La quiebra del grupo turístico más antiguo del mundo deja a 600.000 turistas tirados en sus destinos de vacaciones, siete millones de viajes a España en el aire y 22.000 empleados en la calle. Pese a todo Condor, la aerolínea alemana que depende del gran gigante, ha garantizado que seguirá funcionando con normalidad.
No pudo ser y, tras intentar un rescate de 200 millones de libras, Thomas Cook-con presencia en 16 países, 105 aviones y 200 complejos hoteleros- se ha declarado en quiebra. Las consecuencias a nivel global dejan cifras de las mismas dimensiones que el gigante: 600.000 turistas atascados en sus destinos, siete millones de viajes a España en el aire y 22.000 empleados sin trabajo.
Devolver a casa a los turistas tirados en destino va a suponer la mayor repatriación desde la Segunda Guerra Mundial y va a llevar semanas. España es uno de los principales destinos en los que operaba Thomas Cook, solo en Canarias hay más de 30.000 afectados y la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera ha señalado que estaba previsto que 70.000 británicos viajaran a estas islas esta temporada. Y es que el peso de Thomas Cook tanto en Baleares como en Canarias era de grandes proporciones, por lo que las consecuencias serán en la misma línea.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo Reyes Maroto ya ha avanzado que se está elaborando un plan de contingencia con medidas para paliar el efecto negativo de una quiebra que llega cuando estamos a pocos días de saber si habrá un Brexit sin acuerdo.
CONDOR VUELA CON NORMALIDAD
Condor, una de las aerolíneas del grupo, ha asegurado que seguirá operando como una empresa alemana, por lo que su actividad no se verá influenciada por la quiebra de su empresa matriz. Desde la aerolínea subrayan que la aerolínea ha sido rentable durante muchos años y transporta a más de ocho millones de pasajeros anualmente, a más de 100 destinos en todo el mundo.
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