Ciudad de México acoge este año un certamen internacional de primera magnitud como Capital Mundial del Diseño. Al margen de ello, apuesta también con decisión por las pequeñas y medianas reuniones, los hoteles boutique con encanto -toda una explosión en los últimos años- y espera con impaciencia la finalización del nuevo aeropuerto, cuya apertura está prevista para 2020. Comenta las novedades Carla Humphrey, directora de Evaluación del Fondo Mixto de Promoción Turística de Ciudad de México (CDMX).
Es inevitable recordar el terremoto que castigó Ciudad de México el pasado mes de septiembre. ¿Cómo ha ido la recuperación?
Fue un lamentable suceso que causó muchas muertes y desolación. En todo caso, el 97% de las infraestructuras turística no sufrieron ningún daño. En su momento hubo algún cierre puntual, pero la industria MICE hizo un gran esfuerzo por seguir adelante. De hecho, se mantuvieron los eventos programados, como la Feria del Libro o el Día de Muertos. El aeropuerto estuvo apenas un par de horas sin operar. Hace tiempo que la ciudad está totalmente recuperada y funcionando a pleno rendimiento.
El aeropuerto Benito Juárez lleva algunos años trabajando al límite de su capacidad. ¿Cómo van las obras del nuevo aeródromo?
En principio, el compromiso es cumplir los plazos. Si todo va bien, abrirá en 2020 como está previsto. Es cierto que el aeropuerto de la capital ha crecido sin parar hasta llegar al límite. En los últimos cinco años se han puesto en marcha 20 nuevas rutas y 36 frecuencias añadidas a otras que ya existían. En una primera fase pasaremos de 35/40 millones de pasajeros al año a 55 millones. A pleno rendimiento la nueva infraestructura podrá dar servicio a 100 o 120 millones.
Como bien dice, si todo va bien…
Está en juego el prestigio del mismísimo Norman Foster, el arquitecto que lo ha concebido, del Gobierno y de las principales empresas constructoras de México, así como algunas de fuera. Hay mucha presión de la opinión pública porque la infraestructura es realmente necesaria. Con el aeropuerto actual no es posible abrir más rutas.
Ciudad de México es el cuarto destino de congresos de Latinoamérica, según el ránking de ICCA. ¿Qué atención presta a las reuniones pequeñas y medianas?
Al margen de los grandes congresos internacionales monitorizados por ICCA, el peso de la industria MICE lo tienen las pequeñas y medianas reuniones. En los últimos años, la ciudad ha recibido inversiones por valor de unos 1.000 millones de dólares para ampliar y renovar la planta de hoteles boutique y con encanto. Son tendencia. Ya no se llevan tanto los grandes complejos impersonales. Esto no es Las Vegas o Cancún.
¿Cuál es la presencia de cadenas españolas?
Están presentes casi todas: NH, Meliá, Room Mate… Y siguen invirtiendo, lo cual nos llena de orgullo.
¿Qué actividades recomendaría para el programa social de una convención o congreso?
Hay cientos. Desde las propuestas gastronómicas de todo tipo, incluidos dos de los mejores restaurantes de todo el mundo, como son Pujol y Quintonil, hasta el deporte, con la Fórmula 1, los partidos del fútbol americano de los Monday Night, los torneos internacionales de golf, el famoso maratón… Además, puede ser la sede del Mundial de Fútbol si gana la candidatura para 2026… Y en 2018 es la Capital Mundial del Diseño. Las experiencias culturales son también para todos los gustos. De hecho, es la segunda ciudad con más museos después de Londres. Nada menos que 188.
Desde España y Europa se percibe a México como un país peligroso. ¿Cómo calificaría la seguridad en la capital?
Como en todas las grandes capitales de los cinco continentes, hay que tomar ciertas precauciones en ciertas zonas. Solo eso. Tenemos un servicio de atención integral muy eficiente, el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad, conocido como C5, con un número único de emergencia. Hay cámaras por toda la ciudad que trabajan no solo para reaccionar, sino sobre todo para prevenir.