
¿Cuáles son las novedades del destino en cuanto a planta hotelera y espacios para reuniones y eventos?
Estonia es un país pequeño. No tiene una gran cantidad de hoteles o espacios para eventos, pero los que hay son muy interesantes. Muchos de ellos aprovecharon el parón de la pandemia para renovar sus instalaciones. Uno de los últimos que abrió el año pasado es un establecimiento de la cadena Radisson Collection, en Tallin, un cinco estrellas a pocos metros de la Opera Nacional, una buena opción para el Business Travel. Algunos de los venues más populares y singulares son Proto Invention Factory o el Seaplane Harbour, el museo marítimo en una estación de hidroaviones.
Si tuviera que convencer a un meeting planner de que fuera a Estonia, ¿qué le diría?
Entre otras muchas cosas, tenemos una calidad de restaurantes realmente buena. Es algo que los visitantes europeos no esperan y al llegar se llevan una grata sorpresa. La gastronomía ha evolucionado mucho en Estonia. La guía Michelin salió el año primera vez el año pasado y recoge 31 restaurantes con estrellas. Por otra parte, la capital, Tallin, es una ciudad que tiene mucho que ofrecer, con una combinación de las zonas históricas con los barrios modernos donde se establecen empresas punteras de tecnología e innovación, un mix muy interesante para los organizadores.
Además de la capital, ¿qué otras ciudades son apropiadas para la actividad MICE?
Es verdad que normalmente el turismo de reuniones suele quedarse en Tallin y los alrededores, pero hay otras opciones para conocer más a fondo el país. Por ejemplo Tartu, la segunda ciudad más poblada del país, con una importante universidad, que el año que viene será Capital Europea de la Cultura, junto con Bodo, en Noruega, y Bad Ischl, en Austria. Entre otros atractivos, cuenta con el Museo Nacional, que también alquila espacios para eventos. También hay mucho street art.
¿Cuáles son los incentivos más populares que se pueden realizar en el país?
Hay muchas actividades. Una de las más demandadas son los talleres de cocina, para preparar platos típicos estonios en diferentes localizaciones. Fuera de Tallin hay paisajes muy diversos para todo tipo de actividades en la naturaleza.
¿Cómo son las conexiones entre España y Estonia y qué gestiones están haciendo para mejorarlas?
Estamos negociando el estableciendo de más vuelos, porque son esenciales para el turismo en general y para el sector MICE en particular. Estonia es un país muy pequeño y la verdad es que es difícil que llegue a haber conexiones directas con España, pero los organizadores que estén buscando nuevos destinos para sus eventos tienen muchas posibilidades haciendo tránsito con compañías como Finnair o Lufthansa. Entre Helsinki y Tallin hay un servicio de ferri con muchas frecuencias. También hay conexiones con Barcelona o Málaga a través de Ryanair, pero están más pensadas para un tráfico vacacional, no tanto de negocios.
¿Cuáles son sus objetivos de visitas de cara al mercado español?
Vamos paso a paso. Somos conscientes de que no somos muy conocidos y lo primero de todo es hacer una buena promoción para que al menos la gente nos sitúe en el mapa y nos tenga en cuenta. Empezamos el año pasado con la agencia Blueroom Proyect y nos está yendo muy bien. El interés por el destino ha crecido mucho. Hemos tenido un fuerte incremento de las búsquedas en herramientas de autorreserva, como Amadeus, que han crecido un 30%. Estamos muy contentos con los resultados. El interés es evidente. El año pasado vinieron 8.000 españoles y este año vamos a superar esa cifra.
KRISTIINA TALISAINEN
PROJECT MANAGER OF TRADE MARKETING EN VISIT ESTONIA