Con 36 destinos en 22 países donde Smilo, la división de receptivo del Grupo Orizonia, tiene oficinas propias, la radiografía que presenta Eduardo Zamorano sobre los flujos de viajeros de empresa que se mueven desde España resulta muy precisa. Destinos como Cabo Verde o Berlín están claramente en alza, al igual que las propuestas originales para incentivos y el valor de consultoría y servicio de la agencia de viajes.
¿Cuáles son los destinos con más futuro en el turismo MICE?
Por citar uno, destacaría Cabo Verde. Es un destino fundamentalmente de sol y playa, pero que se puede posicionar como una buena opción para reuniones e incentivos, como lo hicieron en su momento Baleares y Canarias.
¿Qué valores aporta?
La planta hotelera está creciendo mucho gracias a la presencia de cadenas españolas. De hecho, ya hay cinco hoteles Riu; un Meliá, con planes de llegar a cuatro; un Iberostar, que también tiene proyectos de abrir un segundo… Además cuenta con playas y paisajes vírgenes que permiten organizar viajes reuniones de otro estilo, más informales, con actividades outdoor muy interesantes. Y apenas está a una hora más de avión que Canarias.
¿Eso es lo que quieren las empresas, salir de la rigidez de las reuniones?
Hay un poco de todo, pero sí que es cierto que las reuniones e incentivos que van acompañados de cierto exotismo y aventura son las más apreciadas.
Entre los destinos urbanos, este año será sin duda el de Londres…
Por un lado, sí, aunque también es cierto que los eventos puntuales, como las Olimpiadas o los Mundiales de Fútbol, pueden desincentivar a los clientes que no están interesados en estos acontecimientos. Los precios llegan a ser desorbitados.
¿Qué otros destinos puramente urbanos pueden destacar este año?
Por elegir uno, diría Berlín. El aeropuerto que se va abrir le va a dar un impulso nuevo. Además, es una ciudad fantástica para la vida en la calle. Ahora en primavera, más todavía. Hay muchas cosas que hacer. También soy fan de las ciudades italianas. Para incentivos, para visitas culturales, para comer bien…
¿Cómo están funcionando países como Túnez, Egipto o Grecia, con recientes problemas de inestabilidad?
Egipto sigue teniendo enormes dificultades en las zonas donde normalmente se dirigen los incentivos: El Cairo y el Nilo. Hay algo más de movimiento en la costa del mar Rojo, como Sharm-el Sheij o Hurgada, con ocupaciones del 60% y el 70%. A Túnez no le veo ningún problema. Se está recuperando muy bien. El país está en calma desde hace tiempo. Marruecos también es un buen destino. No está al nivel habitual, pero es totalmente seguro en estos momentos. En cuanto a Grecia, las peticiones llevan tiempo paradas porque es un destino que, sin ser peligroso, puede resultar incómodo por las huelgas y las protestas.
¿Es interesante para las empresas contratar servicios de transporte y receptivo por separado, como ha ocurrido en el turismo particular, gracias a las facilidades de reserva que proporciona Internet?
No es lo mismo reservar un vuelo online para ti y tu familia que hacerlo para un grupo de 200 personas. Los procedimientos son otros, por mucho que hayan mejorado los canales online. El servicio que están dando hoy en día las agencias especializadas no justifica la compra directa. Ni por precio, ni por operatividad, ni por calidad del servicio, antes, durante y después del viaje.
¿Cómo están evolucionando las actividades de los grupos en destino?
Ya no vale hacer la típica excursión con el guía y el restaurante. Cada vez hay más oferta, más posibilidades y, sobre todo, más originalidad en las propuestas. Y esto es lo que van buscando las empresas.
¿Por encima del precio?
En estos tiempos, quizá el primer factor de decisión es el precio. Las empresas se ajustan a unos presupuestos muy medidos. Pero dentro de ellos, priman las experiencias en sí sobre el destino. Hoy la gente está mucho más viajada y al final lo que se busca es el factor sorpresa, la diferenciación, la originalidad.
El viaje en grupo requiere de asesoramiento profesional y esto no casa muy bien con la tendencia actual de tramitar todo de forma online.
Es cierto que la estandarización que imponen los procesos online no vale para cubrir las necesidades de los grupos. Es posible crear paquetes estandarizados para ciertos tipos de reuniones o incentivos de bajo precio y muy recurrentes, pero la práctica general es que todo se va solucionando bajo petición.
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