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HOTELES PARA EL AFTERWORK. Más que una copa

Tomar algo con los compañeros de trabajo, los amigos o la pareja al terminar la jornada laboral es una práctica habitual que en estos tiempos de búsqueda de la exclusividad y la diferenciación se ha convertido en tendencia. Los mejores hoteles apuestan por espacios donde esta costumbre social sea toda una experiencia con la inestimable ayuda de la mejor coctelería.

Ocio, relax, descanso tras una dura jornada de trabajo, pero también networking, ideas, contactos… En realidad es algo que se ha hecho toda la vida. Ahora, el concepto de afterwork está más vigente que nunca, pero tamizado por la cultura anglosajona, la voluntad de sofisticación y, por qué no, las redes sociales.

Por la pequeña pantalla han ido mostrándose maneras cool de relacionarse después del trabajo —véase Friends— y, como tantas otras cosas, ha terminado calando en la rutina local: la tradicional caña o la copa de vino tienen ahora su competencia en el gin-tonic, en plena cresta de la ola de las modas, y la coctelería de calidad.

Según distintas encuestas, como la de Población Activa, el perfil de afterworker es el de una persona de cualquier sexo, de mediana edad y con un estatus económico medio-alto. La mayoría realiza esta actividad en ciudades de gran tamaño, con una mayor variedad de locales exclusivos. Pero, detrás de estos fríos datos, se muestra la verdadera realidad: a los españoles les gusta salir, y entre semana, tras el trabajo, la mejor opción para muchos es irse de afterwork.

¿Cuáles son sus templos? Las principales ciudades españolas cuentan con locales específicos. En Madrid, por ejemplo, triunfan el Kube, Ramsés, O’Clock, Castellana Ocho o El Uno de Molina, entre otros. En Barcelona, hacen lo propio Gimlet, Boca Chica, Dry Martini, Milano Cocktail-Bar, Shakerato, Toto, Collage… Y los hoteles, ¿qué tienen que decir a todo esto? Pues mucho.

Los establecimientos más reconocidos apuestan claramente por este concepto, ya sea en primera-verano, con la eclosión de las terrazas, o con locales cerrados para todo el año. Ser un auténtico newyorker es fácil cuando te tomas algo sentado en una silla diseñada por Philippe Starck en el Glass Bar del madrileño hotel Urban, a escasos metros del Congreso de los Diputados y de la Puerta del Sol. Tampoco está mal saborear un gin-tonic en las Cuevas Sandó, del hotel Santo Domingo, desde principios de este año explotado por la cadena BeLive, un espacio bajo tierra junto a la Gran Vía madrileña que en el siglo XVI perteneció a la Inquisición. Ginebras y vodkas son las principales apuestas de este peculiar espacio.

LA IMPORTANCIA DE LA TERRAZA

La práctica del afterworking cuyo inicio, tal y como lo entendemos, puede ubicarse a finales de la pasada década, está indisolublemente unida a las terrazas, y en esto los hoteles siempre tienen mucho que contar. Las terrazas del Gran Meliá Colón, en Sevilla, o el Duna Beach Club Night, del Meliá Sancti Petri, son dos de las cientos de atractivas opciones andaluzas. Barcelona siempre tendrá la referencia de la brisa marina que envuelve terrazas puramente afterwork como Ánemos Terrace, del hotel Cram; El Terrat, del hotel Silken Diagonal; Dos Cielos, del Meliá Sky; La Terraza, del hotel Omm; B-Pool, de B Hotel; La Dolce Vita, del Majestic; Wet, del hotel W; la terraza del NH Pódium… y suma y sigue.

Por su parte, Madrid reúne su afterworking veraniego en sitios tan exclusivos como The Roof, del premiado ME Madrid Reina Victoria, las terrazas del Mad o del Marmo del siempre sorprendente hotel Puerta de América, la nueva The Balcony del Innside Madrid Suecia o el top del lujoso y multiétnico hotel Urban. Las propuestas, afortunadamente, son legión.

Mención especial merece, por un lado, «Dry by Javier de las Muelas at The Gran Meliá Fénix Madrid», un concepto que se ha acabado exportando al paseo marítimo de Palma de Mallorca (hotel Gran Meliá Victoria) y que además tiene como icono el cóctel más vendido del mundo: el Martini. Y por otro lado, DOMO Lounge & Terrace by Cabrera, auténtica referencia del momento, ofrece todo su potencial.

Pero cuando la temperatura baja, llega el momento de los exclusivos cocktail bars, y de los más famosos bármanes y mixólogos. Precisamente,  en el hotel Gran Meliá Fénix Madrid, junto a la plaza de Colón, se encuentra The Cosmopolitan, una de las referencias. Es solo una de ellas. El hotel Hesperia Madrid apuesta por la eterna bebida escocesa. Su Scotch Bar, en pleno Paseo de la Castellana, ofrece una carta con más de 70 whiskies y maridaje con, por ejemplo, sushi (en el hotel también se encuentra el Hikari Sushi Bar). Otra opción, en el barrio de Salamanca, puede ser el Hesperia Emperatriz.

Pero si un establecimiento ha sacudido recientemente los cimientos de la oferta gastronómica y de ocio madrileña ha sido el NH Collection Eurobuilding. DOMO by Roncero & Cabrera es uno de los espacios más sofisticados del establecimiento, donde se juntan las propuestas gastronómicas de Paco Roncero y Luis Bartolomé con los cócteles del mencionado mixólogo Diego Cabrera. No hay que olvidar que Paco Roncero es un auténtico referente en lo que a tapas se refiere, un elemento que no puede faltar en el afterwork. Para ejemplo su marca Estado Puro, «tapería» de referencia en el Paseo del Prado y hasta hace poco en el NH Collection Madrid Palacio de Tepa.

Precisamente Roncero, junto a Diego Cabrera, participa en la elaboración de la oferta del NH Collection Abascal, también en la capital madrileña. Roncero asesora la gastronomía dirigida por Ángel Aylagas, y Diego Cabrera tutela un espacio de coctelería muy interesante. Por otra parte, este último es también el asesor de establecimientos como los ubicados en el NH Collection Liberdade, en Lisboa, y en el NH Collection Constanza, en Barcelona. Ahora bien, en la Ciudad Condal no hay que dejar de mencionar la oferta coctelera de los hoteles Arts y Claris, establecimientos que han contado con las creaciones del propio Diego Cabrera y de Francisco Rebelo, otro destacado barman. Otra referencia para los afterworks es el hotel Alexandra, integrado en la red Doble Tree by Hilton, en la zona de Paseo de Gracia.

Los nombres en este caso son muy importantes, y los españoles ocupan un lugar muy destacado en el panorama internacional. Francisco Javier Lucas (Med Playa Hotel Bali, subcampeón del mundo en 2013), Juan Miguel Moreno (hotel Meliá Costa del Sol, campeón de España), Ramón Ramírez (Tryp Macarena, Maestro Internacional de Coctelería) o Manuel Martín (Cocktail Bar Bécquer, Arahal, campeón del mundo y de España) son algunos de los profesionales más reconocidos, lo que pone de manifiesto el buen momento que vive este segmento en nuestro país.

APRENDER LA TÉCNICA

No se trata solo de disfrutar de una bebida. Para los que quieren ir un poco más allá, algunos establecimientos ofrecen la posibilidad de aprender todos los secretos de la coctelera y tirar de creatividad mezclando ingredientes. Es el caso de las masterclass que se imparten en Eclipse Barcelona, el sofisticado bar del Hotel W, en la capital catalana. Por un precio de hasta 80 euros por persona, los aprendices tienen la posibilidad de aprender todos los secretos de la mano de los conocidos bármanes del establecimiento. Además, cada clase incluye tres cócteles clásicos: Watermelon Martini, Passion Fruit Martini y Venezuelan Mojito. Cualquier excusa es buena para aprender. El pasado verano, con motivo de la presentación del libro Gin para Dummies, su autor, Sergio Estévez, ofreció una clase magistral sobre los mejores gin-tonics en The Top, la terraza del Gallery Hotel.

Los cócteles están de moda y son muchos los que quieren aprender a elaborarlos. Pero sobre todo probarlos. Y si no, que se lo pregunten a los participantes del Gin-tonic Tour, organizado por H10 Hotels y la marca de tónica Fever Tree, que durante el verano permite conocer las terrazas de sus establecimientos en Barcelona y conseguir interesantes premios, además de disfrutar del gin-tonic, claro. Aunque no todo es destilado de enebro. El hotel The Westin Palace de Madrid ha acogido este año la VII Edición del Ron Festival, donde medio centenar de marcas han reunido a cocineros y bármanes en torno a la bebida más caribeña.

En definitiva, se llame como se llame el concepto, ya no hay excusa para no beber y picar algo después del trabajo, y si es en un local agradable, con buena música y mejor compañía, ¿quién puede resistirse?

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