
Según la Agencia francesa de la energía, un 10% menos de correos enviados equivaldría a un ahorro en emisiones de CO2 de una tonelada o, lo que es lo mismo, el impacto de un viaje de ida y vuelta en avión entre París y Nueva York.
En 2009 se enviaron en el mundo en torno a 247.000 millones de correos electrónicos. Las previsiones para 2013 apuntan a 507.000 millones. Son datos ofrecidos por la Agencia francesa del medioambiente y el dominio de la energía (Ademe), que ha calculado la media de envíos y mensajes recibidos en una empresa gala: en una compañía de 100 personas cada colaborador recibe 58 mensajes y envía 33. Partiendo de la base de 220 días laborables al año, estos envíos representan unas emisiones de 13,6 toneladas de CO2.
En una empresa de este tamaño, si cada empleado reduce un 10% sus e-mails conseguiría evitar la emisión de una tonelada de CO2. Esta cantidad equivale al impacto de un viaje de ida y vuelta en avión entre París y Nueva York. Reducir del 10% la impresión de los correos provocaría un ahorro de cinco toneladas en las emisiones de gases contaminantes.