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TÁNGER. Caleidoscopio de artesanía y diseño

TEXTO GELES RIBELLES
FOTOS ARCHIVO

Kasbah Collective

Tánger vuelve a recuperar el cosmopolitismo de los años dorados de la Generación Beat que sedujo a Jack Kerouak, Allen Ginsberg, Paul Bowles o Los Rolling Stones. Y aunque sigue conservando su esencia auténtica y misteriosa, se ha convertido en la ciudad más de moda de Marruecos. La proliferación de diseñadores y creativos ha dado un vuelco a este seductor enclave a orillas del estrecho de Gibraltar. Un destino único para disfrutar de las compras.

 

Buena parte del encanto de Tánger reside en la tendencia que, rescatando técnicas artesanales antiguas, se fusiona con diseños de mirada fresca y contemporánea para poner en valor el mejor arte del país. De esta manera, la ciudad se ha convertido en un epicentro que atrae tanto a talentos tangerinos formados en Europa, como a diseñadores extranjeros. Otro aliciente es la restauración de la antigua medina que reluce esplendorosa.

Las casas han vuelto a recuperar el blanco radiante en sus fachadas o el azul en los sinuosos callejones que esconden tiendas con precios fijos de emprendedores como la pareja Yassine Rais El Fenni y Hanna Soussi Temli. Kasbah Collective exhibe desde antiguas ventanas de madera reconvertidas en mesas, hasta estanterías, lámparas de cera, ropa, cerámicas, muebles y todo tipo de objetos firmados también por jóvenes artesanos y artistas africanos.

En este caleidoscopio de artesanías vanguardistas alternan comercios de toda la vida con tiendas de ropa, bolsos, cerámicas y accesorios para hombre y mujer de alta gama, como los de Baba. Es la nueva marca de Las Chicas, uno de los concept store pioneros que ha cumplido ya doce años en la plaza du Tabor. Ayda Douri dirige el establecimiento con su piezas, objetos y moda, fusionando la artesanía marroquí con un twist contemporáneo junto a la diseñadora francesa de joyas Yasmine Durner. Su agradable terraza en la azotea invita a relajarse tomando un té con buenas vistas. El cercano Donkey Museum, que alberga exposiciones y libros dedicados al burro, un animal emblemático del país, cuenta en el primer piso con la tienda de la diseñadora Leila Louien, bien surtida de bolsos y camisas de diseño africano.

New Tangier, de la diseñadora Kenza Bennani, es otro de los espacios destacables, situado al oeste de la casba en el barrio de Marshan, donde se suceden villas con las mejores vistas del océano, junto a la necrópolis púnica y Villa Mabrouka, la antigua casa de Yves Saint Laurent convertida hoy en hotel. Sus caftanes de seda salvaje, brocados de lino o algodón, capas y bolsos artesanales han cautivado a miembros de la realeza, celebridades y diseñadores.

Entre cafés y riads se intercalan tiendas que son un estallido de colores, como Topolina, de la diseñadora francesa Isabelle Topolina, reconocida por sus abrigos y guardapolvos, mientras en el atelier Au Fil de Tanger resaltan los caftanes, los accesorios y la ropa para niños. Los coleccionistas cinéfilos encuentran un paraíso en Interzone Tanger, en la ruu Ahmed Ben Ajiba, por sus carteles y camisetas de películas rodadas en la ciudad, postales, fotos antiguas, mapas y libros raros. En la plaza de la Kasbah atraen la atención las cerámicas, tejidos, objetos decorativos, bolsos y moda sofisticada de Laure Welfling. Al lado se perciben los aromas de las velas naturales de Rumi, hechas con cera de soja y fragancias de ámbar cedro, neroli, flor de algodón y almizcle condensados en los clásicos vasos de té.

Medina y Zoco Chico

Bajando de la casba por el entramado de callejuelas estrechas se llega de nuevo a la laberíntica medina, donde sale al paso la boutique Majid, en la rue Almohades, un cofre de tesoros antiguos, joyas, alfombras tejidos y bordados, o la vecina Tangier Records, con vinilos de todos los géneros y discos difíciles de encontrar. En el Zoco Chico, poco antes de llegar al mítico café Tingis surgen puestos y tiendas que ofrecen toda suerte de cachivaches, ropa, artículos de cuero, babuchas y cerámicas.

Bab Al Fahs, la puerta de entrada al zoco, desemboca en el punto neurálgico de la plaza 9 de Abril, con el emblemático cine Rif, sede de la Cinemateca y los jardines de la Mendoubia. De aquí parte la rue de Italia y la avenida de la Libertad, que culmina en la plaza de París y el boulevard Pasteur, donde se suceden puestos de panes, frutas, especias y comercios de cosméticos con agua de rosas y toda suerte de jabones naturales, henna e infinidad de curiosos remedios para rejuvenecer, todo ello entre zapaterías y tiendas con apellido español.

El café de París, frente al consulado francés, frecuentado en sus tiempos por Jean Genet, Paul Bowles o Mohammed Mrabet, sigue siendo uno de los iconos, junto con la legendaria Librería des Colonnes y el hotel Rembrandt. Una de sus arterias, la rue Khalid Ibn Oualid o Velázquez, en el antiguo barrio español, cerca del Gran Teatro Cervantes, concentra galerías de arte como Zawia, de la pintora y escultora Najoua El Hitmi, creadora también de kimonos exclusivos.

Enfrente se encuentran la librería Les Insolites, varios anticuarios y el espacio multidisciplinar Think Tanger, una agencia cultural sin ánimo de lucro fundada por Hicham Bouzid y Amina Mourid. Kiosk es su vitrina, con café, galería, librería especializada y residencia de artistas, donde realizan talleres y charlas para fomentar el intercambio, que se expresa en paralelo a través de la revista Makan. Un reflejo de una mirada puesta en el futuro de una nueva y creativa Tánger.