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TÚNEZ. Renacer fenicio

En Túnez, comprar es una tentación desde siempre. No en vano, los fenicios, civilización de comerciantes por excelencia, fueron los fundadores de la antigua Cartago, muy cerca de la actual capital del país. Desde entonces, el regateo es santo y seña del lugar. Las prisas están prohibidas.

Disponer de una segunda maleta para las adquisiciones no viene mal, siempre que se cuente, eso sí, con los eventuales sablazos por exceso de equipaje, según la aerolínea elegida para regresar del destino. La tradicional amabilidad árabe y su acentuado sentido comercial hacen una combinación explosiva, también aquí, para el bolsillo del visitante.

En los zocos tunecinos proliferan, además de las famosas alfombras, las especias, la orfebrería, la artesanía tallada en madera o las prendas y complementos tradicionales, cantidades ingentes de artículos de imitación de grandes marcas internacionales, especialmente de ropa y perfumería. Para los menos boyantes, siempre es una opción. Y en cualquier caso, las diferencias de precio con España, especialmente en el sur, son notables para cualquier tipo de adquisición.

La medina de Túnez es el lugar más frecuentado, pero quien tenga tiempo para recorrer el país se dará cuenta de que hay ciudades y regiones especializadas en determinados productos. Comprar en los talleres y tiendas de la Oficina Nacional de Artesanía Tunecina (ONAT) siempre es garantía de calidad y autenticidad. En este caso, los precios son fijos y se puede abonar la compra con divisa. Las horas de apertura y cierre de las tiendas son de 8:00 a 12:00 h y de 16.00 a 19.00 h en verano; y de 08:30 a 12:00 h y de 15:00 a 18:00 h en invierno. Los zocos suelen tener horarios más amplios.

Qué comprar

Alfarería de Nabeul.
Las piezas muestran una variada gama de colores para motivos de pájaros y flores y son realizadas con cerámica esmaltada en plomo.

Cuero.
La mayor variedad se puede encontrar en Monastir y Sousse: pufs, bolsos, riñoneras, maletines, babuchas…

Cestería.
Suele encontrarse en los palmerales y oasis, como el de Tozeur. Las esteras, los bolsos y los sombreros están fabricados con hojas de palmera y esparto.

Piezas de coral.
Tienen gran presencia en la joyerías. Algunas son verdaderas esculturas y las más demandadas son las de Tabarka, cerca de la frontera argelina, con creaciones bereberes e, incluso, tuaregs.

Instrumentos musicales.
Réplicas tradicionales con gran valor decorativo, desde gaitas y oboes bereberes elaborados con madera, hasta laúdes, djembés y una larga lista de tamaños y formas.

Rosa del desierto.
No siendo una planta, este mineral cristalizado se compone de arena y sal, y su sugerente morfología y formación es debida al efecto natural de estar sometidas a cambios extremos de temperatura.

Alfarería de Isla de Djerba.
De tradición más antigua, la alfarería se realiza en tonos rojizos, tiene aspecto rústico y representa motivos sencillos de inspiración naíf. La más famosa es la cerámica de aldea de Guellala, trabajada en terracota.

Alfombras.
Quizá las piezas más apreciadas del país, sobre todo las confeccionadas en cachemir. Las clásicas, representan la lámpara de la Gran Mezquita adornada con todo tipo de motivos geométricos, llevan más cantidad de lana y hay poco espacio para motivos de la tribu del artesano. Las llamadas Bizerta, que incluyen una enorme variedad de tatuajes bereberes, cascarudos, flores del desierto o cruces de Kaiurá, la cuarta ciudad santa para los musulmanes suníes. Las alfombras más comunes suelen tener 40.000 nudos por m2, pero las hay que alcanzan los 250.000.

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