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TECNOLOGÍA PARA EL BUSINESS TRAVEL. El mundo en el móvil

Fernando Sagaseta

Lo hacen prácticamente todo y no ocupan nada. Los teléfonos móviles inteligentes se han convertido en el mejor compañero del viajero frecuente. Tanto es así que están empezando a sustituir a los portátiles. Desde reservar mesa en un restaurante, consultar la previsión del tiempo, acceder a las bases de datos de la empresa o pagar el estacionamiento, hasta disponer de todo el entretenimiento imaginable para los momentos de descanso. ¿Alguien da más?

Aunque el iPhone de Apple se lleva la fama, la oferta en el mercado de móviles inteligentes (smart phones) ha llegado a tal nivel de sofisticación que a muchos de ellos ya se les puede considerar con todo el derecho unos miniordenadores de bolsillo. Sin duda, el iPhone se lleva la palma en cuanto a número de aplicaciones, con más de 65.000 en catálogo, pero la competencia es dura entre los desarrolladores de software, que trabajan contra reloj para dotar de contenido a los móviles que funcionan con otros sistemas operativos: Android (la gran apuesta de Google), Windows Mobile, Symbian, RIM (el sistema de las Blackberrys) o el más joven Palm Web. Los chinos han desarrollado otro llamado Ophone.

Ningún experto se mojará diciendo, éste es el mejor móvil del mercado. Depende mucho de las necesidades de cada cual. El dispositivo perfecto no existe. Pero desde luego, cualquiera de los móviles de alta gama es capaz de hacer maravillas. Aunque es cierto que las aplicaciones específicas para la empresa aún no son las más numerosas, el futuro pasa por la adquisición de software personalizado. Pocos usuarios son conscientes de todo el potencial de esos pequeños aparatitos con los que a veces incluso también hablamos.

¿Llegarán los teléfonos a desplazar a los portátiles? Por lo pronto, los datos de la consultora Gartner señalan que las ventas de móviles básicos a nivel mundial bajaron un 6% en el segundo semestre del año, en tanto que los smart phones subieron 27%. Esto quiere decir que la gente quiere el teléfono para otras cosas, aparte de hablar. Según Shantanu Narayen, consejero delegado de Adobe, «en los países emergentes hay más de mil millones de personas que nunca accederán a Internet a través de un PC».

El experto Michael Mace comenta, sin embargo, en el blog Mobile Opportunity que los móviles inteligentes aún tienen mucho terreno que recorrer para llegar a sustituir a los portátiles, sobre todo por la tremenda competencia de los ordenadores ultraportátiles, de apenas un kilo de peso, que se pueden conseguir por no más de 300 euros. «En algún momento de un futuro lejano, tendremos teléfonos avanzados con pantalla flexible y teclado desplegable, capaces de cumplir todas las funciones de un PC. Entonces sí podremos decir que el teléfono ha desplazado al PC», argumenta.

Sea como sea, lo cierto es que el número de abonados a servicios de telefonía móvil en todo el mundo superó a finales de 2008 la cifra de 4.000 millones, frente a los 2.500 millones de 2007, ¡un 60% más!. Más del 10% utilizan redes 3G, las que dan acceso a Internet de banda ancha. En Australia se han alcanzado velocidades de descarga de más de 20 megas, una cifra a la que pocos operadores por cable llegan, al menos en sus servicios para particulares y pymes.

Browsing everywhere

La comunidad de usuarios del smart phone crece con tanta rapidez que cualquier empresa que ofrezca productos o servicios y pretenda venderlos con éxito y a costes bajos ya no puede demorar más su adaptación al canal móvil. Pensando en los proveedores turísticos, y concretamente los que operan en el mercado español, la realidad es que aún son pocos las que han apostado seriamente por este medio.

Como señala Bernard Seco, director comercial de Ohlala Mobile, «la mayoría no tienen una web optimizada para el móvil y si la tienen, muchas veces es una mera adaptación de su portal en internet». Si se trata de acceder a cualquier web desde el móvil, la navegación resulta incómoda. Pero, «también resultan engorrosas algunas webs punto mobi que no han pensado en las cuatro funciones que realmente necesita el usuario», añade Seco. Para ello, el diseño y la filosofía en que descansa tiene que se específico.

Pese a las carencias, es difícil enumerar la totalidad de herramientas que pone el móvil al alcance del viajero de negocios. Con un smart phone en el bolsillo, la capacidad de movimiento y decisión se multiplican sin cesar, empezando por el embarque en los aeropuertos. En los últimos meses, las compañías y los aeropuertos han empezado a implantar lectores que permiten acceder al avión sin necesidad de tarjeta de embarque, simplemente con un mensaje multimedia en forma de código bidimensional en la pantalla del móvil. Este sistema es válido incluso para pasar los controles de seguridad.

Mientras se espera en la zona de embarque y en previsión de posibles retrasos, los dispositivos móviles ofrecen todo el entretenimiento imaginable, mucho más allá de los tradicionales juegos: ver las noticias del canal favorito de televisión, leer un libro electrónico, acceder online a bancos millonarios de canciones, estar al tanto de las andanzas de los amigos en Facebook o Twitter…

El desarrollo de los servidores de alojamiento remoto implica que ya no es necesario tener una gran cantidad de memoria en el dispositivo móvil, porque las empresas están utilizando estos servicios para colgar sus archivos. Herramientas como Google Docs son muy útiles en este sentido, porque permite compartir documentos entre compañeros, aunque estos se encuentren en distintos puntos del mundo.

Cuando se trata de organizara el viaje, el móvil ofrece la tranquilidad de que muchos detalles se pueden ir cerrando sobre la marcha. Por ejemplo, el viajero llega a Milán y le apetece un sitio de tapas. Con las aplicaciones actuales es posible conocer la oferta gastronómica a nuestro alrededor, incluso sin tener GPS instalado, ya que el sistema de triangulación de antenas repetidoras ofrece una información bastante aproximada de la posición geográfica del usuario. También conocer las características de un hotel determinado y reservar habitación de forma instantánea. O comprar sobre la marcha billetes de tren, autobús o avión. O realizar micropagos y llevar un control de gastos para volver a la oficina con los deberes hechos. O recibir la nueva versión de la presentación que vamos a hacer en Powerpoint y proyectarla desde el mismo móvil… Las posibilidades son inmensas.

Según una reciente encuesta, los usuarios de móvil suelen utilizar el teléfono una media de dos horas al día. El 40% de ese tiempo lo emplean con las aplicaciones. Muchas de ellas son gratuitas y las de pago cuestan entre 10 y 20 euros. Llevar un smart phone encima es como llevar la oficina a cuestas en 100 o 200 gramos de tecnología.

Según Fernando Rodríguez, director general de Citrix Ibérica, cuya matriz internacional ha desarrollado una utilísima suite de software para móviles que permite trabajar con archivos de Word, Excel o Access, entre otros, «los nuevos dispositivos están favoreciendo la conciliación de la vida familiar con la laboral. En cualquier momento y en cualquier lugar es posible sacar trabajo adelante y eso redunda en mayor tiempo para el ocio». Como subraya, es la «nueva era del teletrabajo».

Un sólo apunte sobre esta cuestión. El fabricante Acer está comercializando desde febrero terminales con dos tarjetas SIM, incluso de operadoras distintas. Parece mentira que una idea así no se haya desarrollado antes, con la cantidad de personas que van por ahí con el teléfono particular en un bolsillo y el de la empresa en el otro. El aparato permite además optar por la mejor tarifa en cada situación, ya que cuenta con dos radios que funcionan simultáneamente: una de ellas ofrece conectividad de voz y datos 3,5G (HSDPA) y la otra únicamente de voz GSM.

Pero aún hay más. La firma VMware presentó en su última convención europea un programita (ocupa tan sólo 20k en la memoria) que es capaz de hacer funcionar dos sistemas operativos distintos, en este caso Windows y Android, en el mismo dispositivo móvil, algo muy útil cuando, por necesidades de conectividad con la empresa, es necesario emplear uno distinto del que se usa para los asuntos particulares.

 

LA GUERRA DE LAS TARIFAS PLANAS

El verdadero despegue del uso del móvil como herramienta de trabajo y ocio se produjo cuando los operadores empezaron a ofrecer tarifas planas de datos, algo relativamente reciente. Los abusos hasta entonces habían sido habituales, hasta el punto de que Bruselas tuvo que tomar cartas en el asunto y aprobar unas tarifas máximas para las comunicaciones en itinerancia (rooming), válidas desde el pasado mes de julio. Algunos denuncian que el acceso a Internet sigue sin estar regulado en itinerancia y que es mejor comprar una tarjeta de algún operador local en el país destino que exponerse a un infarto con la factura de su proveedor habitual.

En estos momentos, los operadores españoles se encuentran en plena batalla comercial de tarifas planas. Como siempre, hay que leerse muy despacito la letra pequeña, porque las condiciones, velocidades y máximos de descarga permitida varían mucho. En Estados Unidos, sin embargo, un país que suele ir dos o tres años por delante de los demás, los operadores están presionando para todo lo contrario, es decir para acabar con las tarifas planas, dado el gran ancho de banda que consumen los usuarios con la descarga de archivos muy pesados, como películas, discografías enteras, etc.

 

TIENDA DE LOCOS

Los fabricantes de móviles se están dando cuenta de que el gran negocio del presente y del futuro se encuentra en el software para móviles. Hay muchos usuarios que están dispuestos a pagar por aplicaciones que les resuelven necesidades puntuales y cotidianas. En el primer año de funcionamiento de la App Store se alcanzaron nada menos que 1.500 millones de descargas de aplicaciones, sobre todo para iPhone e iPod Touch. Una locura. En vista del éxito, la firma coreana LG abrió el pasado mes de julio su propia tienda online de aplicaciones (www.lgapplication.com), en principio con 1.400 referencias, muy lejos de las 65.000 que comercializa Apple. LG no se plantea la tienda como un negocio en sí mismo, sino como un servicio de valor añadido a sus clientes. Incluso los fabricantes de gama media, como Sony Ericsson también se han apuntado al carro del software, y está vendiendo aplicaciones a través de su plataforma PlayNow, así como con GetJar, que aporta 45.000 herramientas gratuitas para complementar las premium del fabricante sueco. Incluso un enano (actualmente) como Palm Pre contabilizó casi 700.000 descargas cuando abrió su tienda en menos de quince días, algo muy meritorio con un catálogo de 30 aplicaciones.

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