En octubre de 2018, el presidente de Turquía, Recep Tayyp Erdoğan, inauguraba oficialmente el Aeropuerto Internacional de Estambul, el tercero de la capital otomana y el primero en lo que a envergadura se refiere, uno de los más grandes del mundo. Ser un nexo entre Oriente y Occidente pesa y exige un hub de primera línea… Esta bella ciudad lo tiene a 50 kilómetros de sus imponentes mezquitas. El mítico aeropuerto Atatürk cerró sus pistas para siempre.
Volar a Turquía hasta hace pocos años era hacerlo al Atatürk o al Sabiha Gökçen, pero las cosas han cambiado, y mucho. En octubre de 2018 se inauguró el Aeropuerto Internacional de Estambul, llamado a sustituir al viejo aeropuerto con el nombre del creador de la Turquía moderna. Ahora, a escasos 50 kilómetros del corazón de la capital otomana, se erige una impresionante instalación en la que el 80 % del tráfico será responsabilidad de la compañía aérea nacional, Turkish Airlines.
Tras un estresante periodo de mudanza, con retrasos y acusaciones de corrupción incluidas, Atatürk ya es historia y este nuevo aeropuerto maravilla al mundo con sus cifras. Empezó a operar con una capacidad muy relevante —90 millones de pasajeros al año, 20 más que el antiguo—, pero el objetivo es llegar a 2025 con un promedio de 200 millones anuales.
Son estimaciones anteriores a la pandemia, por lo que seguramente habrá que recalcular al menos el lapso de tiempo para conseguirlas tras el obligado parón. La proyectada es una cifra de infarto, que rompe todos los rankings y que contribuye a fortalecer la imagen que la capital turca, desde hace cientos de años, tiene como punto de unión entre Oriente y Occidente.
Las operaciones se iniciaron con una gran terminal, aunque la idea es llegar hasta cuatro. Lo mismo sucede con las pistas: la apertura se hizo con dos y el tope proyectado son seis. Esto le permitirá ofrecer vuelos a cerca de 300 destinos de todo el mundo: Europa, África y Asia a los pies del viajero. Eso sí, para alcanzar su total operatividad en todos los sentidos faltan todavía unos años.
El aeropuerto es seis veces más grande que el anterior. Cuando esté a pleno rendimiento en 2025 se calcula que dará trabajo a 225.000 personas. Sus cuatro terminales contendrán cerca de medio millar de mostradores y, una de las joyas de la corona, el espacio comercial de 100.000 m2, que incluuye la zona libre de impuestos más grande del mundo, así como un aparcamiento para unos 24.000 vehículos. Aquí todo es a lo grande.
REUNIONES
Para los viajeros de negocios y usuarios premium, cuenta con una gran sala vip con capacidad para más de 700 personas y absolutamente equipada con las propuestas más exclusivas.
Además, el objetivo es que, dentro de unos años y con el permiso de la alerta sanitaria mundial, esta instalación cuente con infraestructuras que la conviertan en una auténtica ciudad, con centros comerciales, instituciones culturales, centros de salud, varios hoteles, así como un centro de convenciones y diversas instalaciones para reuniones.
Sus responsables quieren convertir este aeropuerto en un destino en sí mismo. Y, por supuesto, todo orientado hacia la sostenibilidad y la total adaptación que exigen las nuevas tendencias arquitectónicas, sociales y de transporte.
El enlace con la capital turca se hace exclusivamente por carretera, ya que no hay metro ni línea de tren, como sucede en otras grandes infraestructuras del mundo, incluido el viejo Atatürk. No obstante, existen varias líneas de autobús con un precio muy asequible y, por supuesto, miles de taxis a disposición del viajero, el gran beneficiado de este enorme proyecto que ya es una realidad. Turquía en estado puro.
FICHA
Denominación | Aeropuerto Internacional de Estambul |
País | Turquía |
Identificador IATA | IST |
Inicio de construcción | 2015 |
Año de inauguración | 2018 |
Coste | 10.000 millones euros |
Capacidad | 90 millones pax/año |
Terminales | 1 (ampliable a 4) |
Pistas | 3 (ampliables a 6) |