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IZTAC / MAISON MÉLIE / DUDUA PALACIO. Viajando con el paladar sin salir de Madrid

Poco tienen que ver entre sí. Ni en gastronomía, ni en referencias geográficas, ni en concepto. Los propietarios tampoco son los mismos. Pero Iztac, Maison Mélie y Dudua Palacio  comparten un compromiso inquebrantable con la calidad y la excelencia, así como una ciudad de acogida: Madrid. México, Francia y la cocina tradicional se dan la mano en estas tres propuestas para viajar con el paladar cuando resulta tan difícil hacerlo con los demás sentidos.

 

ItzacIZTAC
MÉXICO EN ESTADO PURO

Iztac ocupa desde hace poco más de dos años el mismo local que acogiese el primer restaurante mexicano que se inauguró en España: México Lindo. En este tiempo, Iztac ha sabido posicionarse como adalid de la auténtica gastronomía de este país en Madrid. En su carta hay espacio para platos tan genuinos como el pan de cazón campechano, las gambas petroleras o los sabrosos papadzules.

En palabras de su propietario, Jorge Vázquez, Iztac «es el restaurante al que a me gustaría ir en México DF cuando visito mi país de origen, un establecimiento que refleja la calidad y autenticidad de esa gastronomía que fue la primera en ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco».

Más allá de tacos, nachos y estereotipos, Iztac propone un onírico viaje lleno de sabor por los 32 estados del país y por sus nueve zonas gastronómicas. La carta del chef mexicano Juan Antonio Matías, con 17 años de experiencia en los mejores restaurantes de la capital azteca, transporta al comensal a los sabores más auténticos de esta gastronomía.

Su espectacular salón, obra del estudio Freehand Arquitectura, de la arquitecta mexicana Lourdes Treviño, está decorado con singulares piezas de artesanía o libros de gastronomía y presidido por los impactantes lienzos del artista Gabriel Moreno.

Iztac también destaca por su carta de bebidas: cervezas, micheladas, mezcales, tequilas y margaritas se ven ahora acompañadas por una gran selección de vinos mexicanos. Un añadido fundamental resulta su magnífica terraza, inaugurada en enero de 2020 y diseñada igualmente por Freehand Arquitectura, que funciona tanto en verano como en invierno.

 


MAISON MÉLIE
GLAMUR A LA FRANCESA

Hace menos de dos años llegaba a la madrileña calle de Génova un novedoso concepto que, en un coqueto local con paredes vestidas de toile de Jouy, evoca a un café parisino de finales del siglo XIX, aunando la patisserie con la boulangerie y el restaurante boutique. Su nombre, Maison Mélie, proviene de una pastelería que abrió sus puertas en la pequeña localidad de Honfleur (Normandía) en el año 1894. El concepto llegó a España de la mano del financiero Michel Glas, con el propósito de trasladar a Madrid la esencia de la mejor gastronomía francesa, así como de las delicias de su mítica panadería y pastelería.

Al frente de su obrador está Olivier Duport, un conocido maestro pastelero que ha sido galardonado en múltiples ocasiones. Degustar sus impresionantes croissants (con mantequilla d’Isigny), sus inigualables macarons y sus panes es toda una experiencia para el paladar.

El chef Jean Charles Lanne dirige la cocina del restaurante, con una carta eminentemente francesa (foie gras mi-cuit, ratatouille, pavé de salmón, tartare de buey, boeuf bourguignon…), pero en la que también hay cabida para algunos platos internacionales (tabulé de quinoa, vitello tonnato…), así como una amplia selección de hamburguesas.

 

Dudua PalacioDUDUA PALACIO
COMO EN CASA

Dudua Palacio, el restaurante de Juan Hernández de Blas, sigue apostando por la gastronomía tradicional para encontrarse como en casa. Hoy en día es difícil encontrar establecimientos que elaboren estos platos en presencia del cliente. Por eso, su dueño, que lleva más de 35 años al frente de un negocio que empezó como un local de música y copas, insiste en reivindicar el «buen trabajo, el saber hacer y la profesionalidad».

La carta está plagada de referencias de siempre, como las setas shitake con virutas de jamón de jabugo y huevos de codorniz, los calabacines gratinados, el lomo de merluza de pintxo con almejas o las alcachofas rellenas. Los platos de cuchara también ocupan un lugar importante en su carta: judiones del barco con oreja y chorizo ibérico, cocido castellano de garbanzos de La Moraña y carne avileña, migas del pastor con huevo o sardinillas, sopas de ajo con jamón y huevo escalfado, callos con mucho morro o su ya famosas patatas revolconas.