Ya se sabe que las cosas de palacio van despacio. En el caso de Palma de Mallorca, el camino ha sido desesperadamente lento y trufado de obstáculos, pero todo llega, y al fin la ciudad tiene ya su ansiado y flamante centro de congresos, acariciado durante una década. La infraestructura es el impulso que la isla necesitaba para su posicionamiento internacional en el mercado del MICE, un lugar que vendrá reforzado además con el proyecto de regeneración de Calviá y otras novedades que han inyectado una enorme ilusión al sector.
La reina del Mediterráneo estrena palacio de congresos. La noticia, no por esperada, deja de ser relevante. Una ciudad como Palma y una isla como Mallorca merecían un centro de convenciones y eventos a la altura de su gran potencial, un potencial que se sustenta en su red de conexiones aéreas, de las mejores de Europa, una soberbia planta hotelera forjada en la cuna de los míticos emprendedores del alojamiento en nuestro país y una serie de atractivos climáticos, culturales y gastronómicos que atraen a millones de visitantes cada año.
El destino, maduro donde los haya, necesitaba una puesta al día en algunas de sus zonas más exitosas, pero con un modelo turístico fatigado, como Playa de Palma, Arenal o Calvià. Este último municipio es la punta de lanza de un nuevo concepto que huye del botellón y la fiesta continua y mira de frente a la calidad. El proyecto público-privado en marcha, la Fundación 365, avanza con decisión no solo por el apoyo del Govern, sino por las millonarias inversiones de Meliá Hotels International, que ha renovado completamente sus nueve establecimientos en el suroeste de la isla.
PALAU DE CONGRESSOS DE PALMA
Pero vayamos por partes. La gran estrella, desde su inauguración el pasado mes de abril, es el Palau de Congressos de Palma. El tortuoso proceso de concursos, impugnaciones y parones en las obras se resolvió finalmente a favor de la propuesta de Meliá, que gestiona también el hotel anexo, con una concesión de 10 años ampliables. La expectación era tan grande que, sin apenas publicidad, la jornada de puertas abiertas desbordó todas las previsiones de visitas.
Los palmesos y no tanto pudieron descubrir entonces algunos de los tesoros ocultos del palacio, excelentemente ubicado frente al Paseo Marítimo y a 15 minutos a pie de la mismísima catedral. Entre ellos, la avanzada concepción arquitectónica que se esconde tras un aspecto exterior un tanto intimidante.
El navarro Francisco “Patxi” Mangado ha creado una estructura de celdas inspirada en el baluarte de la ciudad y cuyas líneas maestras van siempre en busca del mar. Gracias a unos materiales elegidos para garantizar la sostenibilidad medioambiental del edificio —como el granito, el cristal, la madera de paduk y, de forma especial, una variante de aluminio que refleja la luz pero no el calor—, el resultado es una construcción que gasta poco, está bien aislada del exterior, crea espacios polivalentes y da mucho juego para los eventos con vistas. ¡Y sin apenas desviación del presupuesto!, según los promotores, para sacudirse un poco de encima el estigma del periodo de Matas y compañía.
A nivel técnico, poco que reprochar. Los dos auditorios, de 1.978 y 462 plazas, son magníficos, con una excelente acústica —casi no hacen falta micros— y una agradable sensación de proximidad a pesar de su tamaño. De todas formas, el grande se puede acotar para convocatorias más pequeñas. Con todo el jaleo de las obras, nadie reparó en colocar enchufes en las butacas, pero están en ello. El resto de espacios está compuesto, entre otros, por 12 salas, que convenientemente paneladas se convierten en 25; una terraza de 1.200 m2, por supuesto con vistas; el restaurante Elyxr, que abre todo el día; y unos 2.300 m2 de zona expositiva con altura de 11 m y acceso directo desde la calle mediante un gran portón. También cuenta un aparcamiento subterráneo.
Como apéndice inseparable, el hotel Meliá Palma Bay es la elección más cómoda para los congresistas. Sin salir a la calle, una pasarela elevada conecta el establecimiento con el palacio a la altura de la planta 3, donde se encuentra The Level, con los servicios exclusivos propios de este producto, como recepción privada, open bar y lounge privados, área de trabajo, internet de alta velocidad y prensa gratuita, entre otros. Minimalista y funcional, literalmente forrado de madera de haya, cuenta con 268 habitaciones y una agradable terraza con piscina y vistas, sin olvidar sus cuatro salas de reuniones que suman 500 m2, el gimnasio y el spa. El restaurante Trasluz sigue el concepto de all day dining.
Muy cerca de aquí, en el mismo Paseo Marítimo, reabrió a principios de año el Gran Meliá Victoria, un urban resort de 5 estrellas GL que ha mejorado todas sus instalaciones y sigue apostando por el asador vasco Ikatza en su oferta gastronómica y por la coctelería del Dry Bar by Javier de las Muelas.
REGENERACIÓN DE CALVIÀ
En parte porque Meliá tenía siete hoteles en la zona (ahora son nueve), en parte porque hacía falta y también por algún que otro motivo sentimental —Gabriel Escarrer padre, el fundador, pasó sus buenos momentos de la infancia— Calvià está viviendo una ambiciosa transformación capitaneada por el grupo hotelero y muy de la mano de la actuación pública. Magaluf ya no es lo que era, dicho sea para bien. La remodelación de los alojamientos y la mejora de infraestructuras han contagiado a la oferta complementaria para ganar en calidad, aunque de momento los efectos se notan más en primera que en segunda línea de playa.
Uno de los grandes objetivos del proyecto es extender la exigua temporada turística mallorquina. El palacio y los congresos también contribuirán a ello. Los efectos empiezan a notarse. Hoteles como el Sol Katmandú Park & Resort ya están abriendo siete meses al año. No está mal. El establecimiento, reformado en 2012, es un exitazo debido a su pequeño parque temático. No hay que pensar solo en niños. Para incentivos y actividades de team building es un cañón: cazar zombies en 4D, hacer escalada en el K3… Qué adulto se puede resistir.
Magaluf y el municipio de Calvià aspiran a ser el espacio natural de ocio para los delegados que visiten la isla. Los que prefieran estar algo alejados del palacio, por aquello de desconectar, tienen aquí más alternativas, y muy sugerentes. Por ejemplo, el Meliá Beach House, el nuevo concepto playero de la cadena, que funciona como adult only. La apuesta es absolutamente trendy, y no solo por los detalles Desigual: ambiente marcadamente mediterráneo, un aire hippie puesto al día —con mercadillo y todo—, comida macrobiótica, huerto propio, intercambio de libros, sala de yoga… Aquí la norma es no tener normas.
Pasamos al ME Mallorca, con cuatro años de vida tras un espectacular lavado de cara del antiguo Mallorca Beach. El glamur sube aquí un peldaño, aunque nada más sea por los llamativos retratos de la recepción, obra del fotógrafo mallorquín Alberto van Stokkun. En él será difícil escoger entre sus frecuentes happenings, el delicioso restaurante exterior, al que algunos llegan directamente en barco, o el beach club, con conserje y todo. Junto a él hay un Nikki Beach que suministra música al hotel a partir de determinada hora, otra gran tentación.
En el mismo entorno, y con idea de quedar integrados en el futuro para formar un complejo, se encuentran el Meliá Calvià Beach y el Sol Barbados. El primero ha sido remodelado este mismo año. Todo huele a nuevo en él. Con aire más clásico que el ME, tiene mucho tirón entre los viajeros de negocios, en parte por sus 13 salas, todas ellas con luz natural. La plenaria, que puede acoger a 600 personas, es el último grito en videomapping y demás tecnologías.
Toda esta inversión, a la que Meliá ha dedicado 200 millones de euros, apuntala una estrategia de marca para pasar de una enseña vacacional madura y de larga trayectoria como Sol Hotels a cuatro conceptos lifestyle segmentados y adaptados a los nuevos perfiles de cliente. La guinda la pondrá el Jamaica, donde están concentrados ahora buena parte de los esfuerzos. El proyecto, en pleno corazón de Magaluf y cuya conclusión está prevista para mayo de 2018, va más allá del hotel de 270 habitaciones. El propósito es crear un espacio abierto al público de 3.500 m2, perfectamente integrado en la población, y un centro comercial con 4.500 m2 de locales.
De vuelta ya a Palma, en el Paseo de las Illetas, la joya de la corona es el Gran Meliá del Mar, conocido popularmente como el «hotel de chocolate», un edificio singular de 1964, muy adelantado a su época, que ha subido hasta la máxima categoría del grupo hotelero. No en vano es miembro del selecto The Leading Hotels of the World. El establecimiento mezcla sofisticación y encanto ligeramente vintage a partes iguales y se ofrece solo para adultos. Algo que no hay que perderse bajo ningún concepto es su restaurante Arrels, de la prestigiosa chef mallorquina Marga Coll. La cocina tradicional hecha con mucho amor y personalidad. Un gusto.
MÁS NOVEDADES
Aunque Calvià lleva ventaja, la Playa de Palma tampoco se quiere quedar atrás. El grupo Iberostar trabaja en la mejora de una de las principales zonas turísticas de la isla con la reforma de sus tres hoteles situados en la zona: el Iberostar Bahía de Palma, el Iberostar Cristina y el Iberostar Playa de Palma. La compañía ha invertido 18 millones en este último para ofrecer el único 5 estrellas de los alrededores, y en primera línea de playa. Aparte de sus 186 habitaciones completamente reformadas el año pasado, incluida una extraordinaria suite, presenta una nueva zona de piscina con solárium ajardinado, un spa y el restaurante Marea. El programa de actividades es muy completo. Por su parte, el Bahía de Palma ha crecido en una planta y ofrece una piscina infinity en la cubierta.
La cadena fundada por la familia Fluxà se encuentra en plena fase de expansión desde el año pasado. Solo en 2017 destinará más de 125 millones de euros a la mejora y apertura de nuevos establecimientos. También está estudiando un rebranding. Por lo que toca a Mallorca, sus remodelaciones han dado un aire completamente distinto al Iberostar Playa de Muro, con reforma integral y nuevas instalaciones de ocio, y al Iberostar Alcúdia Park, que ha añadido un bloque con 60 suites Star Prestige y un lounge en la azotea.
Ambos se encuentran al noreste de la isla, en una zona donde la mayoría de los establecimientos cuentan con espacios para reuniones y eventos. El Auditorio de Alcúdia, a solo 3 km de distancia, es otra posibilidad. La limpieza de Playa de Muro y su entorno, con reservas como el Parque Natural de S’Albufera y la zona protegida de Es Comú de Muro, aumentan el interés para grupos con ganas de organizar actividades outdoor.
Junto al puerto de Alcúdia, y después de un cambio generacional, la novedad en Hotels Viva es la nueva denominación: Zafiro Hotels. A su establecimiento de referencia, de cinco estrellas y muy orientado al segmento MICE, se le conoce ahora como Zafiro Palace Alcúdia. Un poco más al sur, en Sa Coma, el Protur Biomar Gran Hotel & Spa, de 5 estrellas, ha renovado la tecnología de sus salas, donde destaca una gran pantalla LED de 5×3 m en el gran auditórium.
Park Hyatt es otro de los últimos en caer bajo el hechizo de la isla. La firma estadounidense ha estrenado hace apenas unos meses su primer resort europeo en Canyamel, un entorno único y tranquilo donde ha recreado un pueblo tradicional mallorquín, todo un hito en su expansión. El Country Club de la urbanización cuenta con pistas de pádel, dos pistas de tenis, piscina cubierta climatizada y piscina exterior. Junto al hotel hay un campo de golf de 18 hoyos.
Volviendo a los alrededores de Palma, Hipotels finalizó el ejercicio pasado con un nuevo 4 estrellas, el Gran Playa de Palma, y un 5 estrellas adult only, el Playa de Palma Palace & Spa, que entre sus magníficas instalaciones incluye un pequeño centro de convenciones con cuatro salas totalmente equipadas. En la misma capital, una opción más orientada hacia el concepto boutique es la que ofrece Purohotel Palma, que hace poco más de un año presentó sus 22 habitaciones reinventadas por los reconocidos interioristas de OHLab, cada una diferente.
Al margen del alojamiento, encontramos también noticias interesantes. La compañía Eurowings acaba de poner en el aeropuerto de Palma su primera base en un país de habla no germana, con numerosas conexiones a toda Europa.
En el ámbito de la oferta de ocio, el restaurante espectáculo Son Amar, en la carretera de Sóller, presentó la pasada temporada su auditórium tras una completa renovación, con aforo de 1.000 personas, donde el escenario es aún más grande. Por su parte, Shamrock, uno de los sitios más atractivos del Paseo Marítimo de la capital, ha abierto hace poco un nuevo restaurante en el segundo piso. Por último, no hay que olvidar el Palma Aquarium, uno de los sitios más singulares para organizar eventos, que ha incluido entre su oferta de actividades de team building una divertida «Búsqueda del Tesoro». Aunque en Mallorca, tampoco hay que esforzarse mucho para encontrar auténticas joyas, como los jardines del mismísimo palacio de Marivent, con sus esculturas en bronce de Joan Miró, que ya se pueden visitar desde el pasado mes de mayo.
Más info
Mallorca Convention Bureau
www.mallorcacb.com
GABRIEL ESCARRER
VICEPRESIDENTE EJECUTIVO Y CONSEJERO DELEGADO DE MELIÁ HOTELS INTERNATIONAL
«Era inconcebible que no tuviéramos una infraestructura como ésta»
¿Por qué ha tardado tanto?
No es hora de mirar atrás, pero lo cierto es que era inconcebible que un destino como Palma, con toda su planta hotelera, con sus 2.000 movimientos diarios en el aeropuerto, no tuviera una infraestructura como ésta.
¿Qué significa para Palma y para Mallorca?
Va a ser un revulsivo a todos los niveles. También para la oferta complementaria. Además, los congresos van a aportar visitas al resto de las islas Baleares, no solo a Mallorca.
¿Y las previsiones?
Las vamos a superar con creces. La idea era alcanzar las 12.000 room nights para el segmento corporate y llegaremos fácilmente a las 25.000.
La isla apuesta por la calidad…
Hemos seguido el ejemplo de Miami Beach y nosotros podemos ejercer aquí la misma influencia en otros destinos pioneros que necesitan una puesta al día, como Torremolinos o San Bartolomé de Tirajana. Esperamos que se adhiera también Playa de Palma. Hay que seguir en esta línea, apostando por la calidad y por la segmentación de la oferta.
RAMÓN VIDAL
GENERAL MANAGER DEL PALAU DE CONGRESSOS DE PALMA
«Hay pocos palacios como el de Palma
en todo el Mediterráneo»
Es la primera vez que Meliá gestiona directamente un palacio de congresos.
Así es, pero tenemos una experiencia enorme en la organización de eventos en todos los espacios de nuestra amplia cartera de hoteles. De hecho, Meliá cuenta con un equipo de unas 200 personas que se dedican solo a esto.
La ciudad gana muchos puntos para el turismo de reuniones…
Hasta ahora solo contábamos con el Auditorio de Palma, que se ha quedado un poco antiguo. Ahora sí que podemos afrontar todo tipo de eventos con garantías de éxito. En todo el Mediterráneo hay pocos palacios como el de Palma.
¿Qué va a cambiar?
Esperamos que una infraestructura de estas características ayude a desestacionalizar la actividad turística en la isla.
¿Cuáles son los mercados con más potencial?
Estamos empezando a trabajar mucho con Francia y con Italia. También con Rusia. Hay mercados emergentes, al margen de los tradicionales, como el Reino Unido o Alemania, en los que tenemos mucho interés. También vamos a captar muchos congresos nacionales. En determinadas épocas sale más barato venir a Palma que coger el AVE.
[useful_banner_manager banners=5 count=1]