Nuevos destinos, nuevos retos, nuevos riesgos… Es un hecho que las empresas están mirando fuera de nuestras fronteras más que nunca en busca del negocio que no encuentran en el caldo de cultivo de la recesión económica española. En estas circunstancias, la seguridad de los viajeros cobra especial relevancia. Se están moviendo en mercados y entornos social y culturalmente muy alejados de los estándares a los que estamos acostumbrados.
Cualquier responsable de una compañía aseguradora diría que no hace falta irse muy lejos para sufrir incidencias de cualquier tipo. Incluso en la misma puerta de casa. Y tendría toda la razón. Viajar seguro, o con el respaldo de un servicio que pueda resolver contratiempos durante un desplazamiento profesional, es un elemento irrenunciable en el que tanto el empleado como la empresa salen ganando. El viaje es una inversión de dinero, pero también de tiempo, y no tiene mucho sentido emplearlo en solventar problemas logísticos. Que lo hagan los especialistas. Para eso están. El sobrecoste de una buena cobertura siempre está bien empleado. Aunque no ocurra nada.
Según estimaciones de ERV-Europea Seguros de Viaje, el 20% de los ejecutivos que viajan habitualmente asegura haber tenido algún problema. El 4% de ellos lo califica de “muy grave”. Cada año se producen en España más de 7 millones de desplazamientos por motivos profesionales. No son de placer. Están sometidos a las tensiones propias del objetivo del viaje y, en ocasiones, a incidencias completamente ajenas a ese propósito. Y el dato más llamativo: el índice de siniestralidad del viajero de negocios es justamente el doble que el vacacional.
Más cifras. Se calcula que entre las incidencias habituales, el 42% tiene que ver con la salud y el 5% con la seguridad (conflictos, atentados, secuestros…). El resto, un 53%, lo integran sobre todo problemas relacionados con el transporte (pérdida de equipajes, retrasos en los vuelos, etc.) y con el robo o extravío de documentos o datos informáticos. En muchos casos, el viajero poco puede hacer por prevenirlo.
Una de las sintomatologías más frecuente en el apartado médico tiene que ver con lo que algunos han bautizado como “Síndrome del Viajero de Negocios”. Uno de cada cinco lo padece en ocasiones y se manifiesta en forma de molestias en garganta, oídos y cabeza por el cambio de clima; irritabilidad provocada por la modificación de las presiones del avión; diarreas o estreñimientos que tienen que ver con los horarios y hábitos distintos a los habituales; y cansancio, ansiedad o nerviosismo ocasionado por la falta de sueño y las esperas en los aeropuertos. Eso sin contar la sensación de soledad, sobre todo en los viajes largos.
Adaptar la cobertura
Cuando se contrata un seguro, uno de los aspectos más importantes es valorar la cobertura en función destino visitado y la tipología del viaje. Paradójicamente, para moverse por Estados Unidos, en teoría uno de los países más avanzados del mundo, hay que ir protegido con una póliza mejor que, por poner ejemplo, en Marruecos. El sistema sanitario norteamericano, pese a los esfuerzos de Barack Obama, sigue siendo muy costoso, para los de dentro y para los de fuera.
China, uno de los destinos estrella de los últimos años para los viajeros de negocios, dispone de una red de salud obsoleta y frecuentemente saturada, especialmente en Hong Kong. Los hospitales privados son caros y pasan la factura al cobro del paciente en las primeras 48 horas de internamiento si no se hace cargo antes ninguna aseguradora. Los expertos recomiendan coberturas por gastos médicos de al menos 35.000 euros.
Además de estas cuestiones, conviene tener en cuenta que hay dolencias asociadas a las características geo-sanitarias de ciertos destinos, por ejemplo la meningitis, la fiebre amarilla, la malaria o el dengue. Aquí, además del correspondiente seguro, lo mejor es consultar antes en el servicio de Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad y Política Social. Dependiendo de la época del año, puede resultar engorroso, debido a las colas, aunque también funcionan con cita previa.
Desde luego, la atención al viajero last minute está mal resuelta. Debería haber puntos de información sanitaria en los aeropuertos, ya que hay mucha gente que tiene que desplazarse por motivos de trabajo y se entera de un día para otro, sin tiempo para preparar el viaje. Más difíciles de prevenir son las enfermedades que aparecen de improviso, como los infartos, las trombosis o los accidentes, especialmente los de tráfico, aunque también los golpes o las caídas.
Colectivos y de larga duración
Las empresas o grupos profesionales más viajeros suelen hacer uso de los seguros colectivos. Están enfocados a cubrir las necesidades de aquellos empleados que se desplazan frecuentemente, de forma rápida y, a veces, a destinos de riesgo. Las coberturas se diseñan a medida de las necesidades de cada colectivo y su particularidad es que poseen un alto grado flexibilidad, adaptándose a las necesidades de cada industria e incluyendo coberturas específicas.
Según David Hernández, director general de ERV Seguros de Viaje para Europa del Sur, “este tipo de pólizas son muy completas y contienen altos capitales, especialmente en asistencia sanitaria, equipajes o accidentes”. En su modalidad de larga duración, los profesionales tienen cobertura durante todo el año, de manera que se pueden desplazar tantas veces como necesiten y el tiempo que necesiten sin necesidad de comunicarlo. “Toda empresa cuyos empleados y profesionales se desplacen habitualmente debería valorar un seguro colectivo”, aconseja Hernández.
En caso de incidencia
Lo mejor de un seguro es no tener que utilizarlo, pero cuando ocurre algo, estar en manos de profesionales da una tranquilidad inusitada. Compañías como International SOS, propone, de cara a las empresas, la elaboración de estudios del riesgo en función del destino, así como una planificación de la respuesta en situaciones de emergencia. Esta entidad es capaz de asumir evacuaciones internacionales complicadas y crear alertas tanto para el viajero, como para sus propios gabinetes de crisis a la hora de coordinar las actuaciones. También es posible contratar personal de seguridad para aquellos lugares que representan una mayor amenaza por terrorismo o conflictividad social.
La adaptación de todos estos servicios también se ajusta a los diferentes sectores, desde el farmacéutico al de la banca y seguros, pasando por todos aquellos desplazamientos vinculados a la atención al cliente y a la gestión de relaciones profesionales. Los viajes relacionados con la instalación de empresas en el extranjero también merecen cobertura especial.
Un ejemplo de los procedimientos para evitar incidencias es aquel que permite conocer online en qué consiste exactamente una gripe pandémica. Como la propia aseguradora indica, los empleados pueden aprender a estar preparados, controlar el miedo y la ansiedad, reducir el riesgo de infección y conocer los tratamientos y regímenes de cuidado personal.
También es posible formarse en línea sobre los riesgos médicos y las actuaciones necesarias en destinos de riesgo. Un servicio de alertas por correo electrónico proporciona información y asesoramiento en tiempo real sobre eventos médicos y de seguridad en todo el mundo. Los viajeros lo pueden consultar desde cualquier destino.
El registro para emergencias con gestión de inmunización se basa en la información médica del viajero, de tal modo que ésta pueda ser tenida en cuenta en caso de problemas. TravelCare es una herramienta online que incluye asesoramiento sobre vacunación vinculado a cualquier itinerario.
Herramientas de seguimiento
Más allá de Foursquare, Facebook Place y Google Place, los smartphones cuentan con aplicaciones avanzadas que no solo facilitan la geolocalización, sino soluciones para que los datos sean compartidos con mayor seguridad. Por ejemplo, WorldMate Live, de Blackberry, permite identificar todos los lugares por los que transita la persona y enviar los datos a una dirección de correo. El travel manager solo tiene que consultarla para saber dónde se encuentra exactamente su representante.
Amadeus cuenta con una serie de soluciones para la geolocalización que incluyen un dispositivo de seguimiento del itinerario y de la seguridad a lo largo del mismo. Amadeus Mobile Partner está sincronizada con Amadeus e-Travel Management, el instrumento de gestión online de viajes de empresa del sistema de distribución. A través de ella, tanto el viajero como la empresa pueden consultar rápidamente la información relacionada con el destino y los eventuales sucesos a tener en cuenta durante cualquier desplazamiento. Un dato importante es que puede ser consultada sin tener un acceso a internet.
Amadeus SMS Traveller Contact está especialmente adaptada para poder comunicar en caso de problemas. La función Travel Alert del Mobile Travel Assistant ayuda a localizar a los viajeros por sms. Realiza automáticamente un seguimiento de las respuestas que pueden ser consultadas por el gestor de viajes.
Agencias especializadas como Carlson Wagonlit Travel (CWT), American Express Barceló Viajes o Viajes El Corte Inglés, ha invertido grandes recursos últimamente en implementar herramientas de seguimiento para dar respuesta rápida a incidencias de viajeros en cualquier parte del mundo. CWT, por ejemplo, proporciona una localización inmediata de los viajeros gracias a un mapa interactivo disponible las 24 horas los siete días de la semana. La localización avanzada de viajeros se nutre de una base de datos generada por los detalles de la reserva realizada por la agencia. Este tipo de agencias suelen tener acuerdos con empresas de seguridad que monitorizan los acontecimientos mundiales para que los pasajeros sean notificados rápidamente vía mensajes de alerta enviados por teléfono, email o sms.
Una de las compañías con más reputación en el sector es Aon Risk Solutions. A principios del año pasado lanzó una serie de herramientas online de fácil utilización, “Aon Worldaware”, que combinan la tecnología con una auténtica función de consultoría. “Muchas organizaciones gestionan los riesgos inherentes a los viajes de sus empleados, pero es difícil que lo hagan de forma integral”, afirma Victoria Ambrona, la directora de la división de Crisis Management.
Este concepto de protección se traduce en opciones como el diseño de políticas de viaje a medida, la creación de un portal de seguridad específico para el cliente, licencias para la información online de riesgos por país, versiones para smart phones, cursos online de seguridad en viaje, análisis de las pólizas, formación específica sobre ciertos países y, por supuesto, gestión de incidentes. Uno de los servicios más llamativos es el que calibra la capacidad de resistencia de directivos y expatriados en lugares remotos.
Las soluciones de “Aon WorldAware” ofrecen un conjunto recursos para ayudar a valorar la exposición de las organizaciones al riesgo de los viajes y a poner en marcha procedimientos que permitan anticipar, mitigar y responder a cualquier crisis de este tipo”, añade Ambrona. Muchos de estos elementos pueden diseñarse a medida para responder a las necesidades de cada empresa”.
www.aon.com/worldaware
MANUAL DE PRECAUCIONES
ANTES DEL VIAJE
– En caso de padecer alguna enfermedad es aconsejable una visita al médico de cabecera para que le facilite un informe actualizado. Las personas sometidas a un tratamiento deben llevar la cantidad suficiente de medicación para cubrir el período de tiempo que dure su estancia en el extranjero, o asegurarse de que podrán adquirirla en el país de destino.
– Viajar con protectores solares, principalmente cuando el destino es un país tropical. Especial atención requiere el uso de repelentes de insectos en lugares con enfermedades transmisibles por esta vía.
– Comprobar la cobertura sanitaria del seguro de viaje. Es importante viajar con los contactos necesarios en caso de necesitar hospitalización o asistencia médica.
– Preparar el equipaje con tiempo para pensar en la vestimenta necesaria: zapatos cómodos, ropa adaptada a las diferentes situaciones que se puedan vivir durante el viaje y alguna prenda de abrigo para evitar el frío.
– Reunir un pequeño botiquín de urgencia que contenga material de cura y algunos medicamentos para síntomas menores, tales como analgésicos o antiestamínicos.
– Viajar con un equipaje de mano que incluya cosas indispensables para la higiene personal, una vestimenta de recambio y todo aquello que sea necesario para poder prescindir del equipaje menos el primer día de estancia.
– Tomar nota de los contactos en consulados y embajadas, principalmente en aquellos destinos considerados de riesgo.
– Atender a los consejos de seguridad antes de despegar. Aunque parezca siempre lo mismo, cada avión tiene sus particularidades. Es importante saber dónde se encuentran las salidas de emergencia y cómo utilizar las máscaras de oxígeno en caso de despresurización de la cabina.
A BORDO
En caso de incidencias durante el vuelo:
– Confiar en los pilotos y personal de a bordo. En general la tripulación está compuesta por profesionales con muy alta cualificación en el desempeño de sus funciones.
– Seguir al pie de la letra las instrucciones del personal de a bordo.
– Compartir el miedo. La tripulación conoce técnicas de relajación. En caso de no poder avisar a ninguna azafata, se recomienda compartir los temores con otros viajeros.
– Respirar relajadamente, tratando de hacerlo profundamente. Controlar la respiración abdominal ayuda a la relajación.
Para evitar el jet lag:
– Viajar descansado y continuar descansando durante el vuelo, incluyendo breves periodos de sueño.
– Beber mucha agua y/o zumos antes y durante el viaje. – Tomar comidas ligeras y limitar el consumo de alcohol antes y durante el vuelo. – Realizar ejercicios simples y a intervalos frecuentes para reducir los efectos de la inmovilidad prolongada. – Viajar con ropa cómoda que permita sentirse relajado. Es necesario prestar atención a la temperatura corporal durante el vuelo. – Reducir los efectos de la humedad relativa, baja en los aviones. Las molestias derivadas pueden aliviarse ingiriendo líquidos, utilizando crema hidratante, spray nasal salino y gafas en lugar de lentes de contacto. |
EN DESTINO
En caso de huracán, inundación, seísmo, erupción volcánica o movimientos sociales que impidan al viajero salir de un país:
Permanecer en el lugar. En caso de presentarse un fenómeno natural inesperado se recomienda permanecer en el lugar donde se encuentre (oficina, hotel, restaurante) y escuchar en todo momento la radio o la televisión para mantenerse informado de las instrucciones de las autoridades. Si es necesario evacuar el lugar no hay que dudar en hacerlo. En caso de encontrarse en el exterior, se recomienda subir a un lugar elevado y esperar. Si el viajero está conduciendo, se recomienda no acercarse a las zonas inundadas. Si el coche queda paralizado deberá ser abandonado de inmediato y desplazarse a pie hacia un lugar elevado.
– Entrar en los edificios prestando atención a suelos y techos. Si hay necesidad de hacerlo, se deberá hacer con cuidado, utilizando a ser posible zapatos gruesos y linternas, además de revisar paredes, suelos, puertas y ventanas para asegurarse de que el inmueble no suponga un peligro por derrumbamiento.
– Guardar los documentos personales en bolsas de plástico para evitar que se dañen y mantenerlos consigo.
– Avisar a empresa y familiares sobre la situación tan pronto como sea posible. Esta información puede salvar la vida del afectado y de otras personas que se encuentren en situación de peligro.
– Construir una red de seguridad. Cuando algún ejecutivo se encuentre bloqueado en un aeropuerto por la cancelación de su vuelo, el contacto con los responsables de viajes y seguros debe ser fluido. Se recomienda registrar estos contactos por adelantado para acceder directamente al interlocutor necesario.
– No automedicarse en caso de herida o enfermedad durante una catástrofe natural.
[useful_banner_manager banners=2 count=1]