La comisión de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una proposición que insta al Gobierno municipal a implantar una nueva tasa para los operadores turísticos que gravará las visitas de un día. Es decir, visitantes que no duermen en la ciudad pero van a la Ciudad Condal de excursión a ver los principales puntos de interés.
Barcelona recibe 30 millones de visitantes cada año, de los que hasta 13 millones no pernoctan en la ciudad. De estos cabe restar a los cruceristas -que ya pagan el impuesto turístico- y aquellas personas que visiten la ciudad por su cuenta y no en paquetes organizados por operadores.
La tasa va dirigida a los operadores turísticos que organizan paquetes organizados de un día, sin noche. Se trata de aquellos visitantes que normalmente llegan en autocar y visitan los principales monumentos de forma rápida, sin prácticamente hacer ningún gasto y ocupando el espacio público.
La medida -transaccionada con el Gobierno municipal- se ha aprobado con el objetivo de que la nueva tasa entre en vigor en 2018 para los turistas que visitan pocas horas la ciudad y que «no tienen tiempo de consumir y hacer gasto, pero la colapsan», según la concejal demócrata Sònia Recasens, que ha defendido la medida para compensar externalidades negativas del turismo.
[useful_banner_manager banners=1 count=1]