó, en Mediona, construida sobre una masía del siglo XIII, ha sido reconocida en los premios FAD de arquitectura y proporciona una experiencia más íntima en un encantador entorno de montaña del interior del Penedès.