«Sitges es un destino MICE cosmopolita y con infraestructuras de gran calidad»

«Sitges es un destino MICE cosmopolita y con infraestructuras de gran calidad»

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Sitges Convention Bureau
Aurora Carbonell, regidora de Turismo y Playas; Miguel Ferreres, director del hotel Meliá Sitges; María Sánchez Quintana, responsable de Sitges Convention Bureau; y Sira Puig, directora de Turismo de Sitges.

Sitges es el destino que más reuniones acoge en Cataluña después de Barcelona, con un excelente posicionamiento en el panorama internacional. De hecho, casi la mitad de los participantes son de fuera. El destino ha sabido encontrar su sitio a pesar de la alargada sobra que proyecta uno de los tops mundiales del MICE, como es la capital catalana. Hablamos con Aurora Carbonell, regidora de Turismo y Playas; Miguel Ferreres, director del hotel Meliá Sitges; María Sánchez Quintana, responsable de Sitges Convention Bureau; y Sira Puig, directora de Turismo de Sitges.


¿Cuál es el posicionamiento actual de Sitges en la captación de reuniones y eventos y cuáles son sus objetivos a medio plazo?
Desde que en 1992 Meliá Sitges abrió un centro de congresos, que en su momento y de forma efímera fue el más grande de Cataluña, hemos ido trabajando y escalando posiciones en el turismo de reuniones. Una peculiaridad es que no disponemos de un palacio de congresos municipal. Son las empresas privadas las que mueven esta industria. Para nosotros es un segmento prioritario. Además, desde 2016, Sitges tiene el certificado Biosphere. Tanto las empresas privadas como las administraciones públicas estamos comprometidas en un modelo de turismo más sostenible que incluye al de reuniones y eventos.

¿Qué valores diferenciales son los que “vende” la ciudad?
Uno de los puntos fuertes es que cuando hay tiempo libre es fácil que los participantes se encuentren en el centro o en el puerto, lo que fomenta el networking. Se puede ir caminando a todos los lados, con el consiguiente ahorro de traslados. Aquí no existe el estrés añadido de una gran ciudad. Combina muy bien el ocio y el negocio. Está todo a mano. El tiempo se dilata. Además de todo eso, tenemos un enclave privilegiado, con una climatología estupenda.

En cuanto a instalaciones, Sitges tiene la calidad de Barcelona, pero con tarifas un poquito por debajo y con un tamaño muy humano. La seguridad es otro factor importante y luego están los intangibles, la sensación de relax. A pesar de ser una villa pequeña, con unos 30.000 habitantes, es muy cosmopolita, con 80 nacionalidades residiendo. Los asistentes a las reuniones se encuentran con esta atmósfera. Tampoco hay que olvidar la herencia artística, el ambiente bohemio que se respira.

Según las últimas encuestas que hemos realizado, el 83% de los ciudadanos de Sitges está contento con el turismo y el 15% querría aún más. Aquí no hay turismofobia como en otros sitios. El ambiente es acogedor para el visitante.

¿Qué ventajas e inconvenientes tiene vivir ‘a la sombra’ de un destino tan potente para la industria MICE como Barcelona?
Competimos con Barcelona en muchísimas candidaturas. A veces nos meten en el mismo saco promocional de la Gran Barcelona, pero nosotros, como Sitges, estamos diferenciados. De hecho, llevamos cien años trabajando en ello de forma independiente, con marca y sello propios en turismo vacacional, y desde 1992 en turismo de reuniones. Somos ya ‘maduritos’. Tenemos el único Convention Bureau de la provincia, aparte de Barcelona. En Cataluña somos los únicos de carácter local, junto con Lloret.

A veces es más fácil llegar a Sitges desde el aeropuerto que al centro de Barcelona, por cuestiones de tráfico y esto nos beneficia. Por otra parte, si Barcelona se llena, hay un efecto de rebose. En ocasiones somos complementarios, aunque nuestra capacidad es menor. A partir de 1.400 personas no cogemos reuniones, que son las que caben en nuestro auditorio.

¿Qué mercados principales son los que nutren la demanda de reuniones y eventos en Sitges?
Hay cerca de un 50% de grupos extranjeros. Reino Unido es el principal. Alemania es muy importante, sobre todo el sector de automoción. Luego están Francia, Bélgica y Estados Unidos. Últimamente los países nórdicos y algunos países emergentes asiáticos también se han fijado en el destino.

¿Qué han supuesto para este segmento las aperturas hoteleras de los últimos años, como el MiM del Grupo Majestic, el ME Sitges Terramar de Meliá, o las nuevas salas de conferencias del Dolce Sitges?
Un gran impulso, dentro de la diversidad. Cada hotel tiene su carácter particular. Hay una gran diferenciación entre ellos. De momento solo hay dos cadenas, Meliá y Dolce, y el resto son establecimientos independientes, algunos muy singulares, como el Estela, también llamado el Hotel del Arte, creado por Subirachs. El MIM está gestionado por el grupo Majestic, lo cual ya es garantía de calidad, y con Messi como reclamo, lo que nos da una gran reputación.

¿Cuáles son los atractivos de la oferta gastronómica?
Cierto es que de momento no tenemos ninguna estrella Michelin, pero somos el destino slow food de la zona. También estamos trabajando mucho con productos de Km 0. Las granjas que estaban en los alrededores de Sitges han vuelto a producir. Hay nuevas generaciones de restauradores como La Nansa o La Salseta, con la segunda generación. Tenemos varios eventos al año relacionados, como el Tapa Tapa. Sitges ha ganado varias veces la Tapa del Año, en competencia con todos los municipios de Barcelona.

Además, tenemos sitios, como la finca Mas Solers, que puede acoger a grupos de hasta mil personas o toda la zona del Penedès, que está a solo 20 minutos por carretera, con cavas grandes y pequeñas para todo tipo de grupos.

¿Y para el shopping?
Las tiendas abren los domingos y no hay ningún centro comercial. El propio centro de la ciudad es el punto de concentración del shopping, lo que hace de la experiencia algo mucho más interesante. Al principio, cuando no llegaban las grandes franquicias o los espacios estandarizados había como cierta contrariedad, pero ahora la población y los visitantes lo agradecen, porque la oferta es mucho más diferenciada. Los comercios se implican también con decoraciones especiales cuando hay eventos, como el Festival de Cine. Otra cosa que le aporta mucha identidad al destino son sus 21 galerías de arte, algo que tampoco es frecuente.

¿Cuáles son las actividades de incentivo que más solicitan los grupos de empresa?
Las actividades en playa y las acuáticas son muy demandadas. También las relacionadas con las bodegas. Queremos potenciar las actividades para facilitar la RSC en las empresas. Los hoteles están muy implicados en esta filosofía y tienen acuerdos con instituciones solidarias.