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JORGE QUEMADA / Socio de 3i España

«La business es para vuelos de más de dos horas»

El capital riesgo tiene que moverse con rapidez allá donde se producen las oportunidades y por eso los que analizan las inversiones siempre tienen la maleta a medio hacer. Jorge Quemada no puede ni quiere escapar a esta ley del destino porque, a pesar de limitar los viajes al máximo, «a veces es imprescindible tener las personas delante».

¿Qué es lo que menos le gusta de viajar?
La mayoría de mis viajes son de ida y vuelta en avión en el día. Lo que menos me gusta es el tiempo que se pierde con los traslados y, desde luego, los madrugones.

¿Acostumbra a informarse acerca de su destino?
Si el desplazamiento incluye estancia en un hotel, sí. Intento que tenga gimnasio aunque la mayoría de las veces no dispongo de tiempo para ir.

¿Son interesantes las tarjetas de fidelización? ¿Consiguen modificar sus decisiones de compra?
La más útil es la de puntos de aerolínea. Cada vez que puedo, intento ir con la aerolínea que tiene el plan de incentivos más atractivo.

¿Qué opinión le merecen las aerolíneas low cost?
Hay algunas muy buenas y otras totalmente inviables. El low cost de buena calidad ofrece lo mismo que una compañía tradicional en turista a un precio seguramente más barato.

¿Qué le parece la implantación de los nuevos escáneres de seguridad que «desnudan» al pasajero?
Estamos obsesionados por la seguridad, pero reconozco que seguramente sea imprescindible. Lo que me sorprende mucho es la inconsistencia. En el mismo aeropuerto unas veces te hacen quitarte los zapatos y otras veces esos mismos zapatos pasan sin problemas.

¿Le resulta práctico el transporte público?

Valoro más la comodidad del taxi.

Una vez en el aeropuerto, ¿a qué dedica el tiempo de espera?

Intento ir sin tiempo de espera, aunque desgraciadamente los retrasos son habituales. Entonces me aseguro de llevar algún detalle para mis tres hijos, a ser posible algo que recuerde al país donde lo he comprado. También suelo pasar el rato en las salas de Business.

¿Le molesta que el compañero de asiento le dé conversación?

No me molesta. Por suerte, no me ha tocado el típico pesado que te habla sin que te apetezca. Algunas veces he tenido conversaciones muy amenas que hacen el viaje más corto.

¿En qué casos merece la pena pagar una clase business?

Únicamente en viajes que duren más de dos horas, pero sobre todo por los asientos. La verdad es que la comida me importa poco en los vuelos.

¿Cree que el uso de móviles a bordo es más una ventaja o un inconveniente?

Depende del uso que se le dé. A mí me agobia la sensación de estar molestando al de al lado pero, bien usado, creo que ayuda a hacer los viajes más eficientes.

¿Qué es lo que pide de un hotel?

Lo fundamental, que la habitación sea tranquila. Si da a una calle con tráfico me hacen la noche polvo, porque soy algo maniático para los ruidos. El otro tema importante es que en el desayuno haya productos de calidad, aunque no sean muchos, especialmente el café.

¿Suele hacer algo de turismo en destino durante las horas libres?

Desgraciadamente no se da el caso. Pero mantengo la esperanza.

¿Prefiere viajar a destinos que ya conoce y donde sabe cómo moverse o le estimula más descubrir nuevas ciudades?

Siempre que voy a una ciudad tengo la motivación adicional de poder conocer algo nuevo, en especial a personas nuevas.

¿Le gusta experimentar con la gastronomía local o prefiere lo conocido?

Sin duda me gusta experimentar los productos locales.

¿Cree que los ejecutivos españoles tienen en general unos hábitos de viaje distintos de los británicos, franceses o alemanes?

Yo creo que somos bastante parecidos. Lo que cambia, claro, son los horarios. Cuando viene a nuestras oficinas alguna persona de otro país, a las 13,00h ya vemos cómo empieza a hacerle ruidos el estómago.

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