Desde el mes de febrero la Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (TSA) lleva preparando una ‘lista negra’ en la que incluye viajeros conflictivos en los controles de seguridad de los aeropuertos.
Sí, a todos nos resulta un tanto tedioso los controles de seguridad en los aeropuertos. Quitarse el cinturón, el calzado, sacar el portátil de la funda… son procedimientos habituales que a veces desesperan –sobre todo si se va con prisas- aunque a algunos más que a otros.
Y algunos expresan su enfado ante los agentes encargados de los controles de seguridad de forma más o menos abrupta. El Gobierno de Estados Unidos y más en concreto, la Administración de Seguridad en el Trasporte de Estados Unidos (con las siglas en inglés TSA) pretende poner punto y final a estos incidentes.
Por ello, desde el mes de febrero, lleva preparando una lista negra –conocida como ‘lista 95’- en la que se incluyen a los pasajeros que no se comportan de forma adecuada en los controles de seguridad.
Según el New York Times, las autoridades de los aeropuertos incluirían en ese a listado a todo aquel que emplee un comportamiento violento o utilice un insulto contra raza, género o religión frente a las autoridades que vigilan los controles. También a los que merodean cerca de las pantallas de seguridad. Y lo harán si avisar al implicado.
No en vano, en 2017 hubo al menos 34 víctimas de estos ataques y el sistema de controles tuvo que poner en marcha una solución para proteger a los agentes de seguridad.
OJO CON LAS BROMAS DE BOMBAS
Cuando los controles de seguridad en el aeropuerto son tan exhaustivos, a alguno se le habrá pasado por la cabeza hacer el chiste de llevar una bomba. Pues bien, esa travesura puede conllevar una severa condena.
Como le ha pasado a un viajero que se disponía a embarcar en su avión se encuentra bajo amenaza de cárcel por bromear en el aeropuerto de Bangkok. Dijo que llevaba una bomba en su equipaje, según han recogido varios medios locales.
El turista, de 29 años, soltó la inocentada al personal que tramitaba su embarque en un vuelo con destino a Rangún, ciudad a la que se dirigía para visitar algunos lugares santos budistas en la antigua capital birmana.
Tras mostrarse enfadado al ser informado de que su vuelo de regreso a Bangkok iba a sufrir un retraso, el joven expresó que no tenía en su equipaje ninguna mercancía prohibida, «excepto una bomba».
El viajero no tardó en desdecirse, pero ya era tarde… El personal del aeropuerto avisó a la Policía, que procedió a su detención.
El bromista puede ser acusado por la Justicia de delitos como propagar información falsa y causar pánico colectivo, lo que en Tailandia acarrea penas de prisión de más de cinco años y multas de hasta 200.000 baht (casi 6.500 dólares).
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