Dos mil templos y santuarios sintoístas y budistas, palacios, museos, jardines históricos y 17 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad la encumbran como la capital cultural japonesa. Más allá de este rico tapiz de atractivos, Kioto es un vértice de algunas de las mejores universidades del país, la industria del cine, centros punteros de investigación y empresas de enorme proyección internacional, como Nintendo y Kyocera. La ciudad fluye armónicamente entre la tradición y la innovación para desarrollar también una notable actividad MICE.
Da igual la época en que se visite Kioto: en primavera con miles de cerezos en flor (hanami); en verano, para disfrutar de sus zonas verdes; durante el otoño, donde sucede el momiji, el cambio de verde a rojo de los árboles; o en invierno, cuando puede llegar a estar cubierta de nieve. La ciudad siempre sorprende. La naturaleza irradia todos sus rincones de Kioto e invita a recorrer sus barrios en paseos tranquilos por calles y avenidas impolutas donde no se sienten los pitidos de un coche y muchos de sus ciudadanos se desplazan en bicicleta.
Como en el resto de Japón no existen papeleras, no se come ni se fuma por las calles, con zonas expresamente señaladas para tal propósito. Un dato que debe ahorrar —no solo a la municipalidad, también al planeta— millones de yenes en limpieza. Sus habitantes, concienciados con el bien social y devotos del medio natural, tienen una amabilidad y una educación impecables con los visitantes, siempre solícitos a ayudar ante cualquier duda que se plantee. Las estaciones todavía se suceden y cambian su fisonomía a la par que repercuten en su deliciosa gastronomía.
Ubicada al suroeste de Honshu, la isla principal del país, fue durante trece siglos capital imperial, hasta 1868. Hoy se postula como una de las urbes niponas que mejor preserva su esencia e identidad. En la antigüedad sus templos fueron centros académicos de estudio e investigación, pilares que la han llevado a convertirse en la ciudad del aprendizaje, creando nuevas tradiciones. No en vano, el kado o ikebana (arreglo floral), el chado (la famosa ceremonia del té) y el teatro Noh surgieron en Kioto.
Diseñada sobre los fundamentos de la filosofía feng shui, la armonía impregna sus calles. Se pueden encontrar templos en los lugares más inusitados, jardines en patios interiores de comercios, tiendas o cafés, cerezos y sauces llorones en los incontables espacios verdes frente a un perfil de montañas que alcanzan los mil metros. También es epicentro e inspiración de la arquitectura tradicional japonesa, cuya expresión más popular son las machiyas, tradicionales casas de madera que se alternan en los distritos con edificios modernos de altura limitada. Por eso atrae a millones de turistas cada año y no extraña que sea la urbe más visitada del archipiélago japonés.
DESTINO MICE
El amplio y diverso abanico de lugares donde se han celebrado importantes cumbres y congresos mundiales le ha merecido su distinción como ‘Ciudad Estratégica Global MICE’ desde 2013, otorgada por el Gobierno central. Foro de más de cuatrocientas convocatorias sobre tecnología y ciencia al año, sus instalaciones lideran la lista para convenciones en el país. Un imán que la hace especialmente atractiva para el sector.
El Centro Internacional de Convenciones (ICC Kioto) fue el primero de Japón y lidera la oferta de espacios para grandes reuniones y eventos. Proyectado por el arquitecto Sachio Otani e inaugurado en 1966, está reconocido como uno de los cien mejores edificios de arquitectura moderna del país por su diseño y funcionalidad. Más de 16.000 eventos se han celebrado aquí, algunos de enorme impacto mundial, como la Conferencia sobre el Cambio Climático de la Naciones Unidas (COP3) en 1997, donde se firmó el Protocolo de Kioto, o el Tercer Foro Mundial sobre el Agua se han celebrado en su sede. Se despliega en un terreno de 156.000 m2 que dan cabida a cerca setenta salas y espacios diferentes, con capacidad hasta 10.000 personas, además de un jardín japonés para celebrar fiestas.
Su arquitectura brutalista conjuga las casas tradicionales japonesas y la sofisticación de la arquitectura moderna con formas triangulares que evocan las montañas y las pagodas, así como grandes cristaleras con vistas al lago Takaragaike y al paraje natural del monte Hiei. Ubicado en el norte de la ciudad, se encuentra muy bien comunicado, con acceso directo en transporte público desde la céntrica estación de metro de Karasuma o desde la estación de Kioto en autobús o taxi en un trayecto de veinte minutos.
En el área del parque Okazaki, Miyako Messe Exhibition Center es otro de los venues más grandes. Incluye el Museo del Diseño y tres salas de capacidades distintas que pueden albergar hasta 5.000 personas. Se puede combinar con el vecino teatro ROHM para disfrutar de conciertos y de espectáculos culturales con un aforo de 2.000 personas. Conectado también por la excelente red de transporte público, dispone de un gran estacionamiento para bicicletas.
Cerca se encuentra el Heian Shrine, uno de los santuarios sintoístas más importantes, construido en 1895 en honor a los emperadores Kammu y Komei para festejar el 1.100 aniversario de la ciudad. Desde entonces se conmemora la capitalidad el 22 de octubre en el festival Jidai Matsuri. Sus preciosos jardines lindan con el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, el Municipal de Arte y el Hosomi.
Con siete salas, el centro de conferencias Kyoto Pulse Plaza ofrece espacios polivalentes con salones de exposiciones con superficies entre 591 y 5.400 m2, además de la sala de actos Inamori, con 588 butacas. En el corazón del distrito financiero destaca el Centro de Convenciones de Karasuma, con ocho espacios y salones para reuniones más reducidas, próximo a la estación de Shijo.
LUGARES EMBLEMÁTICOS
La oferta se amplía a escenarios muy atractivos donde tener experiencias únicas. Lugares que incluyen edificios históricos, santuarios como Henninji, en Higashiyama, cerca del barrio de Gion, uno de los templos zen más importantes, el Museo Nacional o el Acuario.
Ubicada en el Jardín Nacional Shinjuku Gyoen del Palacio Imperial, la Casa de Huéspedes Estatal Kioto Gyoen, construida en 2005, es todo un homenaje a la historia y cultura japonesa, además del alojamiento del primer ministro cuando visita Kioto, así como de consejeros y dignatarios internacionales. Es quizá la sede más exclusiva, donde se celebran eventos relacionados con el turismo, el deporte o la educación, enfocados a la promoción de Japón como destino y la difusión de la cultura nipona.
Construida como una casa japonesa con preciosos jardines, las salas de la Luz de Atardecer, Entre las Glicinas o la habitación Paulownia pueden acoger a un centenar invitados. Simboliza el estilo japonés más refinado y la omotenashi, la impecable hospitalidad japonesa, con interiores decorados con carpintería sukiya, suelos alfombrados de tatami, muebles lacados y telas de seda.
El imponente Castillo Nijo-jo, Patrimonio del Humanidad, es otro de los tesoros culturales más selectos para celebrar eventos, exposiciones y recepciones. El shogun Tokugawa Ieyasu lo mandó construir en 1603 y todavía se erige imponente como uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Aquí se celebraron las ceremonias de apertura y clausura del último gobierno feudal y fue el punto de partida de la creación del estado japones moderno. Los edificios del palacio Ninomaru-Goten, el jardín Nomaru o la puerta Karamon reflejan la arquitectura del periodo Edo temprano, una de las épocas doradas del diseño japonés.
Kioto es pionera en proyectarse como una urbe sostenible. Ha promulgado numerosas medidas con visión de futuro para alcanzar la Agenda de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 y llegar a cero emisiones netas en 2050. La Oficina de Convenciones y Visitantes de Kyoto (KCUC) a través del Kyoto Convention Pass, facilita descuentos especiales a los congresistas si utilizan el transporte público. La ciudad dispone de una oferta de alojamientos extensa, unas 58.000 habitaciones entre hoteles de negocios y de lujo, sin olvidar los exclusivos ryokan, o casas tradicionales.
GEIKOS, MAIKOS Y TÉ
Higashiyama, en la ladera este, es uno de los puntos más visitados de la ciudad. Un agradable paseo por las orillas del río Kamogawa, donde garzas pescan tranquilamente en sus aguas, conduce a Gion y Pontocho, el famoso barrio de las geikos, como se conoce a las geishas en Kioto, y de las aprendices, o maikos. En primavera, con el hanami y la explosión de los cerezos en flor, es todo un espectáculo. Es uno de los sitios que más turistas atrae, hasta el punto de que el ayuntamiento ha restringido recientemente el acceso a ciertas calles, donde las geishas se sienten acosadas, sin tranquilidad para llevar a cabo su vida normal.
La calle Hanamikoji conduce al santuario Yasaka y a su torre Minami-romon rodeado de tiendas de curiosidades, restaurantes y cafés, así como al parque Maruyama, con el templo de Kiyomizu-dera y las pintorescas calles de Sannenzaka y Ninenzaka. Menos saturado, Miyagawa-cho conserva el encanto de sus casas tradicionales y tiendas centenarias, donde no es raro ver a maikos saliendo de las ochaya donde se instruyen, cuando van al templo Kennin-ji o a celebrar sus cenas y banquetes por la tarde en las okiyas. Se puede tener una experiencia de lo que es la cultura geiko en las casas de té que proliferan en la zona y disfrutar de una velada con una cena kaiseki acompañada de las artes ancestrales de las geishas y de la ceremonia del té.
ARTESANÍA Y CREACIÓN
Kioto es un microcosmos de artesanía donde siguen vivas artes ancestrales en talleres y tiendas de caligrafía, de cerámica raku, de objetos de laca, de origami y de elaboración de sakes. Una incursión por las calles del distrito de Nishijin permite descubrir talleres de artesanos y fábricas que elaboran las preciadas telas de los kimonos de seda y los obis, los cinturones que los sujetan. Allí es posible experimentar el laborioso ritual de vestirse con las diferentes capas y piezas que lo componen. Obras maestras que se pueden encontrar en la tienda Chiso, firma tokiota fundada en 1555, o en Hosoo, fábrica de 1688 que ha actualizado el tradicional tejido ori plasmándolo en bolsos, zapatos, vestidos y ropa de casa de excelente algodón.
El llamado paseo de la filosofía, Testsugaku no Michi, es otro de los lugares imperdibles. Su nombre proviene del pensador Kitaro Nishida, que solía meditar en su camino hacia la universidad. La ruta que resulta especialmente atractiva en primavera y en otoño, ya que discurre junto al canal Shishigatani, plagado de arces, cerezos y camelias. Allí se encuentra también el precioso templo budista zen Ginkakuji, o pabellón de plata, construido en 1474 para rivalizar en belleza con el célebre templo Kinkaku-ji, uno de los hitos de la antigua capital, recubierto de láminas de oro.
En Arashiyama, el bosque de bambú Sagano es una terapia de bosque. Sobrecoge la espectacularidad y el misticismo del entorno con árboles de más de veinte metros de altura por la ruta que lo circunda desde el templo Tenryu-ji hasta la villa de Okochi Sanso. Tiendas y talleres surgen en los recovecos con objetos de bambú ideados por los artesanos locales. Si se dispone de tiempo, una de las excursiones para embeberse de las riquezas naturales de la región es subir a bordo del tren escénico Sagano. Parte de la estación de Saga hasta la de Torokko Kameoka. A la vuelta se puede disfrutar de un crucero fluvial para contemplar las vistas desde el río Hozugawa.
MÁS INFO
kyoto.travel/es
RECOMENDADOS
NAOSHIMA, LA ISLA DEL ARTE
Hace treinta años, el arquitecto Tadao Ando llegó a la isla de pescadores de Naoshima, en el mar interior de Seto, uno de los escenarios más ensoñadores de Japón. Fascinado por las tradicionales casas de madera con tejados a dos aguas, decidió embarcarse en un proyecto para conservar este patrimonio rural de Japón y crear experiencias de bienestar que acercaran a la naturaleza de la isla, mientras se explora el arte y la arquitectura.
Al sur del puerto de Honmura construyó el hotel Benesse House, al que le han seguido tres más, e invitó a artistas a pasar temporadas a cambio de que dejaran obras durante su estancia. Hoy, Naoshima es un referente del arte contemporáneo, un museo abierto al cielo con espacios y casas típicas intervenidas por artistas en los que se funde la tradición con la vanguardia. La isla se puede recorrer en bicicleta o con el cómodo y puntual autobús que pasa por los puntos imprescindibles.
Aquí se puede disfrutar de un baño onsen en un establecimiento público como Miyanoura, con la colorista y divertida obra ‘I Love YU’ del artista Shinro Ohtake, tomarse un té con tapas frente a la bahía, en la terraza del café Konichiwa, donde está la cabaña del artista Shiro no Hana, o visitar la residencia Kadoya, de doscientos años, que muestra la obra digital del artista Tatsuo Miyahima, con luces led de colores que cambian a distintas velocidades sobre el agua. La artista Yayoi Kusama es famosa por sus calabazas decoradas en distintos escenarios de la isla.
La oferta se completa con varios museos, como el Ando, el Lee Ufan o el Benesse. Sin duda, uno de los más impactantes es el Chichu Art. Además del enorme espacio blanco, que alberga cinco cuadros de ‘Los Nenúfares’, de Claude Monet, cuenta con salas inmersivas como ‘Open Field’, del artista James Turrell, o ‘Time/Timeless/No Time’, de Walter de Maria. No se permite hacer fotos para no distraer la atención y evadirse al contemplar las sugerentes e inspiradoras obras de arte.
Naoshima es toda una lección de historia y arte que continua en las vecinas Teshima e Inujima. Se encuentran al sur de Kioto, en un trayecto de tres horas en el tren bala hasta Okayama y desde allí en un tren local hasta la localidad Port Uno, donde sale un ferry hasta el puerto de Miyanoura, a unos veinte minutos de navegación.
THE RITZ-CARLTON KYOTO
A pocos pasos del centro de la ciudad, su emplazamiento frente al río Kamogawa lo convierte en un mirador excepcional y relajante del paisaje kiotense. Dispone de 134 habitaciones y suites con un diseño estiloso, spa y de una de las mayores salas de banquetes de la ciudad, Gyoun, además de otras trece de distintas dimensiones, incluida la Vip Edimburgo, con un servicio exclusivo premium. El vestíbulo puede utilizarse también para todo tipo de eventos. Sus cuatro restaurantes ofrecen cocina japonesa actual y la tradicional kaiseki de la mano de reputados chefs e incluso sabores italianos y occidentales en el restaurante La Locanda.
Kamogawa Nijo-Oshashi Hotori
Tel. 81 75-746-5555
www.ritzcarlton.com
THE PRINCE KYOTO TAKARAIGAKE
Enclavado al norte de la ciudad, rodeado de la cordillera de Higashiyama, donde antiguamente veraneaba la aristocracia de Kioto, dista escasos minutos del Centro Internacional de Convenciones. Su forma circular fue proyectada por el arquitecto Togo Murano con 310 habitaciones frente al bosque y al lago Takaraigake. Cuenta con tres restaurantes de cocina japonesa, china y francesa. Ofrece todos los equipos y medios necesarios para realizar eventos en las siete salas de reuniones con entrada independiente. El salón Príncipe se reserva para grandes eventos, con aforo de 1.400 asistentes y el Dorado para banquetes de 240 comensales. Takaragaike, Sakyo -ku
Tel. +81 75-712-1111
www.princehotels.com/kyoto/
HIIRAGIYA
Entrar en este ryokan regentado por la misma familia desde 1818 es alojarse en una isla de paz en el corazón de Kioto junto a la avenida Karasuma, donde se emplaza el ayuntamiento. Elegido por el premio Nobel Yasunari Kawabata cuando visitaba la ciudad, sus veintiocho suites alojadas en dos alas y decoradas con un gusto exquisito forman una atmósfera mágica. Estancias con paredes paneladas en madera, muebles lacados, tatamis, biombos y antigüedades, muchas de las cuales se abren a su propio jardín acuático. Deliciosos platos de cocina kaiseki preparados con productos selectos de temporada se sirven en las estancias, según la costumbre tradicional, con utensilios y cerámicas artesanales o en la nueva sala con vistas a un jardín. Un lugar donde sentir el inigualable arte de recibir japonés.
Nakahakusancho, Fuyacho Anekoji-agaru
Tel. +81 75-221-1136
www.hiiragiya.co.jp
THE MITSUI KYOTO
Al acceder por su gran puerta de trescientos años ya se intuye que este hotel, frente al palacio Nijo, depara un espacio sorprendente. Llama la atención la espectacular y cálida decoración y las obras de arte que decoran el lobby, la biblioteca o el pasillo con columnas de madera, un guiño a las del famoso santuario Fushimi Inari de Kioto. Hasta hace pocos años fue una de las residencias de la familia Mitsui hasta convertirse en 2021 en establecimiento de lujo diseñado por el arquitecto Akira Kuryu, con interiorismo André Fu. Las 161 habitaciones, muy amplias, miran al jardín interior o al palacio, donde destaca la suite presidencial. Además de varios restaurantes, uno de sus mayores atractivos es el baño onsen donde sumergirse entre cascadas de aguas termales naturales.
Nijoaburoanokoji-cho, Nijo-sagaru
Tel. +81 75-468-3100
www.hotelthemitsui.com
MERCADO DE NISHIKI
Una peculiaridad de los restaurantes en Japón es que la mayoría no ofrecen todos los platos de la versátil gastronomía japonesa. Son temáticos o especializados exclusivamente en un solo producto, ya sean delicias de shushi, ramen, fideos, tempura, gyozas o teriyakis de carne de kobe o de wagYu. Muy animado con farolillos que penden de los puestos, el mercado es una buena prueba de ello. Entre las calles Nisikikoji, Shijo y Teramachi una gran variedad de restaurantes puebla sus galerías. Visita imprescindible para los gourmets con posibilidad de picotear en más de ciento treinta puestos de mariscos, pescados frescos, verduras y carnes que se cocinan al momento. Las tiendas ofrecen especialidades de la gastronomía local, como tofu y yuba (nata de soja), encurtidos de verduras, sushi de caballa, el tamagoyaki (una tortilla dulce), té verde de la ciudad de Uji y los dulces tradicionales kyogashy con alubias dulces o harinas de arroz, soja o yuzu.
TOKI
El chef Tetsuya Asano, con una brillante trayectoria y candidato japonés al Bocuse d’Or 2027, lidera este restaurante de cocina abierta con capacidad para treinta y cinco comensales que quieran asistir a un festín de los sentidos. Sus menús, de una exquisitez sublime, cambian cada dos meses, combinando ingredientes de la cocina japonesa y francesa. La cuidada y original presentación parece una sucesión de cuadros o de pequeños paisajes maridados con vinos, champagne y sakes. Ubicado en el hotel The Mitsui Kyoto, cuenta también con un comedor privado para seis personas en un salón con esteras de tatami frente al encantador jardín en el que es imprescindible reservar.
DOCUMENTACIÓN
Japón no requiere visado para los ciudadanos españoles.
CONEXIONES
Air France ofrece vuelos directos desde nueve ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, Ibiza, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla, Tenerife Sur y Valencia. La conexión es rápida vía París-CDG a Osaka y a Tokio, tanto al aeropuerto Narita como al de Haneda, más cercano al centro. La oferta se combina con la de su socia KLM, lo que permite hacer la ida con una de las dos compañías y la vuelta con otra, entre un amplio abanico de horarios. Ambas cuentan con cuatro vuelos diarios directos desde París y Ámsterdam hasta Tokio, así como ocho vuelos semanales a Osaka. Disponen también de acuerdos de código compartido con Japan Airlines (JAL) si se desea conectar con otros destinos de Japón. Los vuelos de Air France se operan con su flota Boeing 777- 300 que está equipando sus cabinas con butacas que se convierten en camas de dos metros en clase Business y asientos reclinables muy cómodos y anchos y en Premium Economy, la turista superior.
Otras compañías europeas ofrecen también vuelos en conexión, como Iberia, Lufthansa, Finnair o ITA Airways, entre otras, a los que se añaden las basadas en Oriente Medio, como Emirates o Qatar Airways, y en Asia, como Air China. Hay numerosos trenes bala (shinkansen), en un trayecto de 135 minutos desde Tokio o de 80 minutos desde Osaka hasta la futurista estación de Kioto.
IDIOMA
El idioma oficial es el japonés y en muchos lugares no se habla inglés, aunque en las estaciones y sitios principales los letreros están escritos también en caracteres occidentales. Es aconsejable disponer de una aplicación de traducción en el móvil, aunque la gente es muy solicita y dispuesta a ayudar en cualquier momento.
COMUNICACIONES
Lo ideal para tener conexión a internet es comprar una tarjeta SIM japonesa. Muchos lugares ofrecen wifi gratuito, como en los trenes shinkansen, aunque hay que reconectar cada 10 minutos.
ELECTRICIDAD
Conviene llevar un adaptador, aunque los hoteles cuentan con puertos USB para la carga de ordenadores y móviles.
CLIMA
Kioto tiene un clima subtropical húmedo con veranos calurosos y húmedos e inviernos frescos con lluvias e incluso nieve.
HORARIO
GMT+ 8: Hay que adelantar el reloj ocho horas más que en España en invierno y siete en verano.