De siempre, la mayoría de los inventos electrónicos venían de Japón y la imagen asociada a Tokio es la de mega urbe forrada de neones. Y sí, aunque todavía la capital del Imperio del Sol Naciente es el lugar de peregrinación para cazadores de novedades tecnológicas, aún lo es más para los súper fans del manga y del anime. Pero en esta inmensa ciudad también hay sitio para las grandes marcas del shopping de lujo, así como mercados más tradicionales para llevarse ese souvenir ‘Made in Japan’ tan peculiar y fascinante que es difícil de explicar.
Quien vaya a Tokio y se vuelva con las manos vacías es porque no ha salido de la habitación del hotel. Incluso los haters más acérrimos de las tiendas estarán las 24 horas del día listos para caer en las tentaciones de las shotengai —calles comerciales— y los mercados de todo tipo. En una ciudad tan apabullante, con casi tantas opciones de shopping como habitantes (aproximadamente 13 millones) la pregunta sería ¿qué no se puede comprar en Tokio?
DE GADGET EN GADGET
Si se tiene la suerte de poner un pie en la capital del imperio nipón, lo mejor es callarse y comentarlo a la vuelta. De lo contrario, la lista de encargos será tan larga que harán falta dos franquicias más de equipaje, sobre todo en lo que a materia de tecnología se refiere. Si ya no hay vuelta atrás y hay que conseguir para el cuñado la última cámara de turno, el destino es el barrio de Akihabara. [Nota para el cuñado: los móviles japoneses no son compatibles en Europa].
En esta zona se pueden encontrar las últimas novedades, eso sí, a precios europeos. La arteria principal es Chuo Dori, pero hay que callejear para sorprenderse más y más con la de artilugios que se pueden encontrar. Y empezar a ambientarse con el manga que suele ir de la mano de la electrónica. Es decir, aquí hay mucho cómic para comprar y sus personajes (o parecidos) caminan por las calles, los otakus. Lo mejor de cada casa, que diría el cuñado, caminando entre música estridente y mucho neón: un must que hay que ver y recordar.
TOKIO DE LUJO
Para los que busquen el último grito en moda, la referencia son los barrios más fashion de Tokio: Ginza y Harajuku. Ginza se considera una de las zonas más elitistas, lo que vendría a ser la Quinta Avenida nipona, donde destacan el Sony Building y el Apple Store —no tanto por lo que se vende, sino por el exterior—, así como otras marcas para bolsillos pudientes.
En cuanto a Harajuku, es el barrio que concentra tendencias de todo tipo. Por seguir con las comparaciones occidentales, a Omotesando se le conoce como los Campos Elíseos de Tokio, tanto por su diseño en forma de gran avenida arbolada, como por las boutiques tipo Dior, Chanel o Bulgari de sus aceras. Esta zona tiene su réplica pintoresca —cada cual que lo adjetive como pueda— en Takeshita Dori, donde se pueden encontrar los modelos más extravagantes que se puedan imaginar. No en vano, el barrio de Harajuku es el centro de reunión de los seguidores del Cosplay (juego de disfraces) y sobre todo los fines de semana se juntan en masa gothic lolitas, Sailor Moon y otros centenares de personajes por las calles del barrio.
DE MERCADILLOS
Shibuya es otra zona plagada de centros comerciales donde comprar de todo para todos, especialmente en Shibuya 109, la tienda con ropa para ellas y dependientas para ellos. Y aunque no se tengan ganas de gastar mucho, hay que ir a este barrio y no perderse el cruce de Hachiko, una de las imágenes icónicas de Tokio, con cinco pasos de cebra sincronizados.
Quienes busquen una imagen mucho más tradicional, o al menos alejada de los neones, su sitio son los mercados. En la capital nipona hay unas cuantas opciones. Una que a priori es de las más curiosas para los más urbanitas es la de Tsukiji. El único pero, por poner alguno, es que hay que madrugar un pico y medio para llegar a ver las subastas del mercado mayorista más grande del mundo. Eso sí, después del esfuerzo llega la recompensa de un paseo gastronómico entre los cientos de puestos y la oportunidad de llevarse a casa vajillas tradicionales japonesas o los famosos cuchillos para hacer delicioso sushi.
A los más dulceros se les hace la boca agua en el mercado Ameya-Yokocho, literalmente “callejón de las tiendas dulces”, en el barrio de Ueno. Ameyoko, como se conoce popularmente a este lugar es hoy en día una larguísima y estrecha calle donde conviven nada menos que 500 establecimientos, con muchas tiendas de dulces, chucherías y souvenirs de todo tipo.
EN BUSCA DE KAWAII
Por kawaii se entiende todo lo que tiene que ver con “tierno”, y en el terreno de las compras se refiere a los artículos con formas redondeadas e infantiles, normalmente emparentados con el manga y los cómics. En la capital japonesa los hay por doquier. Si en la lista de encargos entra todo lo que tenga que ver con personajes de dibujos animados hay que ir a Tokyo Character Street, un pasillo subterráneo debajo de la Estación Central que aglutina 24 tiendas especializadas. El paraíso de los fans de Hello Kitty, Doraemon, Pokemon y los tamagotchis, estos dos últimos con tienda exclusiva.
Si no se quiere volver de Tokio sin un souvenir para todo el departamento de la oficina, en la calle Nakamise y alrededores, del barrio de Asakusa, se puede encontrar lo imaginable. Desde kimonos, muñecas japonesas o abanicos típicos, hasta o los recurrentes imanes. Batamantas, pasta de dientes con sabor a wasabi, toallas con forma de sushi… ¿qué se puede pedir y no encontrar en Tokio?