Según un estudio de la cadena hotelera Tryp, la disminución alcanza el 50% de media. La elección de destinos de proximidad, los recortes y cambios en la restauración y la redefinición de los eventos caracterizan la nueva demanda.
El entorno de crisis económica ha provocado cambios sustanciales en el segmento MICE. Según un estudio interno elaborado por Tryp Hoteles, los presupuestos que barajan las compañías para este tipo de iniciativas se han recortado hasta un 50% desde el año pasado, una tendencia que se mantiene en la actualidad y que ha incrementado la competitividad por captar a los clientes del sector.
Entre los principales cambios que detecta el estudio de Tryp destacan las siguientes tendencias:
– Los encuentros dedicados a la formación se mantienen e, incluso, empiezan a repuntar en 2010 a partir del mes de marzo. Destaca la formación dedicada a las fuerzas de ventas y el departamento comercial.
– Elección de destinos domésticos frente a los internacionales. Alrededor de un 60% de las empresas eligen destinos más cercanos como primera medida para ahorrar en los costes de transporte y en tiempo de duración de las convocatorias. De esta forma, ciudades y emplazamientos más exóticos pierden peso frente a los más clásicos. Las características que más se buscan en los destinos elegidos son: una moneda de valor fuerte, infraestructuras adecuadas en instalaciones y un servicio excelente.
– Entre los hoteles, crece la demanda de establecimientos cercanos a los aeropuertos y centro de las ciudades, frente a los que están situados en los alrededores de las grandes urbes.
– La restauración cobra una importancia creciente para el cliente MICE. Las empresas buscan una reducción del tiempo destinado a la comida y tienden a elegir menús ligeros y saludables, con buena presentación y calidad. Dentro de esta tendencia se puede apreciar un mayor consumo de productos como el vino sin alcohol que se empieza a ofrecer en España.
– Aparece la nueva figura de los «conventives», una mezcla entre los viajes de incentivo y las convenciones de empleados, que permite reducir el número de convocatorias anuales. En este sentido, las reuniones han pasado a ser más austeras y centradas en el contenido, frente al derroche de medios para conseguir mayor lucimiento de la marca.
– Recorte del número total de días/noches de las estancias. Se produce en cerca de un 49% de las planificaciones de las compañías. Para los eventos locales y más pequeños de carácter formativo, las empresas tienden a concentrar los programas, de manera que han aumentado mucho las citas de una sola jornada que ocupa todo el día.
– Sólo uno de cada diez clientes solicita presupuestos adicionales sobre oferta complementaria de ocio y cultura durante la estancia, frente a los 6 que lo hacían antes de la crisis.
– Se ponen de moda los green meetings.
– Desde el punto de vista económico, existe también una preocupación creciente por medir el retorno de la inversión realizada y apoyar la planificación en manos de equipos expertos que ofrezcan un asesoramiento profesional. Las empresas españolas comienzan a igualarse a las europeas y compran más paquetes con precio y servicios cerrados en detrimento de los servicios individuales.
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