Delta Air Lines inaugura el nuevo Delta One Lounge en el aeropuerto JFK de Nueva York. Es la primera de su clase y más grande que cualquier Delta Sky Club y ofrece una gran variedad de experiencias y servicios para el viajero.
Situada entre los Pasillos A y B de la Terminal 4, junto al principal punto de control de seguridad, Delta One Lounge, de más de 3.700 metros cuadrados —la primera de su clase y más grande que cualquier Delta Sky Club— ofrece desde restaurantes de lujo hasta tratamientos de bienestar a servicios de aparcacoches, y mucho más. Los pasajeros con un billete Delta One pueden crear su propia experiencia única en la sala VIP en función de las necesidades.
El ambiente de Delta One Lounge es fiel a la magia de Manhattan: los clientes podrán entrar y olvidarse de que están en un aeropuerto. El Lounge presenta guiños a otros lugares famosos de la Gran Manzana, con sorpresas cuidadosamente seleccionadas tanto para los neoyorquinos como para los entusiastas del diseño.
El bar, donde se sirven cócteles clásicos, cuenta con una lámpara de inspiración Art Decó; el techo del Bar Lounge y el cristal estriado recuerdan al techo de pan de oro y las lámparas de araña del Radio City Music Hall. Igualmente el cliente podrá echar un vistazo al pasado de la ciudad en el mostrador de mármol blanco Market and Bakery, inspirado en los mostradores de las tiendas de delicatessen retro.
Por su parte, los mosaicos de mármol en forma de abanico del comedor Market rinden homenaje a las famosas brasseries neoyorquinas. El techo redondo sobre el mostrador de comida es un guiño a la terminal original del aeropuerto JFK, diseñada por el famoso arquitecto Eero Saarinen. Y los icónicos hilos superpuestos del puente de Brooklyn inspiran la lámpara suspendida del comedor.
Al igual que el aeropuerto JFK es un portal al mundo, Delta One Lounge presenta obras de arte que reflejan el alcance global de éste. En un paseo por la galería de la sala VIP, los pasajeros encontrarán obras de artistas de Europa, Sudáfrica, India, Japón y Cuba, entre otros.
La recientemente anunciada asociación a bordo de Delta con Missoni también se refleja en la Sala VIP, con toques de diseño como cojines, jarrones y libros de sobremesa con el característico diseño en zig zag de la casa de moda italiana.
Por su parte, los amantes de la buena mesa están de enhorabuena pues el Lounge cuenta con un restaurante Brasserie de 140 plazas que ofrece un servicio de comidas de tres platos. Restaurant Associates y Union Square Events (un concepto de Danny Meyer) han colaborado para elevar la experiencia culinaria en Delta One Lounge, con platos como Hamachi crudo, steak tartare y lasaña boloñesa.
Delta propone una experiencia gastronómica con The Market and Bakery, con ofertas culinarias de temporada emplatadas para servicio sin cita previa.
Experiencia zen
La zona de bienestar, por su parte, está equipada con nueve cabinas de relajación reservables con sillones de masaje de cuerpo entero y sillones de siesta, tratamientos de terapeutas certificados por Grown-Alchemist y mucho más.
Junto a la zona de bienestar, la Serenity Lounge ofrece un espacio tranquilo y silencioso diseñado para la paz mental previa al vuelo. La iluminación especial de la Serenity Lounge imita los colores de la luz que afectan a los ritmos circadianos del cuerpo, ayudando al organismo a aclimatarse a la zona horaria hacia la que volará.
Una bebida en el Rejuvenation Bar, que ofrece bebidas refrescantes sin alcohol y aguas y zumos infusionados con frutas y hierbas.
Cuándo se acaba de aterrizar tras un viaje transatlántico es un buen momento para refrescarse en una de las ocho suites de ducha bien equipadas, con toallas, albornoces y zapatillas, productos Grown Alchemist y mucho más. ¿La ropa y los zapatos también necesitan un repaso? El cliente puede dejar sus prendas en el armario de la suite; un trabajador las limpiará con vapor y/o les sacará brillo y las devolverá mientras se disfruta de una ducha.
Los pasajeros que no quieran molestar pueden ocuparse de sus asuntos en una de las ocho cabinas individuales insonorizadas situadas en el Lounge, o tomar prestado un segundo monitor de ordenador para completar cualquier trabajo de última hora.
Siempre es buen momento para disfrutar de las vistas del aeródromo desde la Terraza, repleta de plantas regionales renovadas según la estación. Este exuberante oasis al aire libre con techo retráctil está diseñado para estimular los sentidos (a la vez que calma el sistema nervioso); se puede disfrutar los 365 días del año.
Un viaje premium
El viaje comienza en la facturación: situada en el lado derecho de la planta principal de llegadas de la Terminal 4, los clientes de Delta One serán recibidos por un equipo de agentes de Elite Service que les ofrecerán un servicio de guante blanco, toallas calientes y refrescos ligeros. Este otoño, la zona de facturación contará con una línea de control TSA privada para mayor exclusividad.
Aunque la Delta One Lounge de JFK es la primera de su clase, pronto se unirán otras: las Delta One Lounges de Los Ángeles y Boston Logan International abrirán sus puertas a finales de este año, ampliando la experiencia integral de primera calidad a más clientes en más aeropuertos.