
Con motivo del quince aniversario de MeetIN, hablamos con Oliver Benalal, Senior Vice President, Business Development de Hesperia World, de la actualidad del sector hotelero y turístico, de la evolución del mercado y de los retos del MICE.
Siempre se ha dicho que el nivel de calidad de la hotelería en España es muy alto en comparación con el precio. ¿Verdad o mito?
Es verdad que el nivel de calidad de la hotelería en España es muy alto en relación a los precios medios que tradicionalmente ha tenido el sector, y de hecho es algo que ha podido comprobar cualquier persona que esté acostumbrada a viajar por Europa.
Con el enorme incremento de la demanda y las tarifas, actualmente esta ecuación no parece tan favorable para el cliente…
Lo que hemos observado en estos últimos años, y especialmente tras la pandemia, es un ajuste en los precios que era deseable y que al final es bueno para todos, no sólo para el sector, sino para el cliente en general, porque nos va a permitir seguir ofreciendo un producto de la más alta calidad. Este ajuste no llega porque sí. Hay sin duda una parte asociada al incremento de los costes.
A las empresas les está costando encontrar habitación para sus viajeros corporativos y espacios para sus reuniones. ¿Hay que incrementar la oferta?
Actualmente, y fuera de fechas señaladas de congresos y eventos especiales, la planta hotelera sigue ofreciendo disponibilidad. En las principales ciudades, como Madrid o Barcelona, la misma o más que París o Londres. Nadie se extraña de pagar 300 o 400 libras por una reserva reservando a última hora en la capital británica. ¿Por qué aquí así? Nuestra oferta alojativa está subiendo de nivel, es justo que se pague por la calidad. En relación con las salas de reuniones sucede algo similar. El incremento de la oferta se debe regular de forma natural. Los proyectos surgen cuando los precios y ocupaciones justifican la inversión.
Conciertos, exposiciones, coworking, jornadas gastronómicas, afterworks… Los hoteles se han convertido en auténticos centros de interacción social y cultural.
Los hoteles deben ser destinos en sí mismos, ofrecer experiencias singulares a sus clientes. En Hesperia World tenemos muy clara la filosofía “Hesperiencial”, dando a cada establecimiento una personalidad propia.
¿Cómo está contribuyendo la tecnología a recoger el feed back de los huéspedes?
Hemos pasado de hacer encuestas a puño y letra a monitorizar en un clic cientos de agencias online y metabuscadores. La inteligencia artificial nos permite cruzar esta información con los comentarios en redes sociales y generar acciones casi en tiempo real para corregir tendencias.
¿Cuáles son las nuevas tipologías de clientes que han surgido en los últimos años?
Los perfiles son cada vez más híbridos. El cliente que llega a nuestros hoteles por un viaje de negocios espera dedicar también tiempo al ocio, a cuidarse o a disfrutar de alguna propuesta cultural o gastronómica. Hay que mirar con un prisma 360º. Eso significa olvidarse de las etiquetas fijas y anticiparnos a sus necesidades.
¿La política de sostenibilidad de los establecimientos es un argumento de peso para la captación de eventos?
Sin duda. Los criterios de sostenibilidad son una demanda cada vez más clara entre nuestros clientes. Las empresas están interiorizando estas políticas y cuando organizan viajes corporativos o eventos esperan, lógicamente, que el hotel esté alineado con esa filosofía.
Los grupos hoteleros potencian cada vez más sus marcas de lujo. ¿Aún queda hueco en este nicho tan competido?
Es verdad que en los últimos años ha habido una auténtica explosión en la llegada de marcas de lujo y premium al mercado español, especialmente en destinos urbanos preferentes como Madrid y Barcelona, pero también en vacacionales, como Canarias o Baleares. Desde Hesperia World hemos participado activamente en este fenómeno trayendo a España los primeros hoteles de Hyatt Regency, Hyatt Regency Residences, Dreams, Secrets y Grand Hyatt. La llegada de nuevas marcas internacionales de prestigio ha permitido que nuestro sector hotelero llegue con más facilidad a un perfil de viajero de larga distancia, especialmente el norteamericano y el de Oriente Medio, que antes era más difícil de captar. Tenemos todavía margen para ir creciendo en ese terreno.










