El aeródromo que lleva el nombre de icónico presidente de Estados Unidos es uno de los más importantes del mundo. Puerta de entrada a la ciudad de los rascacielos, ubicado en el distrito de Queens, tres de sus seis terminales se verán sustituidas por otra de grandes proporciones de cuya construcción y gestión se ocupará una empresa española: Ferrovial. Más de treinta millones de pasajeros al año bien merecen el sueño americano.
El que fuera denominado aeropuerto Idlewild por un campo de golf cercano y cuyas obras se iniciaron unos meses después del día de la infamia de Pearl Harbor, en 1942, se ha convertido con el tiempo de uno de los principales aeródromos del mundo, pista de aterrizaje a la ciudad icónica por excelencia.
No es el único que da servicio a Nueva York —ahí están Newark, La Guardia y Teterboro—, pero sí el de mayor capacidad y el de mayor tráfico del país. No en vano, supera los treinta millones de pasajeros anuales. A ello contribuye que sea la base de operaciones de JetBlue Airways y el aeródromo de principal entrada internacional de compañías como Delta Airlines y American Airlines. Como curiosidad, la ruta Nueva York JFK-Londres Heathrow es la más transitada de Estados Unidos, y ha sido el aeropuerto principal de las aerolíneas más ilustres del país, como Pan Am, TWA, Eastern, National, Tower Air…
Desembarco español
El aeropuerto cuenta con un total de seis terminales (1, 2, 4, 5, 7 y 8). Casi todas ellas están en proceso de ampliación y remodelación, pues se trata de un aeropuerto con ochenta años de historia y una enorme presión de actividad que no para de crecer. De hecho, en 2019 batió el récord de pasajeros, con 62 millones, aunque en 2021, por razones obvias, descendió a unos 32 millones.
Sin duda la gran obra es la de la nueva Terminal 1, un megaproyecto denominado New Terminal One, anunciado a finales de 2021 y que se erigirá sobre las actuales terminales 1, 2 y 3. La inversión prevista es de 8.855 millones de euros y tendrá un total de 232.000 m2. Albergará 23 puertas, que irán abriendo progresivamente entre 2026 y 2030. El proceso de remodelación, que incluye la demolición de las terminales antiguas y la modernización de las infraestructuras, incrementará la capacidad de la terminal, convirtiéndose en la mayor del aeropuerto. La construcción se llevará a cabo por fases y se espera que la primera esté finalizada en 2026.
Lo interesante es que la constructora española Ferrovial ha adquirido a la firma de inversión estadounidense Carlyle el 96 % de su participación en el consorcio designado para diseñar, construir y operar esta nueva terminal por más de mil millones de euros.
Instalaciones
En lo que respecta al alojamiento, dentro del aeropuerto no hay hoteles. Sin embargo, cerca de sus instalaciones se pueden hallar varias opciones, como el hotel Comfort Inn & Suites, Crowne Plaza, Days Inn & Suites y el Garden Inn & Suites, entre otros.
Para recorrer los cerca de 19 km que separan el centro de este aeródromo ubicado en Jamaica Queens —al sur del Distrito de Queens, en Long Island, en el sureste de Manhattan—, la opción más económica es utilizar el Air Train, que comunica las distintas terminales durante las 24 horas con una frecuencia de pocos minutos. A partir de ahí hay que enlazar con alguna de las estaciones de metro: Howard Beach (línea A) o Sutphin Blvd (líneas E, J, Z), donde varias líneas conducen a Manhattan. Para acceder a otros barrios o distritos de la megaurbe la cosa cambia, y mucho.
Otra buena manera de trasladarse desde el aeropuerto en transporte público es en autobús. Este servicio cuenta con varias líneas que lo comunican con distintos zonas de la ciudad. Los autobuses públicos son la línea 3T, la Q10, la B15 y la Trans-Bridge, ubicada en la T4. Además, hay empresas privadas (Super Shuttle Manhattan y New York Express Bus Service) que ofrecen el servicio para llevar tanto a la parte este (Grand Central Station) como oeste (Port Autorithy) en aproximadamente una hora.
En cuanto al taxi, el precio puede rondar los 70 dólares, entre la tarifa y los peajes. También operan compañías con vehículos compartidos, como Airlink New York, Todo County Express o Air Shuttle ETS. Los aparcamientos para vehículos privados se encuentran codificados por colores. Los hay para cortas y largas estancias, este último a unos 6 km. Junto a las terminales se localizan los aparcamientos para cortas estancias identificados como Rojo, Azul, Verde y Naranja, además de otro ubicado sobre la T3.
La remodelación, en manos españolas, supondrá la puesta a punto de una infraestructura que, como en el resto del país, es de las más importantes del mundo, pero necesita un lavado de cara y una adaptación a las nuevas realidades del mercado.