La venta de billetes de tren para circular por Europa crecerá un 21 % hasta 2020, según previsiones de Amadeus. La liberalización del sector implicará que en países como Reino Unido, Francia, Alemania y Suiza aumente la oferta de manera paralela a un encarecimiento de los billetes de avión. La geolocalización de España hace demasiado larga la salida hacia Europa por ferrocarril, pero para circular entre los principales polos financieros comunitarios es una opción más que válida.
Amadeus afirma que la liberalización del sector ferroviario, con la entrada de nuevos operadores y un aumento de la competencia, supondrá una mejora de los servicios asociados al tren. Y esto no solo en relación a las rutas ofertadas. También en cuanto a prestaciones a bordo, comodidad de los espacios de espera en las estaciones, flexibilidad en las tarifas y creación de nuevos hubs ferroviarios a nivel continental.
Los precios en el sector aéreo han entrado en una espiral de crecimiento cuyo fin no se prevé a corto plazo. Los tiempos de trayecto gracias a la alta velocidad, que sitúan Londres a menos de dos horas y media de París o, sin ir más lejos, a Barcelona al mismo tiempo de Madrid, auguran un crecimiento del tren como medio de transporte elegido por los viajeros de negocios para circular entre capitales.
La facilidad creciente para comprar trayectos internacionales contribuye a la consolidación de un medio que además tiene el aliciente de ser ecológicamente mucho más sostenible que el avión. Quién sabe si con el tiempo las premisas de la RSC obligarán a tomar el tren siempre que sea posible.
En la periferia
El carácter periférico de España hace que el tren no sea una posibilidad real entre quien quiere optimizar un viaje con destino a una ciudad de la UE. Con la inauguración del tramo de AVE Barcelona-Figueres, el tiempo entre la Ciudad Condal y París se reduce, pero no dejan de ser necesarias siete horas. Diez si hablamos de Madrid. El estado de las negociaciones entre Francia y España para que el país vecino acelere la construcción del tramo Perpignan-Nimes, que permitiría reducir de manera considerable el trayecto, no augura un tiempo de viaje más corto en un futuro cercano.
Salir de España en tren de alta velocidad por el lado vasco está previsto para 2023, cuando San Sebastián y Burdeos puedan encontrarse a tan solo una hora y media de distancia. Una vez que funcione este tramo, la distancia entre Bilbao y París se recorrería en aproximadamente cinco horas.
De todos modos, aún queda mucho por hacer para convencer al viajero corporativo de que el tren puede ser un medio para trasladarse entre países, más allá de rutas muy bien posicionadas, como París-Londres o París-Bruselas. Por algo solo el 6% de los pasajeros del tren en Europa realiza trayectos internacionales. Este porcentaje es el mismo que se aplica a España, donde solo el 6% de los usuarios atraviesa una frontera. En el caso de Alemania es aún menor; sin embargo en Francia asciende al 17% y en Suiza al 18%.
Alta Velocidad
El 30% de los desplazamientos de larga distancia (aquellos que superan los 100 km), se hacen en tren de alta velocidad. Evidentemente, no todos los países cuentan con la misma cantidad de líneas a más de 250 km/h. En el caso de Francia, uno de los países pioneros con la apertura del trayecto París-Lyon allá por 1981, el 63% de los viajes largos se hacen a gran velocidad.
Un dato interesante es que 14 aeropuertos europeos tienen conexión de alta velocidad con alguna capital. El plan comunitario de crear una red europea de hubs intermodales incluye 27 plataformas internacionales con estación de tren.
Fuera de Europa
China es, como en tantas otras cosas, un país floreciente: además de las líneas inauguradas desde 2008, entre las que destaca el recorrido de 1.318 km entre Pekín y Shanghai en menos de cuatro horas, hay varios tramos en construcción. El país inauguró recientemente la línea de alta velocidad más larga del mundo: los 2.300 kilómetros que separan Pekín y Cantón se pueden recorrer en menos de ocho horas. Por su parte, la línea de Medina a La Meca, en Arabia Saudí, es un gran proyecto con inversión española que permitirá recorrer 450 kilómetros en menos de dos horas y media.
Las empresas con una implantación importante en estos destinos pueden tener en cuenta las opciones en tren, que paradójicamente resultan más caras, como en el caso de China, que un viaje en avión. Pero es una realidad mucho más palpable en el caso de Europa, donde las compañías españolas con presencia en el exterior realizan la mitad de su facturación. La amplitud de horarios y la accesibilidad de las estaciones otorgan al tren un valor añadido, aún más en esta coyuntura de prospección y de apertura de nuevos mercados.
Porque moverse en tren puede resultar más cómodo por aquello de evitar tiempos de antelación obligados. También representa una manera de aprovechar el trayecto para trabajar, dado que este medio de transporte facilita la conexión a Internet o la realización de llamadas desde que el viajero sube a bordo. Ventajas indudables para el viajero de negocios.
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