El sueño de Ignacio Ribó pervive. Desde 1979 y de forma ininterrumpida, este emprendedor es uno de los puntales de la noche y del mundillo del ocio en Barcelona. Un pionero; toda una institución. De trato exquisito, amable y cordial, Ribó siempre ha logrado imprimir a sus locales un toque muy personal, una filosofía lúdica marca de la casa para compartir con los amigos y un saber estar.
Acogedores y exclusivos, tanto en servicio como en ambiente y decoración, de la chistera de Ignacio han brotado discotecas históricas con restauración, como Ribelinos, un inimitable laboratorio de ideas e inspiración; Up&Down, aquel que se hizo tan popular durante los Juegos Olímpicos del 82 dentro y fuera de España; Regine’s, símbolo de la Barcelona más atrevida y distinguida; o el no menos emblemático Oliver Hardy, que montó de la mano de Joan Gaspar; así como los restaurantes La Vaquería, y sus tres ambientes, cada cual más seductor, o el magnífico Mató de Pedralbes.
Todos estos proyectos han sido referentes en la Ciudad Condal, un auténtico imán no solo para los barceloneses, sino para turistas y visitantes, tanto nacionales como internacionales, durante las últimas décadas.
La última aventura de este visionario es la recuperación de Zanzíbar, otro icono de la ciudad durante los años 80, sobre para ese colectivo que se dio en llamar gauche divine, tan cultivada como vividora. En el mismo emplazamiento de la calle Maestro Nicolau vuelve el exotismo sofisticado y cautivador.
MÚSICA Y GASTRONOMÍA
En esta ocasión, Ribó ha confiado una vez más en su estilista de cabecera, Estrella Salietti, la que fuera decoradora de Regine’s y Oliver Hardy, toda una institución del interiorismo, para una propuesta que no deja a nadie indiferente y que tiene la mirada puesta en la isla de Tanzania. El establecimiento recuerda a sus playas, a sus troncos de bambú, a sus vivos colores y al arrullo del mar, desde luego un lugar donde perderse y desconectar.
Si la música alimenta el alma, Zanzíbar Bistro & Piano Bar ha querido asociarla, desde su reapertura en 2020, con la gastronomía. El pianista en directo es, por supuesto, uno de los sellos de identidad del local, un lugar donde disfrutar de la música en directo, a veces con saxo y cantante, donde tener afterworks o pequeñas celebraciones, con un esmerado servicio de cócteles y bebidas. El otro reclamo es el chef Paco López y sus creaciones de influencia catalana y francesa, basadas en el producto de calidad y la cocina de mercado.
Entre los platos estrella hay que destacar los blinis de salmón, los espaguetis con salsa Café de París, el surtido de verduras de la huerta al vapor con salsa romesco, el tataki de atún con teriyaki o los huevos Zanzíbar con trufa negra, sin olvidar una ensaladilla rusa muy personal y una gran variedad de ensaladas. Tampoco hay que perderse los platos del día, desde unos buenos callos, una fideuá o unas habas a la catalana.