La opción de acudir a un apartamento en vez de a un hotel en un viaje de trabajo siempre ha existido, aunque siempre de forma minoritaria, a tenor de las cifras. El vendaval provocado por la irrupción de los apartamentos turísticos, con Airbnb como punta de lanza, ha propiciado el surgimiento de plataformas especializadas e incluso divisiones específicas de las cadenas hoteleras orientadas a proporcionar este tipo de alojamiento a viajeros de negocios. El hotel sigue siendo la opción preferente, pero los modelos alternativos empiezan a calar, sobre todo entre los más jóvenes.
Cuando uno se plantea las vacaciones, normalmente elige entre un hotel o un apartamento turístico, cada uno con sus peculiaridades, con sus pros y sus contras… Hasta hace un tiempo, este dilema no se planteaba en el Business Travel, donde el hotel no tenía competencia. Hoy en día sí, y cada vez más. Es lo que los anglosajones llaman «home away from home» (hogar lejos del hogar), una tendencia que se consolida en todos los mercados.
En España, una vez suavizado en parte el conflicto que provocó la irrupción del alquiler de casas particulares y apartamentos de corta duración —especialmente con el sector hotelero, que exige las mismas reglas legales para todos los proveedores de alojamiento—, contemplamos cómo incluso algunas cadenas (Room Mate, Derby Hotels, Majestic, Novotel…) han apostado por esta vía de negocio. Incluso grandes proveedores de viajes como American Express GBT, CWT y BCD Travel han llegado a acuerdos con la «satanizada» Airbnb.
Un estudio efectuado por el proveedor especializado Homelike, presentado antes del verano, afirmaba que casi un tercio (30 %) de los viajeros de negocios prefieren alojarse en apartamentos cuando los traslados superan los 30 días, especialmente los jóvenes y más los hombres que las mujeres. Según Samuel Toribio, director de Homelike en España, «aunque alojarse en un apartamento supone un ahorro de hasta un 50 % sobre el coste total de un hotel, esta no es la única ventaja que valoran los viajeros corporativos, ya que sus huéspedes tienen cada vez más en cuenta la intimidad y la libertad que ofrecen los apartamentos». Sin duda, dos de las armas con las que este tipo de alojamiento combate a los programas de fidelización, las instalaciones o los servicios de los hoteles.
Con servicios de hotel
Como todos los apartamentos no resultan cómodos para trabajar, nuevamente llega del mundo anglosajón el concepto de serviced apartments, que define a espacios completamente amueblados disponibles para estancias cortas o largas, y con servicios similares a los de un hotel, como la limpieza, el gimnasio en los espacios comunes, las lavanderías y las salas de ocio. La mayoría de ellos están equipados también con cocinas completas y wi-fi, así como y lavadora y secadora.
Con frecuencia, las empresas usan estos apartamentos para alojar a profesionales en proyectos de trabajo temporales. Es común también que los ejecutivos permanezcan en ellos mientras buscan una residencia permanente o una reubicación. Eso sí, si bien los apartamentos con servicios están ocupados principalmente por ejecutivos de negocios, también están disponibles para turistas en general o alquileres de larga duración.
Según una encuesta elaborada por Business Travel Show y ASAP, las cinco razones por las que algunos viajeros se decanten por este tipo de alojamiento frente al hotel están, en orden de importancia, la relación calidad-precio en la mayoría de ellos, el servicio de auto-catering, la amplitud de los espacios, la flexibilidad y la facilidad para sumergirse en la cultura local. En general, son los elegidos para largos periodos de estancia.
Que los viajeros de empresa prefieran un apartamento no quiere de decir que la política de viajes de su compañía pase por el aro. El estudio Home sharing y política de viajes: un panorama cambiante, elaborado por la Fundación GBTA y Accor Hoteles, presentado en 2017, revelaba la poca penetración de esta alternativa en los programas de viaje corporativos. En concreto, solo el 17 % de los travel managers consultados en EE.UU. y Canadá apostaba por ella, en contraste con un 37% de los viajeros que sí veía con buenos ojos el alquiler de pisos particulares para sus desplazamientos profesionales.
Las razones de esta desconfianza empresarial son varias, pero hay uno dato demoledor: el 87 % de los gestores de viajes señalaba como principal preocupación a la hora de reservar apartamentos particulares la seguridad de los viajeros. Asimismo, el 61 % mostraba inquietud ante la gestión de los imprevistos derivados de las condiciones de la propiedad. Otros aspectos negativos comentados por los participantes en el sondeo tenían que ver con temas administrativos y con dudas sobre la facilidad y fiabilidad de las reservas, así como el procesamiento de cancelaciones en el último momento.
La verdad es que, hoy por hoy, la gran mayoría de los travel managers confía más en los hoteles. «Las empresas deberían encontrar un punto de equilibrio entre la seguridad de los viajeros y la rentabilidad a la hora de elegir proveedores de servicios», explicaba Kate Vasiloff, responsable del estudio. «La inclusión de los alquileres de pisos a particulares en los programas de viajes corporativos no tiene por qué ser una opción ideal para todas y cada una de las organizaciones, ya que este tipo de decisiones ha de tomarse con toda la información».
Un sector en pleno auge
Sea como fuere, el sector se mueve, y de forma ruidosa. El grito en el cielo puesto por la hotelería tradicional, unido a una labor normativa muy por detrás de la realidad, con inquietantes lagunas legales, muchas dosis de improvisación y desconcertantes disparidades entre las diversas administraciones públicas, caldearon el mercado en España, si bien es cierto que el conflicto de intereses parece haberse calmado últimamente.
De hecho, se está produciendo una doble realidad. Por un lado, aparecen nuevas empresas especializadas, incluso en el segmento corporativo, que ven la posibilidad de ocupar una parte de la oferta con alojamientos alternativos de todo tipo. Y, por otro, algunas cadenas hoteleras, así como agencias especializadas en viajes de empresa, están apostando por este segmento. La «línea del frente» queda así desdibujada. Airbnb lidera el grupo de operadores en nuestro país, que incluye a nombres como Niumba, HomeAway, Wimdu…, pero también Roomspace, Homelike, Homyspace, Apartool. Y estas son solo las más conocidas.
Algunas de ellas ya han creado su división específica para el Business Travel. Es el caso de Airbnb for Work, con una amplia oferta tanto de apartamentos como de hoteles boutique evaluados específicamente para viajes de trabajo. Con el fin de ser incluidos en las políticas de empresa, ofrece a los travel managers un panel de administración gratuito que facilita las reservas y el resto de gestiones a través de la plataforma. Según esta compañía, el objetivo es facilitar que el responsable de viajes pueda controlar y consultar en todo momento los distintos desplazamientos y estancias de sus trabajadores. Un claro ejemplo de la apuesta de esta compañía norteamericana por los viajes de negocios es su integración en el programa de formación continua de Forum Business Travel.
En 2015 nació la startup Apartool, proveedor de apartamentos con servicios en todo el mundo. Hace unos meses lanzó Apartool Homes, un sello que identifica apartamentos seleccionados para el alquiler mensual a empresas. Según sus responsables, la nueva insignia «es sinónimo de buena ubicación, debido a la importancia de la proximidad a la zona de trabajo en los viajes de negocios, sin olvidar el diseño, la funcionalidad y la garantía de calidad en todos los servicios».
En el primer trimestre de este año desembarcaba en España Homelike, compañía nacida en 2014 en Alemania y especializada en alquiler de apartamentos de larga estancia para viajeros de negocios. Actualmente, cuenta con un catálogo de 45.000 viviendas en más de 400 ciudades europeas. La empresa afirma que la factura del alojamiento se puede abaratar hasta un 40 % frente al hotel. «Hay que tener en cuenta que los gastos de representación disminuyen en estancias en apartamentos, porque se evitan muchas comidas fuera del alojamiento, en especial desayunos y cenas», explica su director en España, Samuel Toribio.
Homyspace es un ejemplo claro de startup nacida en el mundo de turismo. Surgida en una incubadora de empresa hace apenas dos años, se ha abierto un hueco en el campo del alojamiento para empresas. «Ponemos en contacto a empresas que tienen necesidad de alojarse por estancias medias, generalmente más de un mes, con proveedores o propietarios, ya sean particulares o dueños de plataformas que tienen pisos disponibles para alojarlos», explica Ángel Mayora, CEO de esta compañía surgida en Valencia. En su primer año y medio de actividad contaba con un parque de 2.000 viviendas y había gestionado 400.000 noches.
Además de estos nuevos agentes, no hay que olvidar a marcas tradicionales, como Homeaway, más orientada al segmento vacacional y con gran peso en el mercado. Esta compañía perteneciente a Expedia ha pasado a denominarse Vrbo. Junto a ella destaca Roomspace Serviced Apartments, que forma parte de TAS Alliance, con presencia en España, Portugal y Reino Unido. Su cartera se compone de 450 alojamientos orientados a personal de empresa desplazado por proyectos en largas estancias y a los que cambian de residencia.
Hoteleros conversos
Hace tres años, American Express Global Business, una de las grandes agencias mundiales especializadas en viajes corporativos, llegó a un acuerdo con Airbnb para ofrecer a sus clientes la oferta de esta plataforma. Después vendrían CWT y BCD Travel. De esta forma, el segmento del Business Travel ‘oficializaba’ de alguna manera la incorporación de los apartamentos y pisos particulares como oferta complementaria a la hotelera. Y más después de la arriesgada apuesta de alguna marca hotelera.
En pleno enfrentamiento entre los hoteleros y las plataformas de alojamiento alternativo, Enrique Sarasola, dueño de la cadena Room Mate, fue el primero que tiró por la calle de en medio al crear Be Mate, una marca específica para ofrecer apartamentos en las principales ciudades europeas. Una vez superado el revuelo y demostrada la compatibilidad de las opciones, dio un paso más con Be Mate Corporate, la división de alquiler temporal para empresas. Y no parece que vaya a frenar. Ya ha anunciado que en año y medio va a inaugurar una decena de nuevos edificios de apartamentos, empezando por Madrid, Barcelona y Ciudad de México.
Otras compañías hoteleras han apostado por la gestión de edificios de apartamentos. Es el caso de Derby Hotels, que cuenta con Barcelona Apartments, un edificio de lujo ubicado en la capital catalana y que complementa su exquisita oferta hotelera. Otro es Majestic Hotel Group que, además de su icónico hotel en Barcelona, cuenta con Majestic Residence, formada por 28 apartamentos en pleno Paseo de Gracia. Finalmente, resulta interesante el concepto Novotel Suites, híbrido de alojamiento particular, pero con los servicios de un hotel.
Si hay algo que demuestra toda esta realidad es que, al contrario que en la escena geopolítica mundial, las fronteras en el mercado del alojamiento son cada vez más permeables.
EQUIPAMIENTO IRRENUNCIABLE
A primera vista podría parecer que los equipamientos de un apartamento para ocio y para negocio deberían ser similares, pero eso no es exacto. Más allá del ultranecesario wi-fi, algunas compañías exigen a sus propietarios asociados un completo listado requisitos. En el caso de Airbnb for Work, además de la conexión a Internet, incluye plancha, secador de pelo, perchas, champú, jabón, toallas, ropa de cama, almohadas y detector de humos, entre otros mínimos necesarios para cualquier tipo de huésped. Las específicas para los viajeros de negocios son un espacio para poder trabajar con el ordenador portátil, una política de cancelación flexible y, de forma significativa, una valoración media de los anteriores clientes de 4,8 sobre 5. También es importante la llegada autónoma, es decir, que el alojamiento disponga de caja de seguridad para llaves, portero, teclado o cerradura inteligente. Así se garantiza que el usuario tenga absoluta libertad de horario a su llegada y salida, así como durante su estancia.
RAZONES PARA PROBAR
El portal especializado Homyspace considera que, aparte de las razones personales que pueden influir en la elección de un apartamento respecto a un hotel, existen algunas características propias que pueden determinar que el viajero de negocios se decante por esta alternativa:
Ahorro de costes. El precio por noche de los hoteles, en líneas generales, suele ser superior al de los apartamentos. Esta diferencia se basa, según Homyspace, en la demanda, la estacionalidad y los servicios extras incluidos en el precio final del establecimiento hotelero.
Espacio común. Un apartamento puede disponer de espacios comunes para los trabajadores, algo que fomenta el coworking y las relaciones cercanas del equipo. En un hotel, las relaciones son, en principio, más individualistas.
Flexibilidad. Las normas de los hoteles «suelen ser más estrictas y burocráticas», mientras que en un apartamento los empleados eligen sus tiempos y normas de convivencia.
Comodidades extra. Muchos viajeros de negocios valoran la posibilidad de cocinar sin tener que salir fuera, especialmente por la noche, cuando se llega cansado después de la jornada laboral. Los apartamentos ofrecen además un ambiente confortable para tener invitados.