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EVENTOS MOTIVACIONALES Y LÚDICOS PARA EMPRESAS. Creando equipo

Álvaro Martín

Las actividades de team building constituyen una de las facetas más innovadoras y dinámicas de las agencias de organización de eventos. Cuando algo no va bien en una empresa, realizar una acción de este tipo puede ayudar a los empleados a lograr un mejor conocimiento de sí mismos y de sus compañeros, así como una confianza y una motivación renovadas, lo que se traduce en productividad. Y encima pasándolo muy bien.

Conducir un rebaño de ovejas a ciegas, construir un caballo de Troya, filmar gags con cámara oculta, arrastrar un avión, caminar sobre brasas y cristales, realizar un videoclip, emular a Ferrán Adrià cocinando suculentos platos, diseñar esculturas de hielo, participar en un programa de televisión, construir y conducir bólidos de Fórmula 1… Y todo para conseguir que los trabajadores de una empresa constituyan un auténtico equipo y eso revierta positivamente en el día a día de su actividad laboral y, por tanto, en la cuenta de resultados de la compañía. Es el team building.

Tirando de traductor y de teorías sociológicas, la «construcción de equipos» comenzó a desarrollarse en el ámbito empresarial hace más de dos décadas, como superación al individualismo que se había impuesto en las décadas anteriores. El mundo anglosajón (EE.UU. Reino Unido, Australia…) es el referente original de estas prácticas motivacionales y, aunque sigue marcando la pauta, hoy por hoy países como España tampoco le va a la zaga.

Por supuesto, la crisis ha pasado factura, aunque comienza a verse la luz al final del túnel. «Tras unos años en los que se produjo un gran recorte, muchas veces total, en las partidas de formación y team building, la situación actual vuelve a requerir un poco de atención al equipo en sí. Desde 2013 las empresas han vuelto a dedicar partidas a estos conceptos», explica Héctor Ramos, de Activic.

Básicamente, esta actividad trata de cohesionar grupos de personas para que constituyan un auténtico equipo mediante tácticas de motivación, pero también de fomento de la comunicación, identificación de puntos fuertes y flacos, creación de relaciones más fluidas, etc. ¿Y todo para qué? Para aumentar su productividad. Es lo que lleva a las empresas a contratar los servicios de las agencias especializadas en organización de actividades de team building. «Muchas veces hacemos una especie de labor de consultor», explica Fernando Le Monnier, de Kivicom, quien explica que cuando acuden con un problema en sus organizaciones o con sus empleados «somos nosotros los que, tras comprobar los síntomas, hemos de diagnosticar las actividades que mejor pueden servir a los intereses del cliente».

Cuando realizan sus tradicionales convenciones, las empresas tienen la posibilidad de ir mucho más allá de los discursos corporativos y las presentaciones técnicas, y por ello en muchas ocasiones optan por añadir una actividad de este tipo a su programa. Las opciones son numerosas, pues van desde un simple juego infantil como la oca hasta realizar un programa de televisión con todo lujo de detalles.

El tipo de actividad depende de variables funcionales, como el presupuesto, la localización, la duración o el número de participantes, pero sobre todo del objetivo que se trata de conseguir y de los problemas o estado en el que se encuentra la organización empresarial. Es decir, a un grupo realmente cohesionado y con muchos años de trabajo en común no es necesario aplicarle actividades para que sus miembros se conozcan…

TIPOS DE ACTIVIDADES

Existen actividades de team building destinadas a que los participantes se abran, cojan confianza, rompan el hielo. Son muy importantes porque facilitan el transcurso del resto de la jornada y la consecución de los objetivos. Utopía Consultores ofrece algunas dinámicas basadas en palabras únicas, diez cosas en común, reuniones cortas y numerosas al estilo de las «citas exprés», preguntas claves o la puesta en común del currículum de cada participante.

Otro tipo de evento es el que se basa en la resolución de problemas, que pueden ser intelectuales (un puzle o un acertijo) o físicos (construcción de torres, vehículos, etc.). Tratan de potenciar el pensamiento estratégico y la búsqueda de respuestas eficaces ante los problemas que se pueden presentar en el día a día de una empresa. SOS Rescue Team o Big Puzzle Team son algunas de las actividades de este tipo que ofrece Dreams & Adventures.

Las más conocidas son las actividades competitivas, en las que se lucha contra el tiempo o contra otros equipos, y en las que tienen mucho peso los eventos al aire libre: carreras de karts, coches de competición, construcción de estructuras, actividades acuáticas como el rafting o la vela, paintball… hasta el «burro polo» que ofrece Exploramas en Mijas. Las opciones son infinitas. Y no solo en el exterior. Desde concursos de cocina, tan de moda en la actualidad, pasando por competiciones de baile, canto, juegos de mesa presenciales o virtuales, hasta llegar a los trepidantes showgames que organizan empresas como Activic.

«Nuestro showgame más conocido es Emergencia Nuclear, en el que hay que desconectar dispositivos nucleares trabajando en equipo. Es como vivir una película de acción en la que la cuenta atrás y las prisas nos juegan malas pasadas. Cada dispositivo necesita que todos los miembros colaboren para lograr desconectarlo. Junto con la decoración, la escenografía y los actores, esta actividad impacta mucho en los asistentes», explican desde Activic.

En este tipo de actividades competitivas hay que tener presente que no basta con ganar, sino que resulta muy interesante analizar todo el desarrollo para detectar fortalezas y carencias individuales y colectivas, así como posibilidades de mejora. No olvidemos que una actividad de team building no es un simple evento de empresa para divertirse, sino que trata de lograr unos objetivos.

Otro tipo de evento busca incrementar el nivel de confianza entre los participantes, que se sientan parte de un todo. Nada más gráfico que la construcción de castellers (tradicionales torres humanas catalanas) que ofrecen proveedores como Eventica o Kivicom, donde cada uno depende del resto de sus compañeros. Nada como soportar el peso de todo tu departamento para crear lazos de compañerismo.

Por otro lado, muy relacionadas con las competiciones, aparecen las actividades basadas en simulacros con situaciones extremas, como la Emergencia Nuclear, u otras mucho más relajadas, como interpretar fragmentos de teatro o rodar películas. Y es que el arte es un recurso importante, no solo el cine o la interpretación, sino también la creación de cuadros cubistas dignos de Picasso o el desarrollo de talleres de alfarería, esculturas de hielo o incluso de grabado, como el organizado por Terra Consultoría.

Precisamente esta compañía ofrece un interesante abanico de acciones que buscan lograr los objetivos propuestos mediante actividades reales, con un marcado perfil solidario. Sus actividades abarcan los cinco continentes, como aquella en la que los participantes construyeron con sus propias manos una escuela en Kenia, en territorio Masai. Es otra forma de reforzar vínculos entre los trabajadores y sobre todo de potenciar la pertenencia a una determinada empresa que aporta responsabilidad social a la sociedad.

EL DEPORTE

Mención aparte merece el deporte. Llevar a los empleados a una actividad que se va a celebrar es un estadio de fútbol de Primera División o a una cancha de la ACB, con la posibilidad de estar cerca de sus ídolos, desde luego aporta un gran valor añadido. Muchos de los grandes clubes españoles tienen dentro de sus catálogos de actividades para empresa un apartado para construir equipos.

En el mercado español, por ejemplo, el FC Barcelona ofrece en sus instalaciones del Miniestadi entrenamientos, chutes a portería, etc… Además, si el cliente lo desea, se pueden complementar con una visita guiada al Camp Nou y un almuerzo en su Sala VIP, en lo que denominan «Pack Live Barça». Todo un lujo para los aficionados culés.

Por su parte, el Tuenti Móvil Estudiantes, histórico equipo de baloncesto de la capital madrileña, ofrece también un abanico de posibilidades de team building que incluyen, además formación de directivos, training days, reuniones kick off (estratégicas), etc. Y con la posibilidad de conocer a los jugadores y jugar con ellos un partido.

DOS CASOS INTERESANTES

Fiel reflejo de las dinámicas tendencias de la sociedad, las empresas organizadoras y los clientes se adaptan a las distintas corrientes que surgen y lo inundan todo. Dos ejemplos: el lipdub y eventos tipo Masterchef.

El lipdub (o «doblaje de labios») consiste en grabar un vídeo musical por un grupo de personas que mueven los labios como si cantaran y que realizan una coreografía coral. Estos vídeos, de factura poco técnica, con un solo plano, y en el que a veces la calidad de la música deja mucho que desear, se han convertido desde hace varios años en una auténtica «plaga», y más teniendo en cuenta que su medio de difusión natural es Internet, donde en poco tiempo se convierten en virales y acumulan millones de visitas. Pese a que su furor ha remitido, existen empresas especializadas (Lipdub, Lipdub Pro, Lipdubworld…) para realizarlos a nivel profesional. Pero muchas otras, como Grupo Atman, lo ofrecen dentro de su catálogo de eventos de team building y outdoor training.

Otra gran tendencia es la organización de concursos de cocina similares al televisivo Masterchef. Prácticamente todas las empresas del sector ofrecen esta posibilidad. Partiendo de la premisa de que cocinar puede hacer que las personas se sientan más unidas, la Escuela de Olla y Sartén ofrece, en Madrid, un divertido taller en el que preparar desde menús básicos hasta platos de gourmet, potenciando la cohesión y el trabajo en equipo para que luego cristalice en su trabajo diario. Y al final, todos a degustar un sabroso menú.

EL FUTURO DIGITAL

Con decenas de empresas ofertando este tipo de servicios, la competencia es enorme. Además, como apuntan algunos profesionales del sector, hay compañías, como por ejemplo las pertenecientes al sector farmacéutico, que llevan ya dos décadas realizando actividades de team building, lo han visto todo y resultan mucho más difíciles de sorprender, lo que obliga a un enorme esfuerzo de innovación y reinvención de la oferta en una auténtica lucha por provocar la sorpresa. Y todo ello sin contar con los exigibles estándares de calidad, organización, presupuesto ajustado y, sobre todo, eficacia de la acción.

Una de las nuevas tendencias detectadas en la organización de eventos de este tipo es la utilización de dispositivos móviles (smartphones y tabletas). La posibilidad de que todos los participantes se descarguen una aplicación específica para realizar, por ejemplo, un juego de pruebas por una ciudad, abre unas posibilidades ilimitadas.

«Una opción muy avanzada que estamos desarrollando es la utilización de tabletas para realizar juegos de grupo, por ejemplo, un trivial, en el que cada equipo compite desde su mesa con su dispositivo», explican desde Kivicom. Junto a ella, otras empresas españolas como MooveTeam (con su app Moove específica para team building) y norteamericanas como Best Corporate Events (con programas para iPad, como Bridge to the Future, Great Dining, Competition to Collaboration, Team Power, Donation Nation, Mural of the World y SmartHunts) están abriendo un camino realmente apasionante.

Eso sí, aunque el componente lúdico o competitivo es muy importante, hay que ir más allá. No se trata de un viaje de incentivo como premio o fidelización, sino de un «laboratorio» para encontrar un problema y ponerle solución. «No es lo mismo pasar un rato juntos que una actividad de team building. Para nosotros, una cata de vinos, un clinic de golf o un viaje en globo no es más que un incentivo. Para crear equipo se necesita un alto contenido de colaboración, estrategia y comunicación, así como unos objetivos medibles», explica Héctor Ramos, de Activic.

Por tanto, el trabajo no termina cuando finaliza la actividad de turno. Es entonces cuando empieza un completo análisis de la información obtenida para saber todo acerca de cada uno de los participantes en relación a su implicación, motivación y relación con los demás miembros del grupo. También para lograr detectar cuáles y dónde están los fallos en la organización que es necesario corregir, y, por supuesto, adoptar las soluciones necesarias para solucionar los problemas de la empresa o para incrementar su nivel de eficacia y de productividad. También hay que analizar qué tal ha funcionado la actividad, si se han cumplido los objetivos que se marcaron desde la dirección y la organización y, por supuesto, si la actividad ha resultado satisfactoria para los participantes y no ha generado frustración o indiferencia.

Porque al final, ya sea haciendo una paella, rodando una película o un videoclip de Michael Jackson, participando en un juego en red para descubrir al asesino, conduciendo un kart o ametrallando con pintura a los compañeros de oficina, de lo que se trata es de obtener un resultado: un gran equipo.

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