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VALLADOLID. Esencias castellanas

Miriam González

En una situación geográfica envidiable, a medio camino entre el norte y el centro de la península, Valladolid se abre paso y se reivindica como un destino MICE de gran potencial. Una ciudad que no descuida su rancio abolengo y lo marida a la perfección con los nuevos tiempos. Sus alicientes: venues con historia, espacios contemporáneos, una gran oferta cultural y su conocida calidad gastronómica.

Si el conde Ansúrez, fundador “oficial” de Valladolid, levantara cabeza no cabría en sí de asombro. Seguramente tardaría en reconocer en lo que se ha convertido aquel pequeño reducto conquistado a los musulmanes allá por el siglo XI.  De hecho, de las murallas originales sólo queda una mínima representación en la céntrica calle de las Angustias, como reclamando un pasado muy lejano en el tiempo, pero que el vallisoletano no ha llegado a olvidar.

No en vano, la ciudad fue cuna y residencia de reyes, sede de la Corte y capital de uno de los imperios más importantes de todos los tiempos, y todo esto imprime carácter. Sin olvidar (imposible hacerl) que Valladolid es capital de una provincia con cinco denominaciones de origen. El vino y su cultura, como los campos de trigo, impregnan la imagen de la capital del Pisuerga.

Hace tiempo también, la distancia dejó de ser un problema con la llegada del AVE, que une la ciudad con Madrid en menos de una hora. Por carretera, desde la capital española se tarda tan sólo un par de horas y media, un trayecto que se puede aprovechar para disfrutar de lo ancha que es Castilla.

Llegar por aire resulta un poco más complicado. A 10 km del núcleo urbano, el aeropuerto de Villanubla –nombre un tanto paradójico para una infraestructura de estas características– conecta con varias ciudades españolas y europeas. Sin embargo, las frecuencias brillan un poco por su ausencia fuera de la temporada alta, en la que se mueven sobre todo los vuelos chárter.

HISTORIA Y CULTURA

Dicen que en Valladolid es donde mejor se habla el castellano y, aunque pueda resultar algo pretencioso –con permiso de los vallisoletanos-, posiblemente sea el reflejo de su vasta herencia y realidad cultural. Presume de tener una de las universidades más antiguas de España y aquí Cervantes escribió una parte del Quijote. Otras figuras esenciales de las letras, como Góngora o Quevedo, pasearon por sus calles.

Uno de los grandes reclamos histórico-artísticos es el Museo Nacional de Escultura, que alberga la colección más importante de la península ibérica y que reabrió sus puertas en 2009 tras una profunda remodelación de su sede principal, el Colegio de San Gregorio. Recorrer sus salas entre piezas que datan desde la Baja Edad Media hasta los inicios del siglo XIX, es todo un privilegio. Una oportunidad igualmente para ver de cerca y en cualquier época del año, los pasos más representativos de la Semana Santa pucelana, el acontecimiento religioso, cultural y turístico más importante del año en la ciudad.

ESPACIOS EMBLEMÁTICOS

Cerca de allí, y tras dejar atrás la espectacular fachada de la iglesia de San Pablo, se llega al teatro Calderón de la Barca. Construido en 1864 en estilo neoclásico, como buen vallisoletano, el exterior no destaca tanto como su interior, que acoge una amplia oferta teatral y lírica y ofrece varios espacios para eventos de todo tipo. En el mes de octubre se convierte en la sede oficial de la Semana Internacional de Cine (Seminci) y a lo largo de todo el año la Sala Principal abre el telón para las reuniones, así como el Salón de Espejos, el Foyer Principal, el Foyer de Galería o la sala Miguel Delibes.

Y es que, como Zorrilla, al que está dedicada la principal avenida de la ciudad, el estadio y otros espacios urbanos, el autor de Los santos inocentes está muy presente en la ciudad. Este vallisoletano de pro, da nombre no sólo a una ruta literaria que recorre los principales escenarios por donde transcurre El hereje sino, sobre todo, a la joya de los espacios para eventos.

El Auditorio Miguel Delibes, obra de Ricardo Bofill, es uno de los símbolos de las grandes transformaciones desde los tiempos de Ansúrez. Se trata de uno de los referentes, en Castilla León y en España, para la celebración de congresos y reuniones de cualquier magnitud, con una superficie de 5.500 m².

Además del auditorio, con capacidad para 1.700 personas, cuenta con 5 salas de juntas y un salón polivalente, con gran flexibilidad para adaptarse a todo tipo de requerimientos. El edificio dispone también de una cafetería con cabida para 180 personas y un restaurante, Zarabanda By Ramiros´s, para 200, al igual que un espacio para cenas de gala que puede acoger a 1.500 personas.

LO MÁS INNOVADOR

Sin cruzar el Pisuerga, el eje entre el pasado y presente de Valladolid, sorprende la silueta de un balón de fútbol partido por la mitad. No se trata de un homenaje al mítico Naranjito, sino de la Cúpula del Milenio, una construcción que se estrenó en la Expo de Zaragoza del 98 y para ser instalada posteriormente en la plaza a la que da nombre.

Este espacio, original y versátil, con 46,5 m de diámetro y 15 de altura, cuenta con 1.500 m² de superficie para desarrollar desde pequeños congresos, hasta ferias, exposiciones, pasarelas de moda o conciertos. Como particularidad, el cerramiento del pabellón, con su triple capa, permite jugar con la luz a voluntad del organizador del evento, ya que puede tener iluminación natural durante el día o bien oscurecerse.

Si hay un lugar donde innovación, tecnología, cultura y ciencia se dan la mano es el Museo de la Ciencia, el icono de la vanguardia de Valladolid. Además de las actividades de divulgación científica propias del museo, el recinto cuenta con dos espacios anexos que se utilizan para congresos y reuniones: el Auditorio y la Sala de Usos Múltiples. Como complemento,  mantiene un acuerdo con el cercano  Novotel para acoger eventos de más magnitud. Un punto más a su favor es la terraza de la cafetería A ciencia cierta, en la primera planta del museo, desde donde se puede disfrutar una estupenda vista panorámica del Pisuerga.

Aunque quizás el mejor lugar para contemplar el río –y los diez puentes que lo atraviesan– es desde su propio cauce, a bordo de La Leyenda del Pisuerga. El barco simula los antiguos vapores que recorrían el Mississippi y lo más interesante es que se puede alquilar para eventos privados. ¿Puede haber algo más peculiar que celebrar una reunión navegando en plena Castilla?

VENUES DE TRADICIÓN

En Valladolid los eventos de gran formato tienen cabida en la Feria de Muestras, con 30.000 m² distribuidos en cuatro pabellones y zonas al aire libre, así como dos grandes auditorios para reuniones, convenciones, conciertos o exposiciones.

Un edificio del siglo XVII dependiente de la Universidad de Valladolid alberga el Palacio de Congresos Conde Ansúrez, el único a día de hoy del que dispone la ciudad. Fiel a los principios universitarios, el centro pretende conservar el espíritu de encuentro entre tradición y modernidad, así como ser un referente de la vida cultural de la ciudad.

Pero Valladolid es sobre todo, la solución perfecta –o casi– al difícil punto de equilibrio entre tradición e innovación, la virtud de conjugar espacios de siempre que no renuncian a sus propios fines, pero que también se ofrecen como venues para eventos. Y donde mejor se aprecia es en dos antiguos monasterios: por un lado, el Real Colegio Seminario de los Agustinos Filipinos de Valladolid, diseñado por Ventura Rodríguez en 1759, que acoge una universidad de Teología y el Museo Oriental, con la mejor colección de esta naturaleza que se conserva en España. Por otro, el Centro Cultural San Agustín, muy recomendable para eventos que busquen un ambiente reposado y distinto en espacios tan singulares como el antiguo refectorio o el claustro neoclásico.

Aún con más solera, el antiguo solar que otrora ocuparan los Reales Alcázares en los siglos XII y XIII y más tarde la Orden de San Benito aloja hoy el Museo Patio Herreriano. El aspecto actual se corresponde con las reformas que se emprendieron en el siglo XVI, inspiradas en de los Evangelistas de El Escorial.  Hoy en día es un museo de arte contemporáneo y uno de los venues con más encanto de Valladolid, donde mejor funden el hoy y el ayer. Los eventos se pueden organizar en el claustro o bien, si la meteorología lo permite, al aire libre, en el jardín del Patio de los Reyes o en el de los Novicios.

Siguiendo el rastro de los restaurantes de lechazo y tapas –los iconos de la gastronomía de la ciudad– aparece, en pleno casco histórico, la gran Catedral de Valladolid. Trazada en sus inicios por Juan de Herrera, quedó inconclusa cuando, según las malas lenguas, Felipe II requirió al arquitecto para la construcción de El Escorial con un sueldo mucho más jugoso.

Eso sí, el sello herreriano se nota, y mucho, en la construcción más recia de Valladolid. Y además esconde un secreto: su órgano, un instrumento de última generación construido ex profeso en Estados Unidos con el objetivo de hacer vibrar hasta la última piedra. Y vaya si lo consigue. Cada año, se programan cuatro conciertos en los que la sinergia de las tocatas de Bach y la luz de los cirios consiguen un efecto entre mágico e impactante. Michael Reckling y Pilar Cabrera son los artífices de la iniciativa “Concierto a la luz de las velas”, donde la espectacular acústica del edifico se funde con el halo de las luces de la época herreriana. Una excelente guinda para concluir un congreso, una convención o cualquier evento que se programe en la ciudad.

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MARQUÉS DE LA ENSENADA *****
El único hotel de cinco estrellas de Valladolid capital está situado literalmente sobre el Canal de Castilla. Es un establecimiento muy coqueto, con menos de 30 habitaciones, que se ubica en una antigua fábrica de harinas de 1860. Sin encontrarse en pleno centro, está cerca de todo. Conserva en sus instalaciones el sabor del siglo XVIII en homenaje a los hombres destacados de la Ilustración y en especial al Marqués de la Ensenada, impulsor del canal. Dispone además de tres salones adaptables a todo tipo de eventos. Lo mejor: los desayunos, un auténtico manjar para degustar sin prisas.
Avenida Gijón, 1
Tel. 983 361 491
www.marquesdelaensenada.com

MELIÁ RECOLETOS ****
Por su ubicación, a cinco minutos de la estación de Renfe, es la mejor opción para una escapada rápida a Valladolid. De hecho, la mayoría de sus huéspedes se alojan en este hotel tipo boutique para asistir a reuniones de trabajo en la ciudad. Dispone de 80 habitaciones justo enfrente del Campo Grande y en una de las zonas con más encanto, cerca de la Plaza Mayor y de la calle Santiago, principal arteria comercial de la ciudad.
Acera de Recoletos, 13
Tel. 983 216 200
www.melia.com/Melia-Recoletos‎

AC PALACIO DE SANTA ANA *****
En el término municipal de Arroyo de la Encomienda, a cinco minutos en coche de Valladolid, se ubicaba en el s. XVIII el antiguo Monasterio de los Jerónimos que hoy alberga este hotel. Sin duda, lo que más destaca nada más entrar es el claustro, una arcada de medio punto sobre la que se levantan las habitaciones. Aún conserva la sencilla elegancia de su arquitectura original que se combina a la perfección con las modernas instalaciones de un establecimiento de gran calidad. Cuenta con 91 habitaciones, 7 de ellas suites, y con un total de 1.250 m² para eventos repartidos en 9 salones bien equipados.
Camino de la Flecha, s/n. Arroyo de la Encomienda
Tel. 983 409 920
www.marriott.com/AC-Palacio-Santa-Ana‎

JERO
Tapear podría considerarse el deporte oficial de Valladolid y el restaurante Jero, una de sus mecas. Nada más traspasar la puerta del local ya se aprecia que el cartel que anuncia “especialidad en cocina en miniatura” va muy en serio. La originalidad y calidad de sus pinchos, con una exquisita presentación y nombres originales, le convierten en un imprescindible para saborear de verdad Valladolid. Eso sí, paciencia en la zona de la barra, ya que suele estar hasta arriba. Para los que busquen algo de tranquilidad, conviene reservar en la planta baja.
Correos, 11
Tel. 983 353 508

LA CRIOLLA
Uno de los restaurantes de referencia de la ciudad, en plena “zona de vinos”, junto a la Plaza Mayor. En la carta, donde ya indican que no es un lugar del que se salga con hambre, hay todo un despliegue de variedades, tanto de pinchos como de otras especialidades de la tierra, como el lechazo. Dispone de cuatro salones dedicados a personajes ilustres vallisoletanos y para eventos con un toque diferente está la Bodega, un espacio exclusivo donde degustar las viandas entre las mejores referencias mundiales de vino.
Calixto Fernández de la Torre, 2
Tel. 983 373 822
www.restaurantelacriolla.es

DON BACALAO
Como su propio nombre indica, la especialidad es el bacalao en todas sus variedades. De los fogones de Alfonso García sale la mejor gastronomía de mercado de Valladolid, de primera calidad y a unos precios que dejan muy buen sabor de boca. Una de las mejores opciones para acertar disfrutando de la cocina de temporada.
Santa Brígida, 5
Tel. 983 343 937
www.restaurantedonbacalao.com

VALLADOLID, RÍOS DE LUZ
Algunas ciudades pueden ganar mucho por la noche, y eso lo saben bien en Valladolid. Aunque el río más famoso es el Pisuerga, el Esgueva era el que antaño recorría parte del casco urbano. Siguiendo su antiguo curso, la ruta Ríos de Luz es una propuesta para descubrir la ciudad de una forma diferente. El itinerario, de casi dos horas, recorre los edificios más emblemáticos del centro con una cuidada iluminación artística que hace destacar aún más sus virtudes. De hecho, el proyecto ha recibido varios galardones internacionales.
www.valladolidriosdeluz.es