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NUEVAS INFRAESTRUCTURAS. El aeropuerto del futuro

TEXTO ÁLVARO MARTÍN
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Los aeropuertos forman una red que resulta imprescindible para la movilidad mundial. Consultoras, constructoras y empresas gestoras de estas infraestructuras hacen frente a las continuas necesidades de ampliación, debido al aumento del tráfico aéreo. Las predicciones de IATA apuntan a una duplicación del número de pasajeros en tan solo veinte años. Además, su importancia logística les enfrenta cada día a nuevos retos que tienen que ver con la tecnología, la seguridad o la sostenibilidad, pero también con la comodidad de los viajeros, los auténticos protagonistas.

 

 

El aeropuerto de Helsinki-Vantaa, en Finlandia, inauguró el pasado mes de junio un flamante nuevo escáner de última generación que, según Finavia, el gestor aeroportuario finés, «agiliza enormemente el control de pasajeros». Estos equipos de escaneo y análisis incorporan la última tecnología 3d en alta resolución, lo que permite que los pasajeros puedan cruzar el control sin necesidad de separar en su equipaje de mano los líquidos o los dispositivos electrónicos que lleven consigo. No se puede olvidar que este procedimiento es precisamente uno de los que más ralentizan el flujo de viajeros en este punto de su tránsito.

Ahora bien, como todo en la vida, no se trata solo de mirar el reloj. El nuevo sistema finlandés no solo permite ganar tiempo en el aeropuerto, «también es clave para aumentar la capacidad de pasajeros y mejorar su experiencia», asegura Henri Hansson, vicepresidente de infraestructura aeroportuaria, sostenibilidad y seguridad de Finavia. «Hemos invertido en todas las fases del proceso, tanto en la logística de las operaciones como en la seguridad y en el bienestar. Por ejemplo, la luz del escáner es de tonos azules porque los estudios demuestran que este tono reduce los niveles de estrés, que suele ser muy habitual en el momento del control en los aeropuertos». Tecnología al servicio de las personas. Es el aeropuerto del futuro.

En manos de la tecnología

El futuro de la gestión aeroportuaria está ineludiblemente marcado por los avances tecnológicos, especialmente en materia de seguridad, aunque no solo en este aspecto. Una muestra es la utilización de las nuevas técnicas como la tomografía computarizada —propia del campo de la medicina para los escáneres—, que permiten aportar imágenes rotatorias, en colores y tres dimensiones, mucho más precisas que las actuales.

Entre sus principales ventajas están la reducción de los controles individuales, que redunda en una aceleración de paso de los controles por parte de los viajeros. Estas tomografías son analizadas por programas informáticos especializados que permiten una mayor rapidez y precisión. Además, gracias a la inteligencia artificial, aprenden por sí mismos y, en un futuro, permitirán una rápida aceptación o denegación del equipaje.

Por otra parte, se está avanzando en sistemas de tecnología de imágenes de alta definición, la denominada HD-AIT, para optimizar el escaneo de los viajeros. Estos prototipos incluyen escáneres especiales para calzado —ya no hay que descalzarse— y están diseñados para reducir al máximo las falsas alarmas mediante una mejor identificación de los objetos o sustancias prohibidas.

Otro hito de los últimos años es, sin duda, la expansión de los sistemas de reconocimiento facial, que se han extendido entre instalaciones aeroportuarias y compañías. Gracias a este sistema, en algunos de ellos, los más avanzados, el viajero solo tiene que acudir a los quioscos o monolitos habilitados según qué compañía, donde se verifica su identidad gracia a un escaneado digital sin contacto. En este mismo quiosco sale impresa ya la tarjeta de embarque y el mismo viajero deja el equipaje, que se desplaza por una cinta para su procesado.

El sistema, disponible ya en algunos aeropuertos de Estados Unidos, solo está disponible para un determinado tipo de viajeros, «de confianza», no para el público en general. Para aquellos viajeros que no tienen acceso a estas condiciones especiales de agilización de su paso por el aeropuerto se están ensayando otras propuestas, como aplicaciones que permiten reservar sitios en las colas de facturación para un determinado horario.

Pero los sistemas de reconocimiento biométrico no son nuevos. Sin ir más lejos, la T4 del aeropuerto madrileño de Barajas dispone ya de este sistema para determinados vuelos de Iberia, después de varias pruebas con éxito. Estos sistemas capturan la imagen del DNI del viajero y luego el sistema hace una foto de este para cruzar y activar los datos. Se nutre así una base de datos propiedad de AENA, que permite la gestión de todos los viajes del cliente.

Además, en suelo patrio está ya disponible la tecnología PSIM (Physical Security Information Management), que integra seguridad y gestión: herramientas biométricas, procesamiento inteligente de imagen, validación documental y tecnologías antifraude. En otros aeropuertos, como los del golfo Pérsico, todas estas tecnologías son ya más que comunes, como suele pasar con todo lo relacionado con la vanguardia técnica.

Cuestión de números

Las predicciones de IATA apuntan a una duplicación del número de pasajeros en tan solo veinte años. Y esto llega con unas infraestructuras que, salvo excepciones, se han quedado atrás ante este espectacular aumento de la demanda. Algunos aeropuertos internacionales exceden ya la capacidad prevista y otros directamente están cogestionadoS, como ponen de manifiesto tanto las críticas de los clientes como la constante proyección de nuevas infraestructuras.

No obstante, como indican desde compañías especializadas como SITA, la expansión de los aeropuertos no seguirá este ritmo. Por tanto, y con razón, los pasajeros necesitan fluidez y facilidad en sus desplazamientos aeroportuarios. Y esto solo es posible con el desarrollo de la tecnología, que provoque eficiencia a la vez que optimice la experiencia de los viajeros. A continuación, analizamos las diez predicciones de esta compañía, publicadas por IATA.

Integración de la seguridad en un viaje sin fricciones. Se trata de recorrer un corredor, no de desnudarse. Adiós también a las colas, ya que el reconocimiento automático hará que pasen los controles de forma fluida. También se cambiarán los puntos de control rígidos por corredores de sensores, lo que hará poco efectivos los documentos de identidad físicos.

Control de la identidad digital por parte de los pasajeros. La identidad digital soberana y los tokens harán que el viajero tome el control. Además, el riesgo será evaluado por la inteligencia artificial con la identidad digital del pasajero. La responsabilidad de procesar los datos corresponderá a los gobiernos, no a las compañías.

Descentralización. El etiquetado avanzado de todos los aspectos del viaje hará que se puedan hacer controles de aduana previos, lo que facilitará ganar tiempo. Y lo mismo sucederá con el equipaje, que será mejor gestionado.

Máxima conexión. Sensores, hardware, bancos de datos… y todo apoyado por el 5G. Los datos serán captados, recopilados y analizados para lograr eficiencia.

Autosuficiencia. Gracias a la inteligencia artificial, las instalaciones utilizarán «gemelos digitales» para dar vida a operaciones en tiempo real y poder predecir las mejores acciones. Esto permitirá optimizar los datos operativos, gestionando lo mejor posible aspectos como el personal, el suministro energético, el flujo de pasajeros…

Colaboración eficaz. En algunos aeropuertos, el número de entidades de gestión implicadas supera la decena. Si se quieren recuperar todos los datos de manera eficaz, la colaboración y coordinación son fundamentales. Aerolíneas, gestores aeroportuarios, gobiernos, agencias de transporte, compañías de servicio… Todos a una y, por supuesto, con un tratamiento de datos en el que prime la seguridad.

Automatización. La conectividad móvil de alta velocidad es fundamental. Cada vez habrá más acciones basadas en la automatización y el autoservicio, en busca de una mayor eficiencia. A ello se añaden vehículos y robots conectados, automatizados y autónomos. La gestión de datos es aquí, de nuevo, fundamental.

Necesidades de los pasajeros por encima de todo. Los aeropuertos tenderán a adaptarse a las necesidades y gustos del cliente, no como sucede ahora, en que este se halla a merced de un sinfín de variables que no controla. Transporte, registro del equipaje en el hogar u hotel del viajero, aprobación y facilitación del viaje, por ejemplo, serán una tónica.

Movilidad bajo demanda. Se trata de que los aeropuertos se conviertan en auténticos centros de transporte de todo tipo, centralizados, accesibles y diversificados, para favorecer el tránsito, pero también la experiencia, del viajero.

Interfaces de programación de aplicaciones (API). En un mundo de nativos digitales en proporción creciente, los aeropuertos deben ofrecer un ecosistema que tenga en cuenta sus hábitos. Este entorno tecnológico total dará como resultado una compleja estructura de datos cuyos servicios se compartirán con API.

En definitiva, el futuro de los aeropuertos radica en operaciones conectadas, altamente inteligentes y eficientes que ofrecen a los pasajeros viajes sin molestias ni contratiempos, con experiencias ricas y personalizadas. Avanzamos hacia un intercambio de datos basado en la confianza digital, activos compartidos y cálculos de inteligencia artificial en tiempo real.

Un trío de gran importancia

Ferrovial, compañía con amplia experiencia tanto en la construcción como en la gestión aeroportuaria, centra también la atención, al hablar del aeropuerto del futuro, en tres aspectos fundamentales, al margen del pasajero: los empleados, las aerolíneas y las comunidades locales.

En el caso de los trabajadores, son fundamentales unas condiciones seguras, así como una formación continua para irse adaptando sus funciones a las demandas cambiantes de los pasajeros. De hecho, según esta compañía, un aeropuerto con guías virtuales, robots o con el que se pueda interactuar con una app necesitará menos personal realizando tareas de procesamiento de pasajeros que deberán reciclarse para desempeñar funciones de mayor valor añadido. Y aquí la formación es fundamental.

En lo que respecta a las aerolíneas, la automatización es clave en todos los procesos de gestión de las aeronaves desde su llegada, y esto necesita de una gran colaboración entre los aeropuertos, las compañías e incluso los fabricantes.

Finalmente, habrá que prestar una gran atención de comunidades locales, gracias a comités consultivos con importantes puentes de comunicación. También cabe esperar que los aeropuertos apuesten por personal local, con lo que contribuyan el desarrollo económico y social en la zona de operaciones. Además, esto supone mitigar los efectos colaterales de la actividad: combustibles sostenibles, actividades silenciosas, disminución de los residuos, etc. Así se logrará un aeropuerto del futuro realmente acorde a las necesidades de un usuario que hoy más que nunca quiere viajar.

 

LOS USUARIOS OPINAN

En un mundo global y en el que las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para usuarios y empresas, los aeropuertos y sus servicios no pasan desapercibidos. Holidu, buscador y herramienta de reserva de alquileres vacacionales, ha elaborado un ranking de los mejores y peores aeródromos de España y Europa en función de las reseñas recibidas a través de Google. Todo un examen diario para estas instalaciones por las que discurren  millones de personas al día.

Para los usuarios, en número de reseñas y puntuación, el mejor aeropuerto de Europa es el de Atenas, en el que han destacado sus servicios, exposiciones y propuestas de ocio. En segundo lugar, los participantes en el sondeo han apostado por el de Zúrich, en el que hay muchas propuestas de deporte y ocio, así como opciones como el brunch en la cubierta de observación y barbacoas, entre otras. El tercer puesto es para el Oporto, con múltiples opciones tanto para mayores como niños.

En lo que respecta a España, los viajeros premian al aeropuerto de Alicante, valorado por su organización, luminosidad y diseño, además de su oferta gastronómica y de ocio. En segundo lugar apuestan por el de Menorca que, pese a su pequeño tamaño, está muy bien equipado y recoge una valoración muy buena. El tercer puesto es para el aeródromo de La Palma, inmerso en un gran proceso de remodelación que ofrecerá un moderno edificio de hasta ocho plantas.

En lo que respecta a los peor valorados, los usuarios han denostado en Europa el de Burdeos, de pequeño tamaño y con falta de asientos para los viajeros, unido a recientes conflictos laborales; Heraklion (Grecia), con instalaciones mal equipadas, obsoletas y atestadas en hora punta; y Londres Luton, donde faltan de conexiones de transporte público y se forman grandes colas en los restaurantes. En el caso de España, los tres peor valorados son Melilla, Valladolid y Castellón.

 

VISIÓN DE FUTURO

Es hora de soñar. Según MOS Ingenieros, compañía experta en el sector aeroportuario, el futuro pinta bien en lo que respecta al viajero… echándole un poco de imaginación. En primer lugar, por la robótica. «El control de pasaportes y los mostradores de facturación serán cosa del pasado y las maletas ya no se perderán, ya que estará controlado por robots», afirman. De hecho, el contacto humano se irá reduciendo poco a poco hasta prácticamente desaparecer, pronostican.

En segundo lugar, este estudio nos invita a soñar con la denominada «pista sin fin», esto es, una pista circular, una idea que surgió a principios del siglo xx y que nunca se ha apartado del todo. No obstante, su viabilidad choca con la necesidad de mayor espacio, así como de acondicionamiento de los aviones, amén de la seguridad, por eso no acaba de cuajar la idea, aunque algunos teóricos siguen apostando por ello.

Otra opción son los denominados aeropuertos modulares, diseñados para el interior de las ciudades, destinados para drones y aviones de despegue vertical y que ya existen en ciudades como Singapur. Relacionado con esto, los miniaeropuertos dan servicio a los miniaviones y minihelicópteros. Estas instalaciones estarían tan ajustadas que podrían incluso estar disponibles en los techos de edificios de gran tamaño.

 

UN MERCADO LABORAL TENSIONADO

Uno de los aspectos a tener en cuenta en la recuperación de los aeropuertos es la irregularidad vivida en las plantillas desde la pandemia. Solo en España se perdió el 20 % del empleo del sector turístico, más de 200.000 puestos de trabajo. Según Alberto Peris, director ejecutivo y socio fundador de CESAE Business & Tourism School, «esta pérdida no ha logrado recuperarse, a pesar de que, cuando las restricciones se eliminaron, la demanda de viajes sí lo hizo y las personas empezaron a moverse por el ámbito nacional e internacional». Según él, se estima que en 2022 se quedarán unos 16.000 puestos sin cubrir.

Ante esa situación, la WTTC, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, ha lanzado una advertencia sobre que la recuperación del sector va a depender de su capacidad de resolver esta dificultad y podría retrasar la salida de la crisis del sector turístico. Y sobre todo hay que encontrar personal cualificado, fundamental en cualquier aeropuerto que se precio.