
En una ocasión un señor tuvo que pasar por un sendero de un bosque varias veces al día y cada vez que pasaba veía a un leñador luchando afanosamente por cortar un árbol con una sierra. El hombre observaba cómo, conforme avanzaba el día, la sierra perdía filo y el trabajo del leñador era más duro y menos eficaz…
…Finalmente, al caer la tarde, no pudo aguantarse más y le dijo al leñador: “…pero hombre, ¿no ve que su sierra no tiene filo? Pare y afílela”. El leñador se giró y, muy convencido, le contestó: “No puedo, no tengo tiempo”.
El tiempo dedicado a nuestro bienestar físico, mental y espiritual nos fortalecerá para enfrentarnos a nuestras circunstancias y depender menos de ellas para sentirnos bien. La vitalidad, la serenidad y el ánimo que podamos conseguir dentro de nosotros nos harán ver todo diferente. Son las herramientas que nos harán estar y funcionar mejor en el mundo, convirtiéndonos en personas que emitan más energía positiva hacia los demás y hacia todo el entorno. Por eso, si tú estás bien, la vida también.
RAMÓN P. DE VILLAAMIL
Autor del libro “Si tú estás bien, la vida también”