El primer paquete del Gobierno con medidas destinadas a paliar el impacto de la pandemia del coronavirus en el sector turístico ha dejado muy fríos a los profesionales del sector, que las califican de insuficientes y tardías.
La pandemia del coronavirus ha dejado infectado todos los sectores y al del Turismo, le está afectando especialmente. Los profesionales del sector llevaban días pidiendo medidas por parte del Gobierno. Cabe recordar que ya se han puesto cifras al impacto que el COVID-19 tendrá en el sector a nivel global. La OMT (Organización Mundial del Turismo) rebajaba la semana pasada el crecimiento esperado en tres puntos menos.
El jueves por la tarde el Gobierno anunció las esperadas medidas que se resumen en:
-Aplazamiento hasta 6 meses deudas tributarias para PYMES y autónomos.
-Ampliación de la bonificación de las cuotas de Seguridad Social
-400 millones para una línea de créditos ICO para empresas del sector turístico, hostelería y transporte.
-Flexibilizar cambios y anulaciones en billetes de Renfe por la cancelación del Imserso.
Las reacciones a estas medidas no se han hecho esperar. José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur -la alianza de las 28 empresas turísticas más representativas- las califica de «exiguas». Según una encuesta realizada a más de 1.200 empresas, calculan que hasta el 11 de marzo, las ventas han bajado en torno a un 46,6%. Y teniendo en cuenta los dos escenarios que se manejan, uno más optimista de dos meses y otro de cuatro, calculan que el sector turístico español perderá de 18.825 millones de actividad directa + indirecta (si dura dos meses) a 33.668 millones en el peor de los escenarios.
En la misma línea desde CEHAT, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, aseguran que el Gobierno «no ha entendido bien la magnitud de la crisis». En materia fiscal, el aplazamiento de deudas tributarias hasta el 30 de mayo se considera igualmente insuficiente, pues la recuperación del sector no se espera que se inicie hasta superadas esas fechas.
UNA CRISIS SIN PRECEDENTES
Igual de contundente se ha mostrado Juan Molas, presidente de la Mesa del Turismo, que señala que «es una crisis sin precedentes, como nunca antes se había conocido: ni el 11-s, ni las guerras del Golfo…nada igual». Reclama que las medidas tenían que haberse consensuado con el sector privado y con los profesionales, con una mesa en la que se plantearan no solo medidas para paliar las consecuencias del coronavirus, sino para medio plazo. Compara las ayudas de créditos ICO que se dieron para superar la quiebra de Thomas Cook, 500 millones, con las que se han anunciado para esta crisis. Molas también ha criticado la medida de imponer un impuesto al transporte aéreo, que se planteó cuando acababa de estallar la crisis del coronavirus, y que es un «auténtico disparate» en un momento como el actual.
Nada más terminar la intervención del Gobierno, Carlos Garrido, presidente de CEAV, (Confederación de Agencias de Viaje) señaló las medidas como «decepcionantes y claramente insuficientes para solucionar los problemas del sector», ya que estas medidas no han contemplado las características del sector y obligan a reducir plantillas y estructuras, lo que es muy grave para el sector y para la economía.
A este respecto los expertos consultados, al margen de rebajas fiscales, han echado de menos una mayor flexibilización en materia laboral y sobre todo en la posibilidad de aplicar ERTES para poder salvar al sector.