Inicio LIFE STYLE TRAVEL SHOP NIZA. Simplemente irresistible

NIZA. Simplemente irresistible

TEXTO GELES RIBELLES
FOTOS ARCHIVO

Bombonería Auer.

Niza está en auge. Nuevos hoteles y restaurantes, una vibrante agenda cultural, el encanto de las playas y su fascinante luz frente a la bahía de Los Ángeles, en plena Costa Azul, que invita al savoir-faire. Perfecta para deambular por las numerosas zonas peatonales y jardines, sus barrios concentran talleres artesanos, tiendas exclusivas y mercadillos que la convierten en un caleidoscopio irresistible para las compras.

 

Un delicioso paseo marítimo desde el Quai des Etats-Units, bordeando la colina del Castillo, conduce al puerto flanqueado por mansiones y edificios neoclásicos, restaurantes y tiendas, como el Café du Ciclyste, en el Quai de Doc. Esta concept store es ideal para tomar un café, alquilar una bicicleta o adquirir prendas de alto rendimiento inspiradas en las rutas y el ciclismo de los Alpes Marítimos.

Este barrio, conocido como el Marais Nicoise, se ha convertido en un epicentro de artistas con talleres artesanales entre tiendas chic, galerías de arte y anticuarios como los del Village Ségurane, en la rue Antoine Gautier. Cerca, en Emmanuel Philibert, resalta la mágica librería infantil Les Atelliers Ilustrés para niños de 0 a 10 años, con cuentos, ilustraciones, recortables, puzzles, juegos insólitos y talleres cuentacuentos de creación de libros. Palace es otra referencia, con ropa unisex y complementos de marcas comprometidas, como Jonsen Island (que destina parte de sus beneficios a la protección de los mares), pañuelos de Maison Labiche o pendientes de Billie Sacré-Coeur.

Maison D’Julia.

En la rue Bonaparte, Dominique y su hija Julia presentan en Maison D’Julia diseños atemporales, vanguardistas y piezas únicas hechas a mano con telas de alta costura. Y en la vecina Catherine Ségurane, Isabel Audrey elige para su tienda Hattori prendas de marcas francesas, danesas y españolas, así como accesorios de Claris Virot. Mientras, Good Design atrae por sus artículos de decoración con diseños de artesanos del barrio y marcas escandinavas junto a la porticada Plaza Garibaldi.

Vignes
Vignes.

Vieux Nice 

Niza es la ciudad menos francesa del país. Ello se palpa sobre todo en la gastronomía de raíces ligures y en la ciudad vieja. El Cours Saleya y su colorista mercado diario de flores y alimentos, entre bares y restaurantes con terrazas, es un buen comienzo para adentrarse en la médula de la capital de la Riviera. Aquí se encuentran algunas de las tiendas más exquisitas, como Vignes, un negocio familiar de impecables artículos de piel, bolsos, pulseras de reloj, cinturones, sandalias y accesorios especiales. También la subyugante gama de perfumes y textiles de Fragonard o Auer, la centenaria chocolatería frente a la Ópera, cuyas frutas confitadas y bombones son una esquisitez.

Óptica Harrison.

En la plaza de La Prefectura tiene lugar el mercado de segunda mano (brocanteurs) donde hacer hallazgos excepcionales los lunes. En sus aledaños se suceden tiendas que han respetado su antigua fisonomía. “Un siglo de gafas” es el lema de la óptica Harrison, cuyas antiguas estanterías atesoran joyas vintage no usadas, desde quevedos y colecciones de los años 20 hasta gafas de sol de los años 50 y 60 de Dior o Saint Laurent.

Próxima, la histórica papelería Rontani, donde Picasso, Cocteau o la reina Victoria eran clientes habituales, sigue fiel a los mapas, guías y los materiales para artistas. Le Palais d’ Osier, al comienzo de la rue de la Préfecture, es otro de los comercios que pervive con artículos y cestas de mimbre. Pero uno de los locales más fascinantes es la joyería Les Délices de Candice en el nº 17. El comercio más antiguo de Niza, abierto en 1850, sigue vendiendo paraguas junto a diseños de joyas de latón que fusionan piedras antiguas con otras contemporáneas. En Cabane se encuentra ropa y complementos de marcas francesas escogidas, además de jabones, pañuelos, ambientadores y mantas para la casa; y Aventurine hará las delicias de los amantes de la bisutería.

Trésors Publics.

No lejos del museo Palais Lascaris y de la catedral de Sainte-Réparate se encuentra Trésors Publiques, donde adquirir recuerdos con diseño nostálgico de firmas emblemáticas y tradicionales con sello francés. Escondido en un pequeño callejón, en la rue de la Boucherie, el taller de Charlotte Boyer deslumbra por sus sombreros, bobs y el típico chapeau niçoise de paja colocado a la espalda para protegerla del sol.

Le Carré d’Or

El distrito de Jean-Médecin, con una arquitectura de estilo más francés o haussmaniano alberga hoteles de alta gama, desde el Negresco o el reciente Anantara, entre edificios de los años 30. Firmas de alta costura se aglutinan entre la Avenida de Verdun, la rue Paradis y la esplendorosa plaza Masséna, con la llamativa fachada roja y ocre con coloristas ventanas azules de las Galerías Lafayette, que alberga más de seiscientas marcas.

La peatonal rue Paradis es un escaparate de lujo de firmas francesas e internacionales: Hermés, Chanel, Vuitton, Emporio Armani, Façonnable, Nice Paradis… En el barrio de la Libération, la antigua estación de ferrocarril se ha transformado en un mercado gastronómico y cultural con locales que desprenden los colores, sabores y aromas de la región. Y, por si fuera poco, Niza ha asumido el desafío de convertirse en 2025 en la primera ciudad libre de plásticos del Mediterráneo tras su acuerdo con WWF Francia. Una ciudad deslumbrante a la que siempre apetece volver.