Puede parecer inusual, pero no lo es: las estaciones de esquí también son para el verano. Mientras que en algunos lugares de Europa y, sobre todo, en el Cono Sur americano, los esquiadores pueden seguir deslizándose por la nieve en los meses estivales, las instalaciones españolas apuestan por reinventarse y ofrecer sus espacios para disfrutar de la naturaleza y los deportes de aventura en toda su intensidad.
«Las llamadas ‘vacaciones de altura’ en las estaciones españolas son una alternativa al turismo de masas. Libres de las aglomeraciones de grandes ciudades y la costa, las estaciones son un destino tranquilo y con temperaturas agradables en los meses de verano. Destacan también por ofrecer actividades saludables y que respetan el medioambiente, un aspecto cada vez más importante para los usuarios a la hora de programar su tiempo de ocio. Con unas vistas espectaculares y lugares privilegiados, las estaciones de esquí ofrecen estos meses de verano un amplio abanico de eventos, excursiones y actividades de las que disfrutar de algunos de los mejores y más recónditos entornos naturales de la geografía española». Estas palabras de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem) resumen a la perfección el aspecto más desconocido de este sector turístico, pero también de reuniones e incentivos. Porque, sí, las estaciones de esquí también son para el verano.
Deux Alps, Val d’Isere y Tignes (Francia), Hintertux (Austria), Cervinia (Italia y Suiza), Saas Fee (Suiza)… Los esquiadores europeos pueden practicar esquí ‘convencional’ en verano gracias a los inderretibles picos alpinos. O, si se prefiere y se tienen tiempo y dinero, pueden buscar las pistas esquiables de zonas que en ese momento se hallan en invierno, como Argentina, Chile, Australia y Nueva Zelanda. Pero… ¿y en España?
Reinvención y puesta a punto
Las estaciones de esquí son, precisamente eso, muy estacionales. Su volumen de actividad —y, por tanto, de negocio— se concentra en unos pocos meses del año, que se pueden alargar algunas semanas en función del comportamiento meteorológico de la temporada. Una vez que la nieve se derrite, llega el momento de hacer balance y de comenzar a preparar la siguiente temporada. Pero, de unos años a esta parte, las principales estaciones de esquí españolas —así como las de otros países— comenzaron a ofertar un interesante abanico de actividades, perfectas tanto para ocio como para actividades de incentivo.
Estamos hablando de enclaves naturales de gran atractivo, con infraestructura para actividades y, por supuesto, de alojamiento. Solo hay que generar una oferta con gancho, especialmente destinada al segmento de naturaleza, de ocio activo y de familias. Las tres claves son destinos tranquilos y no masificados, respetuosos con el medioambiente y con una amplia y diversificada oferta, precisamente tres aspectos que se han visto enormemente reforzados tras la pandemia y el consecuente confinamiento.
Entrando en detalle, las travesías son unas de las actividades más populares en las estaciones de esquí durante el verano. Los usuarios pueden disfrutar de los paisajes inéditos durante gran parte del año que en verano pasan a mostrar unas panorámicas muy interesantes. Además, con visitas guiadas para familias o grupos de amigos, o ciclismo en ruta o BTT para los más atrevidos, las estaciones cuentan con kilómetros de senderos. Y para los amantes de los animales, algunas estaciones cuentan incluso con caminos adaptados para realizar paseos a caballo.
Además del senderismo y la bicicleta, los visitantes cuentan con un amplio abanico de posibilidades para realizar deportes de aventura en las estaciones, como rafting, piragüismo, quads o barranquismo. Y para los más pequeños de la casa, pues son destinos muy familiares, las estaciones españolas ofrecen otras actividades pensadas especialmente para ellos, como tubbing, patín todoterreno, karts sin motor, tirolinas o tiro con arco. Además, pueden disfrutar de zonas recreativas especialmente adaptadas con inflables y camas elásticas, así como de parques multiaventura.
Pero, más allá de las pistas, las estaciones de esquí son también una oportunidad ideal para visitar y conocer las localidades de montaña, lugares con encanto que mantienen la esencia de los paisajes rurales de antaño. Los pueblos de montaña destacan por su cultura arraigada al territorio y por una gastronomía única de la que disfrutar en la mejor compañía. En definitiva, un modo alternativo de turismo que, paradójicamente, no necesita de la nieve.
ARAMÓN
No importa el tipo de gestión, pública o privada, la mayoría de las estaciones apuestan por esta opción veraniega. Un ejemplo claro de titularidad pública en Aramón, una sociedad anónima participada por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, y que gestiona la mayoría de las estaciones de esquí de esta comunidad autónoma. En una de ellas, Panticosa, este verano ha ofrecido su telecabina para disfrutar de las espectaculares vistas de esta localidad, así como todo el valle de Tena, con sus grandes montañas. El remonte partía del mismo pueblo y en un trayecto de 15 minutos alcanza la cota 1.900, de donde parten diferentes paseos y excursiones. Es una actividad perfecta para conocer los ibones (lagos de montaña) cercanos a la estación de esquí de Aramón Formigal-Panticosa o disfrutar de las vistas desde los diferentes miradores habilitados en la estación. Además, existía la posibilidad de ir de excursión y conocer los lagos de Los Asnos y Sabocos, coronar el pico Mandilar o acercarse al mirador de los valles para disfrutar de una impresionante panorámica de las montañas que, en días despejados, permite ver hasta el Moncayo.
Otra interesante opción de Aramón ha permitido acceder a un bonito mirador para contemplar las cumbres más altas del valle de Benasque. Con el Telesilla El Molino se podía llegar a más de 2.000 metros para divisar las cimas de Maladeta, Posets, Perdiguero y la del techo del Pirineo: el Aneto. Este telesilla era también de gran ayuda también para aquellos que querían iniciar excursiones desde un punto más alto, lo hagan a pie o en BTT. Y es que era posible subir con tu bicicleta de montaña en este remonte, además de ser una buena opción para aquellos que les gusta subir andando, practicar senderismo y disfrutar de la naturaleza.
Otras actividades en Aramón incluían el senderismo, el trail running, el barranquismo, el piragüismo y la hípica. Y todo ello complementado, incluso con paquetes específicos, con la oferta gastronómica de una amplia oferta de restaurantes o grupos de enoturismo para descubrir los vinos de la región.
BAQUEIRA BERET
Otra de las grandes estaciones de esquí de la oferta nacional es la catalana de Baqueira Beret, que ha apostado fuerte este verano por una oferta diversificada: «Una combinación de deportes, naturaleza, gastronomía y cultura para disfrutar de unas vacaciones en familia y conocer Val d’Aran y los Valls d’Àneu sin el manto blanco que tanto las caracterizan».
Una de las grandes novedades de este verano ha sido la apertura de dos telesillas en las zonas de Baqueira y Beret. El TSD El Bosque, situado en Baqueira 1500 y el nuevo TSD Clòt der Os, estrenado la pasada temporada de invierno y ubicado en la zona de Beret, funcionaron hasta septiembre.
Para los amantes de las dos ruedas, gracias al plan estratégico del Consell Generau d’Aran para que el Valle de Arán se convierta en un destino de referencia en el turismo de la bicicleta y a la colaboración del Ayuntamiento del Naut Aran en la construcción y ampliación de caminos de BTT, este verano se pudo disfrutar de tres nuevos senderos preparados para ciclistas en el entorno de la estación. A dichos caminos se podrá acceder mediante los remontes de Baqueira Beret y se sumaron al resto de itinerarios que hay en el territorio aranés, superando así los 900 kilómetros marcados.
Por su parte, los senderistas que visitaron la estación pudieron aprovechar los dos telesillas abiertos. Desde Baqueira pudieron recorrer diferentes rutas que llevarán hasta la zona Beret pasando por Orri o, de vuelta, hasta Baqueira 1500. Y, como en otros tantos enclaves, todo ello complementado por la restauración típica de la zona, así como una amplia oferta de alojamientos hoteleros.
SIERRA NEVADA
La estación granadina es otra de las que apuesta muy fuerte por el verano, con numerosas alternativas. Un ejemplo es el complejo Mirlo Blanco, un espacio de ocio infantil y juvenil que incluye un trineo ruso, es decir, una montaña rusa en plena naturaleza, para disfrutar de la velocidad que aporta la pendiente; un singular parque de atracciones con toboganes, bicipatín o roscos deslizantes, así como un estanque con barcos teledirigidos.
Para todo tipo de público las opciones son muy interesantes, desde una piscina climatizada en el club deportivo Montebajo, pasando por rutas e-bike como las de Collado de las Sabinas, Peñones de San Francisco, Laguna de las Yeguas, Central de Diéchar, Cortijuela y Hotel del Duque. También hay opciones al aire libre como miniolimpiada, senderismo e incluso rutas para conocer la fusión de la nieve. Pero si hay algo realmente espectacular en Granada son sus cielos: la astronomía. Sierra Nevada Astronómica ofrece fantásticas experiencias en la naturaleza y en el entorno rural siempre garantizando su contribución al desarrollo local y a la conservación de la biodiversidad de los espacios que se visitan. Un modo de disfrutar de unos atardeceres y amaneceres difícilmente superables, y de aprender astronomía.
LA MOLINA
Es la estación decana de los deportes de invierno en España con el primer remonte comercial en 1943. Visitar esta estación gestionada por Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya es «como ir a un parque temático de alta montaña», ya que la zona está preparada con un sinfín de actividades, aptas para todos los públicos. Las temperaturas moderadas y la gran oferta de actividades han hecho que sea uno de los principales destinos para pasar unas vacaciones llenas de aventuras, entre las que destacan paseos en telecabina. Este sube hasta el refugio del Niu de l’Áliga y baja a pie hasta las pistas para hacer una caminata sencilla con grandes paisajes.
Por otra parte, el bike park se ha convertido en una de las mejores actividades en verano. Se trata de un extenso parque en el que hay diferentes rutas para practicar el ciclismo. Se puede seleccionar el camino que se adapte a distintos niveles y traer la bicicleta desde casa o alquilarla directamente allí. Además, en el lago más grande de La Molina hay una gran oferta de actividades acuáticas para navegar por sus aguas: piragua, un patinete o una barca y después disfrutar de un chiringuito en la orilla.
La Molina ofrece también actividades muy interesantes como frisbee golf, un fun park para niños, un campo de tubbing —tubos gigantes para deslizarse—, segways y aventuras en los árboles. En definitiva, un importante destino fuera de la temporada de esquí.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Las estaciones de esquí y de montaña están agrupadas en Atudem (www.atudem.es), que reúne a estaciones alpinas, nórdicas e indoor de España y Portugal. Fundada en 1974, vela por el buen funcionamiento de las instalaciones y promociona los deportes de invierno (o verano), así como las actividades turísticas que tienen lugar en las pistas. En la actualidad, forman parte de ella cerca de una treintena de estaciones: