Turismo responsable, turismo sostenible, ecoturismo… conceptos que suenan pero que pocas veces se aplican. Y es que, cuando se viaja, se ejerce un impacto en el medioambiente. La compañía de seguros detalla cómo ser un turista medioambiental y socialmente responsable.
Se acerca la temporada de verano y, con ella, playas repletas de turistas, hoteles en sus números máximos de ocupación… el turismo deja una huella medioambiental considerable en el entorno.
La empresa de seguros de viaje InterMundial destaca la importancia de ejercer un turismo responsable, que minimice los impactos en el ecosistema, en la economía y en la sociedad y cultura del lugar en el que se desarrolla la actividad turística. De este modo, la sociedad de seguros establece cuál sería el decálogo del turista responsable.
1. Empezar por uno mismo
Ser un turista responsable implica tener el viaje bien organizado, planificado con la suficiente antelación y con todo lo necesario para evitar “impactos”, en las expectativas o en el bolsillo. Si se reserva con tiempo el transporte y el alojamiento se pueden obtener a precios ventajosos.
2. Elegir bien el transporte
El turista responsable contempla el medio para desplazarse a su destino y también aquellos que usará para moverse durante su estancia. Opta por transportes de conducción eficiente que ahorren energía o con reducidas o nulas emisiones contaminantes (eléctricos).Hay que intentar usar el transporte público y, cuando sea viable, moverse en bicicleta o andando.
3. Alojarse en establecimientos sostenibles
Se trata de establecimientos o apartamentos que son responsables con el medioambiente en función de su enclave, de los materiales con los que están construidos o del tipo y uso de las energías. Alojarse en una casa rural que funcione con energía solar, reservar en un hotel que haga por reducir el consumo de agua o quedarse en una cabaña bioclimática (paredes aislantes con elementos naturales o reciclados) son formas de contribuir al turismo responsable.
4. Usar dispositivos electrónicos
Son una forma de reducir el consumo de papel y evitar generar residuos de más. Hay que intentar tener siempre las reservas, billetes, documentación del seguro, mapas, guías o facturas en formato digital en el smartphone o tablet.
5. No derrochar energía
Cuando un turista se aloja en un hotel o alquila un apartamento suele despreocuparse del gasto de agua o electricidad con la excusa de que ya está todo pagado. ¿Quién no se ha dejado alguna vez la tarjeta puesta en la habitación y el aire acondicionado ha estado funcionando durante horas? Además de a las cuentas del negocio, con este no ahorro energético se está perjudicando al territorio al que se ha viajado y al planeta en general.
6. Respetar la naturaleza de la zona
Tratar de no degradar el ecosistema de la zona que se visita, los espacios naturales (sobrepasar zonas acotadas, tirar residuos…), los animales y las plantas. Y esto no es turismo responsable. Hay que evitar también comprar objetos fabricados con materiales conseguidos por métodos como la caza ilegal. A la hora de comer, hay que tener en cuenta las temporadas de veda de ciertos mariscos o animales de caza, ya que hay locales que no las respetan.
7. Contribuir con la economía local
Consumir productos y servicios propios de la zona y que dinamicen su economía, es decir, que impliquen a otras personas y empresas del territorio. Por ejemplo, comer en restaurantes que ofrezcan comidas típicas elaboradas con productos autóctonos, buscar un souvenir de artesanía, disfrutar de las fiestas y tradiciones o alojarse en establecimientos gestionados por la comunidad local.
8. Ser considerado con la población local
Viajar implica relacionarse con las gentes del lugar que visitas y, para ello, es necesario conocer, comprender e intentar adaptarse a su carácter, hábitos, normas y costumbres. Hay que evitar imponer nuestro estilo de vida allá donde se viaje. ¿Ejemplos? Informarse sobre usos a la hora de pagar, como el regateo o las propinas, conocer las formas de saludar o los horarios para comer, respetar la vestimenta en lugares de culto…
9. Minimizar la generación de residuos
Es cierto que cuando se está de viajecuesta cargar con elementos de los que podemos prescindir y recurrimos al “usar y tirar”. Para no generar basura de más es bueno que, como en nuestro día a día, se utilicen bolsas o botellas reutilizables y se eviten las vajillas y cubiertos de plástico. Además, es bueno fijarse en cómo se recicla en la ciudad o en el alojamiento para que cada residuo esté en el contenedor que le corresponde.
10. Difundir
Cuando se esté de vuelta, es positivo reflexionar sobre lo que se ha conocido y aprendido y sobre los logros como turista responsable. En este sentido, es recomendable difundirlo entre amigos y familiares y compartir con ellos las prácticas y las ventajas del turismo responsable.
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